Blog Los viajes de Dora Hotel Best Benalmádena ~ LOS VIAJES DE DORA
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Hotel Best Benalmádena

Lo que nos está costando este año por el blog despedirnos de las vacaciones, así que sorteando a DANA, que casi nos juega una mala pasada, nos fuimos de finde a la Costa del Sol, concretamente a Benalmádena. Un viaje relámpago pero muy bien aprovechado, porque nos dio tiempo a todo, a visitar el precioso Castillo de Colomares, a bañarnos en la playa y en la piscina del hotel, a dar un paseo nocturno por Benalmádena y jugar al mini-golf y por supuesto a volver a casa con dos kilos de más por el buffet del hotel. 

El Hotel Best Benalmádena es un hotel de cuatro estrellas situado frente al Mar Mediterráneo y a unos 200 metros de la playa. 




Al llegar pronto, antes de la hora de check-in, en recepción nos informaron de que, como era de esperar, las habitaciones aún no estaban disponibles, pero nos tomaron nota del teléfono para ponerse en contacto con nosotros en cuanto estuvieran listas. Eso sí, pudimos empezar el día con la comida incluida, ya que habíamos reservado pensión completa. 

Tanto la zona de recepción como el salón a la entrada son muy amplios y espaciosos. 




Reservamos dos habitaciones, una triple y una doble, aunque en realidad las dos eran exactamente iguales. Todo muy limpio con un baño amplio con bañera y una habitación con dos camas de matrimonio, terraza, una mesa con televisión, y otra mesita con un par de sillones en forma de pequeño salón. Muy espaciosa. 

      




Al estar en el séptimo piso, no oíamos nada de ruido del exterior. 


De las instalaciones del hotel, a destacar la zona de piscina, con tumbonas, donde había una piscina para nadar y otra piscina de chorros. También había una amplísima cafetería, sauna, gimnasio y vestuarios. 






Estuvimos alojados en régimen de Pensión Completa y la verdad es que tanto la comida, cena, como desayuno nos encantó. Mucha variedad con multitud de opciones para comer y además con show-cooking pues te hacían a la plancha un wok o carne o pescado. Y en el desayuno te hacían tortitas o tortillas de jamón o queso en directo, así como smoothies para desayunar. . Además la forma en que los distintos tipos de comida estaban puestas, en forma de islas, permitía que no se formaran colas puesto que la gente se iba repartiendo entre ellas. Había una isla para los postres, otra para pasta, otra para los platos calientes, otra para las ensaladas y los platos fríos, aparte de la zona donde hacían los woks, las pizzas (también hechas en el instante) o el arroz. Nos gustó tanto que el día de salida, que ya no teníamos comida, comimos allí pagando 15 euros por personas, bebida aparte. Os dejo unas cuantas fotos. 





















Esa isla de chuches de la cena iluminó los ojos de mi hijo pequeño, bueno y de todos, jejejeje. Unas fotos de los desayunos. 








Al igual que todas las instalaciones del hotel, el restaurante también era bastante espacioso y, si bien es verdad que ya era septiembre, no nos dio sensación de agobio en ningún momento aunque evitamos las horas de máxima afluencia, de la cual te avisaban en recepción en unas pantallas. 


Comer o desayunar con esas vistas no tiene precio. En general, el hotel nos pareció casi perfecto, lo único que no nos gustó es que el wifi desde las habitaciones no funcionaba muy bien. Amplio, con muchas instalaciones, y sobre todo con una comida bien preparada y muy variada. 

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