Restaurante Lara Grill en Madrid

Quién podía resistirse a un día de compras y de probar un nuevo restaurante de comida rápida con esos deliciosos batidos de los que todo el mundo habla últimamente. Evidentemente, en este blog encontramos el momento propicio para reservar mesa para la toda la pandilla en el restaurante Lara Grill en la calle Santa Engracia, muy cerca de Cuatro Caminos, y así de paso recordar nuestros años de adolescente. 

El restaurante abría a la 1, y a esa hora teníamos ya la reserva. Por cierto, que sin duda tienes que reservar por su página web pues el local es pequeño y como no lo hagas, te puedes encontrar todo lleno. Nos ubicaron en una mesa para los 7, justo a la entrada. Es lo único que podemos destacar como negativo porque al principio hacía algo de frío, ya que cada vez que abrían la puerta, entraba aire. Pero luego nos dijeron que podían encender la bomba de calor y pasamos del frío al calor. A la hora de reservar te preguntan si quieres compartir mesa, ya que tienen capacidad para 7 ú 8 personas o si quieres comer en la terraza, teniendo en cuenta que estamos en febrero, preferimos dentro. 

Por lo demás, nos atendieron muy bien, muy amables y rápidos. 

La carta se compone de perritos, pepitos de ternera y otras carnes, hamburguesas, entrantes, ensaladas y postres, fundamentalmente. Os dejo algunas fotos de la carta, y si queréis saber más, os aconsejo visitar su página web. 

     

Como teníamos claro que íbamos a acabar probando uno de sus exquisitos batidos con tarta, nos decantamos por solo comer un plato, sin entrantes o ensaladas para picar. 

Así que probamos la hamburguesa negra, la hamburguesa U.S (afortunadamente al peque le quitaron lo que no le gustaba), otra hamburguesa U.S que pedimos de pollo (no te ponen ningún inconveniente en ello), y dos perritos, el Chamo con pimientos de piquillo extra y provolone para otra persona y  un perrito Tres Sabores. Cada plato con patatas caseras. 

     

Una servidora probó el perrito Chamo y ya estoy deseando volver para degustar otro o una de las hamburguesas, que debían estar buenísimas y potentes porque el peque del grupo no se dejó nada de nada y ya sabéis que el señorito es un poco exigente. 

Me encantaron las diversas salsas que nos trajeron para las patatas, en especial la de ajo. 

Y por supuesto el postre, batido de oreo con topping de tarta de chocolate (no nos pusieron el donut, supongo que porque no les quedaba, así que ya tenemos una nueva excusa para volver, jejeje), y batido de kit kat con tarta de red velvet. Solo dos entre 6 y decir que nos sobraron tarta porque no podíamos ya más. Todo esto más dos cafés y bebida (agua, refrescos y un tercio de cerveza) 120 euros entre los 7. A lo mejor pensáis que para ser comida rápida (de calidad, claro) es demasiado pero la verdad es que comimos muy bien y no descartamos volver a ir. Desde luego os lo recomendamos, uno de los locales de moda hoy en día, sobre todo por sus batidos. ¿Qué os parecen?

     

Qué ganas de volver a probarlos, y solo 8 euros por cada uno. Riquísimos.