Restaurante La Mina en Arroyomolinos

Celebrar un nuevo cumpleaños de nuestro hijo mayor, ya 20 años, es la perfecta excusa para descubrir nuevos restaurantes y poder contaros en este blog todas nuestras experiencias gastronómicas por el mundo. 

En esta ocasión, para una celebración familiar elegimos el restaurante La Mina en la localidad de Arroyomolinos, cerca del centro comercial Xanadú. 

En las cercanías del restaurante se puede encontrar aparcamiento, en concreto nosotros lo conseguimos en la calle Álamo sin muchos problemas. En su página web te ofrecen una hora de aparcamiento gratis en el parking público que se encuentra justo frente al restaurante, pero desde luego si vamos a comer, necesitarás más de una hora porque quizás lo único negativo que vimos es que fueron un poco lentos a la hora de servirnos, problema de escasez de camareros o de personal en cocina, no sabemos, pero nos tiramos dos horas para comer y tampoco es que el local estuviera a rebosar. 

Salvo este pequeño inconveniente, he de decir que la relación calidad precio es más que aceptable. Al ser un restaurante asturiano la especialidad es el cachopo y disponen de menú diario y en festivo a un precio bastante competitivo, 16 € y si pides de segundo cachopo para dos, a 18,50 € por persona. 

Había bastante gente en la barra, y luego tiene dos comedores, no muy grandes, de tamaño mediano. La verdad es que estuvimos cómodos y con espacio entre mesas, salvo que al entrar hacía bastante frío (el día no acompañaba) y al parecer acababan de encender la calefacción pero en cuanto empezamos a comer, el frío se nos fue pasando. 

Mientras esperábamos los primeros, nos trajeron de entrante unos trozos de empanada para todos los comensales.

De primero nos pedimos macarrones con carne (no tuvieron ningún problema en solo echarle tomate al peque), fabada (con cantidad como para dos personas), revuelto de ajetes, menestra de verduras, revuelto de picadillo y setas a la plancha con jamón. 

De segundo, también hubo para todos los gustos puesto que el menú tiene donde elegir. Huevos rotos con picadillo, entrecot a la plancha, merluza en salsa verde, y por supuesto cachopo para compartir (el cual nos lo ofrecieron con jamón y queso, con jamón y cabrales o con picadillo en vez de con jamón). Elegimos el primer tipo y estaba riquísimo, además de ser una buena cantidad. 

     

De postre, elegimos tiramisú, fruta, pudding o fresas con nata. 

      

También nos invitaron a un licor, aunque como no nos lo habían dicho antes, ya estábamos levantados. Pues nada a tomar un licor para terminar la comida. 

En conclusión, excepto los pequeños inconvenientes que os he comentado, sin duda la relación calidad precio es muy buena y además las cantidades son más que correctas.