Blog Los viajes de Dora AN TÉ A BHÍÓNN SIÚLACH, BÍONN SCÉALACH - Día 7 ~ LOS VIAJES DE DORA
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AN TÉ A BHÍÓNN SIÚLACH, BÍONN SCÉALACH - Día 7

Hoy nos volvemos a levantar bastante temprano, de hecho tomamos de nuevo el desayuno en el lobby porque a las 8 tenemos que estar frente al Custom House de nuevo que salimos en dirección a Cork con Olé Irlanda y con una nueva guía: Isabel. 

Al ir hacia el sur de Irlanda, recorremos Dublín pero en dirección contraria a donde habíamos ido los tres días anteriores de tour así que aprovecho para ir haciendo fotos de todos los puentes sobre el río Liffey. 





El de la última foto está también diseñado por el arquitecto Calatrava y representa un libro abierto por eso recibe el nombre del puente de James Joyce. Eso sí, aunque no se vea muy bien en la foto, en los laterales hay un piso de cristal que teniendo en cuenta que en Dublín llueve prácticamente todos los días, no es muy conveniente cruzar porque el suelo está resbaladizo.

Hacemos como siempre una breve parada para estirar las piernas, ir al servicio y comprar algo de comer, menudo muffin me compré, buenísimo. 

     


Aproximadamente a las dos horas llegamos a nuestro primer destino: el castillo de Cahir. Este fue construido en el año 1142 por Conor O'Brien en el estilo arquitectónico conocido como normando. Visitamos su interior y posteriormente en el tiempo que Isabel nos dio, fuimos a ver un bosque de hadas. 


      






Además también intentamos sacar la espada de Excalibur, ya que cerca de Cahir se filmaron algunas escenas de la película, pero nada, no fue posible. 


     

A continuación nos fuimos ya para Cork. En una hora más o menos llegamos y amenazaba lluvia. Nos dejaron dos horas para visitar la ciudad e Isabel nos indicó qué era lo más importante para ver: The English Market, frecuentado por la reina Isabel, la catedral y el fuerte. Además en esas dos horas también teníamos que comer, lo que hicimos rápidamente en un Burguer al lado del mercado porque queríamos poder dedicar el mayor tiempo posible a ver la ciudad. Una pena que no hubiéramos tenido más tiempo, con una hora más suficiente. Así que ya tenemos una nueva excusa para volver a Irlanda. 

Una vez nos bajamos del autobús dimos un rápido paseo por el English Market. Todo el mundo lo visita actualmente porque la Reina Isabel II así lo hizo en visita de Estado en 2011 y dijo que le sorprendió muy gratamente. 





Después nos fuimos a comer al Burger todo lo rápido que pudimos para poder tener tiempo de visitar al menos la catedral que sabíamos que nos iba a enamorar y efectivamente así fue. 

Sin duda sus tres chapiteles que se ven desde el río ya impresionan pero cuando te acercas a ella ya caes rendido a sus pies. 






Los mayores accedimos a su interior después de pagar 5 euros que merecieron la pena. 


Rápidamente buscamos el fuerte Elizabeth llamado así por Isabel I. El fuerte fue en principio fortaleza defensiva, posteriormente cuartel y finalmente prisión. La entrada gratuita y lo mejor: las vistas de la catedral desde la parte más alta del fuerte. 




No nos dio tiempo a más, tuvimos casi que volver corriendo al autobús, jejejeje. 

Ya en el autobús Isabel nos fue contando la historia de la ciudad y explicando algunos de los lugares que veíamos. Recuerdo que nos dijo que los irlandeses son bastante respetuosos cuando conducen y que no utilizan prácticamente el claxon para nada. Hice bastantes fotos desde el autobús pero la calidad no es muy buena por los cristales, aún así os dejo algunas. 







No pudimos estar más tiempo en Cork porque antes de volver a Dublín, teníamos una última parada en The Rock of Cashel, también llamada de San Patricio porque allí el santo convirtió al rey de Munster en el siglo V. 

Hay una abadía en el lugar destruida por las tropas de Cromwell en 1647. Actualmente están reconstruyendo algunas zonas pero sin duda me quedo con lo antiguo. 




     


     

Isabel también nos indicó donde comer unas tartas exquisitas, así que una vez que terminamos la visita a la Roca, nos fuimos directamente a probarlas. La de limón riquísima. 


Unas dos horas más de trayecto hasta Dublín y a cenar. Como habíamos comido deprisa y corriendo, y siguiendo las indicaciones de Isabel, nos fuimos a cenar a la zona del Temple Bar a un sitio de hamburguesas llamado Bunsen. De todas las que comimos en el viaje, las mejores con diferencia. La carne se te deshacía en la boca. Y además, también por indicación de Isabel, probamos las sweet potatoes, hechas con boniato y al papi le encantaron, mucho más suaves y no tan pesadas como las patatas normales. Lástima que las descubrimos ya tarde. Isabel también nos recomendó un pub por la zona, aunque algo más alejado, The Brazen Head, así que otra excusa más para volver a Irlanda. Aprovechamos para despedirnos de The Temple Bar. 







Volvimos tranquilamente al hotel pasando de nuevo por Ha'Penny Bridge. Los chicos se fueron al hotel y los mayores nos quedamos comprando algo para cenar al día siguiente en el avión. 



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