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Visita a Fuentidueña en Segovia

Como amantes de los viajes, siempre nos ha parecido una gran idea el que Diputaciones o Comunidades Autónomas ofrezcan visitas a pueblos o abran iglesias que normalmente se encuentren cerradas como manera de dar a conocer su oferta turística. Así que hace unos días con la iniciativa de @Prodestur Segovia "Viajero, yo te enseñaré Segovia" visitamos la localidad de Fuentidueña con nuestro guía Raúl. 

Quedamos a las 11 de la mañana en la Plaza de la Villa, y en nada empezamos la visita del lugar. La verdad es que según van pasando los años, cada vez nos gustan más las visitas guiadas, sobre todo cuando el guía te van dando explicaciones sencillas y al mismo tiempo amenas, sin caer en ser demasiado técnico. 

La villa de Fuentidueña es de origen prerromano y está declarada Conjunto de Interés Cultural. Fue repoblada en el siglo XX durante el reinado de Alfonso VII y conoció su máximo esplendor durante los siglos XV y XVI cuando fue cabecera de su comunidad de Villa y Tierra. 

En la plaza de la villa se encuentra el Ayuntamiento y mientras esperábamos al resto del grupo nos dedicamos a hacer fotos a través de los miradores de la muralla, frente al Ayuntamiento, desde donde se vigilaba el acceso a la villa por el puente romano. 















Nuestro primer destino fue la iglesia de San Miguel, en lo alto de la villa. De camino, Raúl nos mostró una piedra en la que se podía leer un escrito que mencionaba una posible batalla que tuvo lugar en los aledaños de Fuentidueña, posiblemente una de las primeras muestras del castellano. 


Una vez en la iglesia, esperamos unos minutos para que Raúl fuera a buscar a la señora que abría la puerta. Preciosas las vistas de la villa desde el lugar en el que está ubicada la iglesia. 






El templo tiene tres puertas: la situada en el pórtico, la de acceso al templo y la situada en la parte occidental, llamada Puerta de los Perdones. 










La iglesia tiene un ábside semicircular con los típicos canecillos al igual que en la portada principal. 








En el interior hay una única nave con bóveda de medio cañón y dos capillas a ambos lados del ábside, mandadas construir por Don Pedro de Luna en el siglo XVI. Destacan entre los capiteles del interior el de la psicostasis que se refiere al acto de valoración de un alma mediante su pesaje. Presidiendo el templo se encuentra la talla de San Miguel Arcángel. 








Raúl nos contó pormenorizadamente y con todo lujo de detalles lo más destacado de la iglesia desde el punto de vista artístico. Una de los puntos más curiosos fue uno de los canecillos que nos mostró dando la vuelta a la iglesia que ilustraba a un hombre y a una mujer realizando el acto sexual. 



Después de la visita de la iglesia de San Miguel, nos trasladamos a las ruinas de la iglesia de San Martín, templo románico del siglo X-XII. El ábside actualmente se encuentra en el Museo de los Claustros de Nueva York por un acuerdo entre EEUU y España a cambio de las pinturas de San Baudelio de Berlanga en Soria y de un dinero para restaurar el techumbre de la iglesia de San Miguel Árcangel. La verdad que cuando Raúl nos comentó este hecho, no puedes evitar sentir pena por el "expolio" que se ha llevado a cabo con muchas de las iglesias de nuestro patrimonio.

Junto a la iglesia se encuentran restos de la muralla y del castillo y de una necrópolis formada por tumbas alrededor de las ruinas antes mencionadas. Son en total unas doscientas sepulturas antropomorfas talladas en la roca del siglo X hasta el XVII. 






Volvimos al centro de la villa para despedirnos, no sin antes hacer un último comentario sobre la Puerta del Palacio y el edificio anexo a la misma que fue construido a mediados del siglo XV y fue residencia de D. Pedro de Luna Manuel y de su familia. Hoy en día es un hotel posada pero debido al covid, actualmente se encuentra cerrado. 





La visita a Fuentidueña terminaba pero no así la visita del día de hoy. Nos trasladamos a Sacramenia con la intención de ver el interior de la iglesia de San Martín con unas pinturas muy interesantes pero por desgracia el párroco se encontraba de viaje así que no pudimos acceder. Para que el traslado a Sacramenia no fuera en vano, nos hicieron una visita guiada de las Bodegas Zarraguilla por su interior, enseñándonos todo el proceso de envasado de los vinos de la localidad. Antes de ello, nos despedimos de nuestro guía Raúl, con su famoso "Viajero, yo te enseñaré Segovia". 

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