Eurostars Book Hotel en Munich

A pesar de todas las restricciones y de a última hora ser incluidos en países de alto riesgo (por lo que tuvimos que registrarnos en una página alemana y mandar nuestros pasaportes covid), pudimos por fin disfrutar de unas vacaciones navideñas en la ciudad de Munich en Baviera. Y para ello nos hospedamos en el Hotel Eurostars Book a escasos minutos andando de la Estación Central de la ciudad, algo indispensable al llegar en tren a la misma desde el aeropuerto. 

El hotel está muy bien ubicado aunque la zona adolece de no tener muchos restaurantes (sobre todo el día 25 y 26 donde prácticamente estaba todo cerrado) pero por otro lado eso supuso tranquilidad total por la noche (aparte de estar ubicados en la sexta planta). 

Ningún problema a la hora del check-in. Llegamos al hotel en torno a las 12 de la mañana y las habitaciones ya estaban preparadas (sin duda porque éramos pocos huéspedes en él). Nos hospedamos en dos habitaciones dobles (afortunadamente una al lado de la otra). En recepción muy amables, tanto a la llegada como a la salida nos encontramos con personal español que en todo momento fueron muy serviciales. 

En las zonas comunes, eché en falta un bar o un salón donde poder estar ya que el último día pasamos un rato esperando la hora para ir al aeropuerto y solo disponían de esas sillas y mesas que veis en la foto anterior, supongo que igual el problema era la pandemia y que para tan pocos huéspedes, no merecía la pena tener abierto el bar. 

Como ya os he comentado, teníamos reservadas dos habitaciones dobles. Bastante amplias y con un cuarto de baño grande con ducha. A la llegada teníamos unos bombones de regalo y también había una tetera para poder hacerte un té o un café calentando agua, una caja fuerte y una nevera dentro del armario. 

El comedor también era bastante amplio y como ya os he comentado al haber pocas personas, nunca tuvimos problema de espacio ni a la hora de guardar la distancia de seguridad. 

El desayuno estaba correcto con todo lo que podrías tener interés en comer. De caliente, salchichas, huevos duros, huevos revueltos, bacon, y verduras. Distintos tipos de dulces, café, zumos, embutido, para hacerse unas tostadas, gofres, tortitas, quesos, yogures... Vamos que no faltaba de nada. Os dejo unas cuantas fotos para que lo comprobéis vosotros mismos. 

En líneas generales, pondría al hotel una puntuación de 8,5 con puntos fuertes su ubicación con respecto a la estación central y a pocos minutos de la plaza Karlsplatz, el hecho de que la mayoría del personal fuera español, la amabilidad del mismo, la limpieza y amplitud de las habitaciones. Como punto negativo el barrio que no tenía muchos sitios donde comer puesto que la gran mayoría era de comida hindú, y la falta de un bar o zona de estar común. 

Por cierto, riquísimos los pretzel del desayuno.