Blog Los viajes de Dora Amanece en Edimburgo - Días 4 y 5 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Amanece en Edimburgo - Días 4 y 5

Sí, definitivamente en Edimburgo llueve y hay niebla incluso en verano, sobre todo si la ciudad se siente triste porque es nuestro último día de viaja ya que al día siguiente no tendríamos tiempo para nada, tan solo desayunar y despedirnos del precioso apartamento que había sido nuestro hogar durante esos increíbles días en una de las ciudades más bonitas de Europa.

Después del cansancio del día anterior y de lo tarde que volvimos al apartamento, y más teniendo en cuenta que no teníamos ninguna visita programada, nos levantamos algo más tarde e improvisamos el planning porque la lluvia nos obligó a centrarnos en ver museos e iglesias, no era cuestión de estar paseando por la ciudad con esa lluvia tan fina que parece que no te calas, pero que en realidad te empapa. 


Como a una servidora tenía la necesidad de comer en el pub Conan Doyle, nos dirigimos como cada día en autobús hasta York Place en donde también se ubica la iglesia de St. Mary. Ya que estaban en misa y no podíamos acceder a la misma, bajamos por toda a calle antes mencionada para ver el Scottish National Portrait Gallery, gratuito por supuesto. No es que la pintura sea de mi agrado, pero al menos estaríamos a refugio de la lluvia y sobre todo podríamos admirar su hall, impresionante. 







Volvimos a la iglesia y antes de comer, visitamos su interior. 




Otra de las razones, aparte del pub, por la que nos acercamos a esta zona de Edimburgo, era porque en Picardy Place, en la plaza justo donde se ubica el pub, hay una estatua de Sherlock Holmes justo delante de donde Conan Doyle nació, como podéis ver en la siguiente foto que me he tomado la libertad de coger de internet. 


Pues bien, ¿me podéis explicar quién quita una estatua así por unas obras? Esta es la imagen que tomamos de donde, supuestamente, debía estar la estatua. 


Imperdonable, jajajajaja. En fin, otra excusa para volver a Edimburgo. 

Qué decir del pub, impresionante, precioso por dentro, con todo lujo de detalles y de objetos relacionados con el escritor y con su famoso detective. Y comimos de maravilla, los chicos de nuevo se decantaron por una hamburguesa, de los mayores la mayoría tenía que despedirse con un fish and chips pero una servidora, valiente, decidió probar Balmoral Chicken y he de decir que me encantó: pollo asado sobre una cama de puré de patatas con haggis y bacon. 



     




De nuevo con nuestro descuento del 25%, así se puede comer en un auténtico pub disfrutando de buena comida y de la compañía. 

Como seguía chispeando, de hecho no paró en todo el día, nos fuimos dando un paseo hasta el Museo de Escocia en Chambers Street bajando por todo North Bridge y South Bridge. 

Qué puede decir del museo, gratuito también por cierto. Enorme, impresionante, para mi gusto un poco caótico, y es que ni con mapa me enteraba de a donde tenía que ir. Aparte del interior del edificio que es espectacular, nos gustó mucho la parte de los animales disecados, con la oveja Dolly y a los peques todo lo relacionado con la tecnología porque en muchas cosas es un museo interactivo de esos en los que pueden tocar de todo. Me quedé sin ver el ajedrez de la isla de Lewis porque estaba en un planta intermedia, ya que los ascensores solo te llevaban a las plantas impares 1, 3, y 5 y de reconocer que fui incapaz de dar con la manera en llegar a la planta 2 en donde se encontraba el ajedrez pero bueno, me traje una reproducción de una de las figuras de recuerdo. 






     

     


Subimos incluso a la terraza pero evidentemente el día no estaba para hacer fotos, menuda niebla, increíble en pleno mes de Agosto. 




En ese momento entendí por qué el observatorio de Calton Hill había sido un fracaso.¿Observar las estrellas con esa niebla? Imposible. 

Desde el museo y para terminar ya el día, llegamos hasta la Catedral de St. Mary's en Palmerston Place, una despedida de Grassmarket y sus pubs, de los que ya os hablaré en otra entrada, y del preciado castillo, que con la niebla apenas podíamos ver. 





¿Veis las caras de tristezas porque nos íbamos de Edimburgo? Jejejejejeje. 

Y así llegamos hasta la Catedral de St. Mary's, gótica por cierto. 



     

¿Veis en la primera foto a mi hijo pequeño entrar en la iglesia con una bolsa porque habíamos comprado pan para hacernos unos bocadillos para el día siguiente y algo de bebida? Pues bien, nunca más se supo de esa bolsa, jajajajajaja. 

Agotados y algo tristes porque ya estaba llegando al fin esta nueva aventura de los 7 fantásticos, buscamos desesperadamente la forma de llegar a una parada de alguno de los autobuses que nos llevaran de vuelta al apartamento, cosa que encontramos cerca de la estación de Haymarket. Ya en casa, duchas, cena, maletas y a dormir. 

A la mañana siguiente nos levantamos con bastante tiempo de antelación, los horarios de los vuelos de Edimburgo a Madrid son malísimos, a las 12 de la mañana, que te impide aprovechar la mañana pues venían a recogernos a las 9 y tienes la sensación de que realmente es un día perdido. 

Desayunamos, terminamos de comprobar que no nos dejábamos nada en la casa, nos despedimos de nuestro precioso rincón en el salón y con puntualidad británica, que no inglesa, llegó nuestro transfer. Encantados con civitatis, es probable que en viajes venideros, contemos con ellos para llevarnos al hotel desde el aeropuerto. 





En el aeropuerto, aún tuvimos tiempo de probar los donuts escoceses, mmmm, nada que envidiar a los nuestros. El vuelo sin problemas, con alguna turbulencia más que a la ida, pero llegamos sanos y salvos a casa, cansados, agotados más bien, pero muy, muy felices y sobre todo enamorados de Edimburgo. Nos supo a poco, nos habríamos quedado unos días más, quizás en otra ocasión y así aprovechamos para ver Escocia en profundidad. Demasiados lugares a los que volver pero aún somos jóvenes, unos más que otros, jejeje, y sobre todo tenemos muchos ganas de seguir disfrutando de Nuestros viajes por Europa. 

     

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