Qué sensación más rara cuando toca despedirse de un lugar tan especial para nosotros, y cuando un viaje tan deseado y necesitado va llegando a su fin. Pero aún teníamos unas horas por delante para despedirnos de nuestro querido Disneyland París. Así que, último desayuno bien completo y al parque.
Íbamos a tomarnos el día más tranquilo, después del cansancio ya acumulado y de las más de 70000 personas que había en el parque el día anterior, por lo tanto hoy lo dedicaríamos a repetir en nuestras atracciones favoritas: Piratas, Big Thunder, Buzz....
Hasta volver a Fantasyland en donde nos pusimos estratégicamente preparados para volver a ver la cabalgata de Navidad. Cómo nos gustó.
Qué guapos Mickey y Minnie. Bueno, y con este último espectáculo, volvimos ya al hotel, pasando como era de esperar por todo Main Street y sus magníficas tiendas, a ver si caía algún que otro regalo, jejeje.
La vuelta al hotel un poco caótica por el autobús como os he contado en la entrada del mismo, pero como íbamos con tiempo, llegamos sin problemas al hotel, recogimos las maletas y en unos minutos llegó nuestro transfer.
Recargadas las pilas para unos cuantos meses, en concreto hasta Semana Santa cuando, aprovechando que aún tenemos los pases en vigor, volveremos a disfrutar de unos días en la magia. Esperemos que con menos gente.
Íbamos a tomarnos el día más tranquilo, después del cansancio ya acumulado y de las más de 70000 personas que había en el parque el día anterior, por lo tanto hoy lo dedicaríamos a repetir en nuestras atracciones favoritas: Piratas, Big Thunder, Buzz....
Hasta volver a Fantasyland en donde nos pusimos estratégicamente preparados para volver a ver la cabalgata de Navidad. Cómo nos gustó.
Justo antes habíamos podido conseguir hacernos foto con el conejo de Alicia, qué suerte.
Hora de comer y de nuevo elegimos el Bella Notte. Una pena no conseguir hora para hacernos foto con Bella en el Pabellón de las Princesas. Tal vez en otra ocasión.
Y para hacer tranquilamente la digestión antes de ya volver al hotel a esperar a nuestro chófer, decidimos ver el único espectáculo de Navidad que aún no habíamos visto en Videopolis, el de Mickey and his Band.
La vuelta al hotel un poco caótica por el autobús como os he contado en la entrada del mismo, pero como íbamos con tiempo, llegamos sin problemas al hotel, recogimos las maletas y en unos minutos llegó nuestro transfer.
Recargadas las pilas para unos cuantos meses, en concreto hasta Semana Santa cuando, aprovechando que aún tenemos los pases en vigor, volveremos a disfrutar de unos días en la magia. Esperemos que con menos gente.
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