Restaurante Sfoglia Rina en Bolonia

Uno de los preparativos previos a un viaje consiste en seleccionar aquellos restaurantes que reúnan las famosas tres B: bueno, bonito y barato. Y después del proceso de investigación en internet, Sfoglia Rina era uno de los elegidos. A pesar de la espera de casi media hora a pleno sol (evidentemente el Covid tuvo parte de culpa), sin duda, este restaurante fue el mejor de todos los que visitamos en Bolonia, uno de esos "must" que no puedes perderte si quieres probar auténtica pasta fresca italiana. Está situado en la Via Castiglione, en pleno centro de la ciudad.  

En su interior tiene mesas para 2, ó 4 personas e incluso una mesa amplia en donde puedes compartir espacio pero siempre guardando la distancia de seguridad. Nosotros preferimos esperar un poco más para poder sentarnos en una mesa de 2. La carta no es muy amplia, tiene unos platos de pasta fresca del día y luego la carta de diario. La bebida es toda bio (es decir fabricada por ellos), incluso la cola o el nestea (que evidentemente no se llamaba así). 

 

He de reconocer que nos hicimos un poco de lío con el menú, y acabamos pidiendo para compartir unos taglioline que confundimos con taglieri (la famosa tabla de embutidos y quesos), ahora entiendo la cara de extrañeza de la persona que nos atendió. El caso es que desde un punto de vista positivo, nos permitió probar diferentes tipos de pasta. Después yo me elegí unos tagliatelle al ragú (una de las especialidades del restaurante) que estaban riquísimos, los mejores que he probado en mi vida y mi marido otra lasaña (también la mejor que probó en Bolonia). Junto con la pasta, te daban un cuenco con sandía y cebolla. Original. 

Y ahora unas fotos del local. No muy grande aunque con recovecos y además con una decoración muy original. Podías también ver la cocina y cómo iban preparando los platos y el restaurante tiene una tienda en la que comprar pasta fresca. Lástima que no pudiéramos traerla a Madrid pues necesitaba frío. 

Si mal no recuerdo cada plato de pasta rondaba los 8 ó 10 euros, así que en total menos de 40 euros por haber comido la pasta más rica y fresca de toda Bolonia. Un "must" en tu próximo viaje a la ciudad.