Blog Los viajes de Dora Évora - Patrimonio de la Humanidad - Día 1 ~ LOS VIAJES DE DORA
Ir al contenido principal

Évora - Patrimonio de la Humanidad - Día 1

Semana Santa 2022. No tenemos planes a gran escala porque hay que ahorrar para el verano y nuestro super viaje a WDW pero a pesar de todo, nos decidimos a última hora a hacer una escapada corta en pareja a la ciudad de Évora en el Alentejo en Portugal. No tenemos que reservar con tiempo porque llegaríamos a la ciudad en coche y tampoco encontramos muchos problemas en el hotel, al final la elección es el Hotel Vila Gale Évora situado a las afueras de la ciudad, a pocos metros de una de las puertas de acceso a la villa. De nuestra estancia y nuestra opinión sobre el hotel, tenéis que pinchar en este enlace.

Como suele ser normal en nuestros viajes, madrugamos y desayunamos por el camino, justo antes de entrar en Portugal en donde ganamos una hora. A nuestra llegada al hotel, aún no tenían la habitación preparada por lo que dejamos las maletas en recepción y nos lanzamos a la mayor brevedad posible a descubrir Évora, Patrimonio de la Humanidad. 



Accedimos al interior de la ciudad amurallada por la puerta de Raimundo. 


Nos dirigimos en primer lugar a la Iglesia de San Francisco para visitar su interior y por supuesto la famosa Capilla de los Huesos, uno de los puntos más turísticos de Évora. 

La Iglesia de San Francisco fue construida entre 1480 y 1510, en estilo gótico-manuelino. En su interior tiene una nave única con bóveda de nervios. La capilla mayor es de principios del siglo XVI. 






Justo al lado de la iglesia se encuentra la Capilla de los Huesos que se construyó en el siglo XVII. Tanto las paredes como los pilares están revestidos con algunos miles de huesos y cráneos, provenientes de los espacios de enterramiento relacionados con el convento. Los frescos que decoran el techo abovedado, datado de 1810, presentan una variedad de símbolos ilustrados por paisajes bíblicos y otros con los instrumentos de la Pasión de Cristo. 






También visitamos el museo en la planta primera y la terraza panorámica en la planta segunda con unas preciosas vistas de la Plaza Primero de Mayo donde se ubica la iglesia. 




Nuestro siguiente punto fue la Plaza do Giraldo en donde se encuentra la iglesia de San Antonio (que en ese momento estaba cerrada) y una fuente. 




Casi sin darnos cuenta se nos hizo la hora de comer, y nos enfrentamos con serios problemas para poder encontrar un restaurante que aparte de reunir las tres B's (bueno, bonito, y barato), tuviera algún hueco porque estaban todos llenos. Al final comimos en un restaurante llamado Piparoza. La comida aceptable aunque nos pareció un poco caro pero cuando no vas con reserva (y eso que solo éramos dos) es lo que a veces pasa, que tienes que comer donde hay hueco. 






Yo probé la carne a la Piparoza y la verdad es que no me gustó mucho, muy picante para mi gusto. Mi marido probó las Pataniscas con arroz y la verdad es que acertó bastante. Eso sí, con respecto a la anterior vez que habíamos estado en Portugal, notamos unos precios caros, la maldita inflación que estaba haciendo mella no solo en España. 

Ya con el estómago lleno seguimos nuestro recorrido por la ciudad. Y así llegamos hasta la Iglesia de la Misericordia que también tiene un museo que igualmente visitamos. 

La iglesia fue fundada a mediados del siglo XVI. Es de estilo manierista. La nave es de planta rectangular con ornamentos barrocos. Pero sin duda lo más destacado de la iglesia son sus muros completamente revestidos con azulejos de Oliveira Bernardes y con pinturas de Xavier de Castro. El retablo también es barroco. 







Como siempre que planificamos un viaje, los horarios de apertura de los monumentos nos van marcando los puntos que vamos a visitar cada día. Por ello, teniendo en cuenta que ya eran las 4 de la tarde (contando que en Portugal es una hora menos que en España), nos acercamos a la Universidad de Praga. Nos costó bastante encontrar su entrada pero lo conseguimos. Una pena que una parte de la misma estuviera en obras. Estuvimos dando una vuelta por las clases con sus azulejos (por supuesto vacías), por el patio y por las dependencias superiores. 

La creación de la Universidad de Évora se remonta al siglo XVI, cuando el cardenal Don Henrique, primer arzobispo de Évora, en 1551, con la autorización del rey D. Joao III, mandó construir un edificio para alojar a una comunidad de seminaristas jesuitas. 

A destacar como he comentado antes, las diferentes aulas con azulejos alusivos a las materias que se enseñan en cada una de ellas (Matemáticas, Física, Bellas Artes...). También destaca la biblioteca donde se puede ver un techo pintado de 1708. 














A continuación, nos acercamos a las Termas Romanas que se encuentran en el interior del Ayuntamiento de la ciudad por lo que su acceso es gratuito. Fueron descubiertas en 1987,






Justo al lado del Ayuntamiento, se encuentra la Iglesia del Salvador del Mundo así que aprovechando que estaba abierta, entramos en ella. La iglesia fue inaugurada en 1610 y en su interior destacan los retablos del altar y las tallas doradas. 



Ya era hora de acercarnos a uno de los puntos fuertes de la ciudad y también aprovechamos para descansar un rato: el templo romano de Évora. Aunque el templo es a veces llamado de Diana, no hay pruebas científicas que lo asocien a tal divinidad. De hecho, lo más probable es que el templo fuera construido en honor a César Augusto. Fue construido en el siglo I a.C y modificado en los siglos II y III. 

Durante la Edad Media sus restos fueron utilizados para la construcción del castillo de Évora. Desde el siglo XIV a 1836 fue una carnicería. Por fin en 1992, se realizaron excavaciones en los alrededores y el instituto portugués de Patrimonio Arquitectónico se encargó de conservarlo. 

La estructura original del templo era probablemente muy parecida a la de la Maison Carrée de Nimes. Hoy en día se mantienen en pie catorce columnas de granito con sus capiteles de corintios. 





Volvimos prácticamente sobre nuestros pasos al hotel a descansar, ir a la piscina y después cenar. Tenéis toda la información sobre el hotel en este enlace.

La cena nos gustó menos que el desayuno por la escasez de variedad. Podéis ver fotos de la misma en el enlace anterior. 

Y con esto terminamos nuestro primer día por la ciudad. Pronto a dormir que al día siguiente aún nos quedaban muchas cosas más por descubrir. 

Comentarios