Sidrería Oilurta Azpi en Hondarribia

En nuestro corto pero intenso fin de semana en el norte de España decidimos comer un día en una auténtica sidrería vasca para degustar un menú de sidrería y después del proceso de investigación y de comparar diversos restaurantes, elegimos la sidrería Oilurta Azpi en Hondarribia por varias razones. 

En primer lugar, porque disponía de menú de niños a un precio bastante razonable para el más pequeño del grupo. En segundo lugar, porque el precio del menú no era excesivo en comparación con otros lugares. Y en tercer lugar, porque nos permitía después de comer acercarnos a la playa de Hondarribia por su ubicación, la cual además también suponía disponer de aparcamiento fácil ya que el restaurante se encuentra ubicado en una zona rodeada de naturaleza, de hecho el Tom Tom nos perdió y tuvimos que echar mano del Google Maps del móvil porque si no, aún estaríamos perdidos por los montes vascos y eso que hay indicaciones desde la carretera de Irún a Hendaya pero como confiábamos en el navegador, ni siquiera nos fijamos en las coordenadas que desde su página web te dan para llegar con más facilidad a la sidrería. 

A pesar de que nos habían reservado la mesa en esa zona que ves al aire libre, preferimos comer dentro y eso que las temperaturas por el norte eran bastante altas comparadas con lo normal. 

El pequeño eligió el menú de niño que consistía en pasta y filetes de lomo. Se comió absolutamente todo y eso que no es de mucho comer. Todo ello por 13 euros. También podías escoger de primero croquetas y de segundo albóndigas con tomate. 

Desde este humilde blog, rompemos una lanza a favor de los restaurantes que incorporan menú infantil, para nosotros que nuestro peque, ya no tan peque, es algo especial a la hora de comer, encontrarte un menú tipo de pasta y filete a un precio razonable resulta muy beneficioso. 

Otro de los miembros del grupo se decantó por el menú de fin de semana de 23 euros. 

Por si no podéis leerlo bien, os lo digo. De primero, ensalada con queso de cabra, ensalada mixta, espárragos con mahonesa o croquetas y de segundo solomillo de cerdo, pollo al horno, atún con pipirrada o menestra de cordero. Croquetas y solomillo de cerdo es lo que pidió la persona que eligió este menú. 

Aunque parezca que en las fotos no hay mucha cantidad, nadie se quedó con hambre. Eso sí, en mi opinión, el menú de sidrería por la cantidad y el precio merecía más la pena que al fin y al cabo para ello era para lo que habíamos reservado este restaurante. 

El menú de sidrería consistía en tortilla de bacalao, bacalao frito y por último chuleta o costilla, con costilla costaba 30 euros y con chuleta 34. El resto del grupo, los 6, elegimos el de chuleta. No se puede pedir este menú solo para una persona. 

Empezamos con la tortilla de bacalao, nos trajeron dos para los seis y ese es el número de huevos que utilizaron para hacer cada una de las dos tortillas. Riquísima y no muy cuajada. Más rica aún. 

De segundo el bacalao frito con un acompañamiento de pimientos verdes y cebolla. No sabría decir si más rico que la tortilla o no. El caso es que no quedó nada en los platos. Para los seis, nos trajeron dos platos como el que veis. 

Y llegamos a la estrella del menú: la chuleta. Medio kilo de carne para cada dos personas porque, ante nuestro asombro, nos trajeron tres chuletas para los seis. Espectacular. 

De postre para el menú de sidrería, nos dieron a elegir entre membrillo con nueces y queso o tarta de sidrería. Decidimos pedir los dos para probar de ambos. 

Y para beber, sidra a volonté que podíamos escanciar directamente del barril. 

     

     

Ni qué decir que aunque evidentemente éramos conscientes de que la comida suponía un gasto mayor del que normalmente hacemos para comer cuando viajamos, comimos bien, muy bien, todo bien preparado, con una buena atención y salimos bien llenos, vamos que podríamos desde el monte haber bajado rodando a la playa, jajajajaja. Relación calidad-precio estupenda. Os lo recomendamos.