Aprovechando de nuevo la iniciativa de la Comunidad de Madrid de Bienvenidos a Palacio, nos dirigimos a visitar el Palacio de Godoy en Madrid situado en la Plaza de la Marina Española al lado del Senado y actualmente sede del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
La historia del palacio de Godoy se remonta al reinado de Carlos III, cuando el monarca ilustrado ordenó la compra de unos terrenos para la apertura de la calle Bailén y la construcción de la residencia de su Secretario de Estado, el marqués de Grimaldi. El arquitecto elegido para el proyecto fue Francisco Sabatini. La construcción del palacio comenzó en 1775 y finalizó tres años después.
A pesar de haber sido proyectado como residencia del marqués de Grimaldi, este nunca llegó a habitar el palacio, ocupándolo su sucesor en la Secretaría del Estado, el conde de Floridablanca, que permaneció en el mismo hasta su caída política.
Su siguiente propietario fue Manuel Godoy, Príncipe de la Paz, quien poco después adquirió varias casas cercanas para ampliarlo, encargando el proyecto a Juan Antonio Cuervo y Jean Demosthène Dugoure.
En la planta baja se encontraban las habitaciones de servicio, el Gabinete de Historia Natural, la Biblioteca, el Archivo del Secretario de Estado y las habitaciones de verano de la condesa.
Godoy atesoró en su interior grandes e importantes colecciones de arte, entre cuyas piezas destacaban las Majas y los tondos pintados con alegorías de Goya.
Por su parte, el piso principal contaba con veintinueve estancias, entre las que destacaban el oratorio, el salón de columnas y las habitaciones de Godoy, en la zona cerca a la calle Bailén.
Durante la Guerra de Independencia el Palacio fue ocupado por el general Murat y las tropas francesas. Posteriormente se instaló en el inmueble la Biblioteca Real. Más tarde fue Casa de los Ministerios y sede del Ministerio de la Marina y Museo Naval.
Al concluir la Guerra Civil el edificio fue ocupado por el Museo del Pueblo Español hasta 1975, año desde el que acoge al Instituto de Estudios Políticos, hoy denominado Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
Todas estas vicisitudes a las que hay que sumar un incendio y una demolición de toda la parte de las habitaciones de Godoy para ampliar la calle Bailén, hace que de la visita actual al palacio solo te enseñan la escalera que también ha sufrido cambios desde la época de Sabatini, la sala de Juntas, la sala de los Tapices y unos tres despachos más en donde se conservan los techos de la época.
Desde uno de los balcones pudimos ver el Palacio Real y la calle Bailén, todas las estancias que se encontraban en esa zona fueron demolidas como os he comentado antes. Una pena que un palacio que en su tiempo debió de ser impresionante, haya quedado reducido de esa manera por diferentes vicisitudes. Eso sí, la visita resultó muy interesante y muy claras las explicaciones de la guía. A ver si el año que viene conseguimos otras visitas de Bienvenidos a Palacio.
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