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Visita a Malinas

Otra de las ciudades de la región de Flandes que visitamos en Agosto pasado durante nuestras vacaciones por Bélgica fue Malinas. Fue una visita algo relámpago ya que el trayecto de Dinant a la ciudad fue un poco problemático, así que cuando quisimos llegar a Malinas, prácticamente todos los monumentos ya estaban cerrados, a excepción de la Catedral, a la que afortunadamente pudimos acceder a su interior gracias a la indicaciones de la Oficina de Turismo que nos habían aconsejado donde aparcar. 

Así que casi in extremis, llegamos a la Catedral de San Rumoldo. La catedral fue construida en el siglo XIII. Desde el comienzo fue más grande y más impresionante que otras iglesias parroquiales y más adelante se convirtió además en iglesia de los arzobispos. Originalmente había una iglesia de tres naves en el lugar donde se encuentra hoy la gigantesca catedral. 

Durante las guerras religiosas del siglo XVI, la iglesia sufrió varios daños. Gran parte del antiguo interior se perdió. El gobierno calvinista de finales de siglo acabó con todo lo que se refería al servicio católico. Pero no fue la última tormenta a la que la iglesia se tuvo que enfrentar. En la Segunda Guerra Mundial, Malinas fue bombardeada y en 1972 estalló un gran incendio. Sin embargo, la catedral de Rumoldo resistió una y otra vez. 




El elemento más reconocible del edificio es su torre. El diseño original planteaba que estuviese coronado por un chapitel de 77 metros, pero en la actualidad es de 7 metros. La torre cuenta con 97,28 metros de altura y para subir a ella hay que recorrer 514 escalones. Cuenta con un carillón formado por 49 campanas, cada una con su propio nombre, de entra las que destaca Salvador, de 8884 kilos. Por desgracia, como ya llegamos tarde a Malinas y todos los monumentos cierran a las 5 y media de la tarde, no pudimos subir a lo alto de la torre, aunque tampoco es seguro que nos hubiéramos atrevido con esos 514 escalones. 

     

La nave principal del edificio tiene una longitud de 118 metros, haciendo de esta catedral un edificio de gran tamaño. Las líneas generales de la arquitectura están realizadas en estilo gótico brabantino, aunque debido a la duración de la construcción hay algunos elementos en otros estilos, como un coro y un altar barrocos. De su interior destaca la pintura "Cristo en la cruz" de Anton van Dyck y otras obras de artistas como Michel Coxcie, Gaspard de Crayer y Abraham Janssens. La pieza más bella de la iglesia es el altar principal de Lucas Faydherbe, que data de 1665.


     

     

     

     


     

     



Una vez visitada la catedral, empezamos nuestro paseo por la ciudad. Muy cerca se encuentra la Grote Markt. Entre los edificios de la plaza, destaca el ayuntamiento de Malinas que fue construido en el siglo XIV. 





El Ayuntamiento de Malinas es un complejo de edificios iniciado en 1320, que se compone de tres partes: El Palacio de Grote Raad o del Gran Consejo, el Belfort o torre cívica y el Lakenhal o Lonja de los Paños.

El edificio del Gran Consejo se inició en 1526 y fue diseñado por Rombout II Keldermans en estilo gótico tardío. Tras la disminución del comercio textil flamenco, el edificio no fue terminado por problemas financieros. Finalmente su construcción se reanudó hacia el 1900 cuando los arquitectos Van Boxmeer y Langerock lo terminaron en 1911 según los planos originales del siglo XVI.

     

La torre cívica en el centro fue erigida en 1320 en estilo gótico y también se quedó sin terminar. Presenta elementos barrocos añadidos en el siglo XVII.

El edificio de la derecha es el más antiguo y fue construio en el siglo XIV como un mercado cubierto de productos textiles. Gravemente dañado por un incendio en 1342, se reestructuró considerablemente. 



Como podéis ver en las fotos, al ser verano habían decidido instalar una playa artificial para jugar al voleyplaya entre otras cosas. Una pena desde luego para una plaza tan impresionante y con edificios tan increíbles. En fin, qué se le va a hacer. 

A pesar de que éramos ya conscientes de que el resto de las iglesias de Malinas estaban ya cerradas al público, decidimos dar un breve paseo por la ciudad. Así que nos acercamos en primer lugar hacia la iglesia de San Pedro y San Pablo.


Y de ahí a la Iglesia de San Juan, en cuyo interior se encuentra la Adoración de los Reyes Magos pintado por Rubens. Lástima que también estuviera cerrada ya. 





Desde allí nos dirigimos a la Iglesia de Santa Catalina del siglo XIV.



Y así llegamos al beguinaje Mayor. Pura tranquilidad y calma caminar por sus calles. 

El beguinaje era una pequeña ciudad dentro de la ciudad. Fueron fundados en la época de las cruzadas. Muchos hombres partían a ellas para no volver nunca más. A consecuencia se fue formando una población considerable de viudas, huérfanos y mujeres que no encontraban un marido adecuado. Las mujeres que no podían o no querían ir al convento empezaron a vivir juntas. A diferencia de los conventos, las beguinas no adquirían un compromiso por toda la vida. Había beguinas adineradas que construían su casa propia en el beguinaje, donde las menos pudientes alquilaban una habitación y se hacían cargo de las tareas domésticas. Para las beguinas sin recursos, existía la posibilidad de alojarse en los conventillos del beguinaje. Estas tenían que trabajar para proveer sus necesidades diarias. A partir del siglo XVII el encaje era una de sus principales actividades. 




Para volver a la Grote Markt, dimos un pequeño rodeo, de esos que tanto me gustan, para pasear por el canal del río Dyle. Puede que no tenga la magia de los canales de Brujas o de Gante, pero fue un paseo muy agradable. 






Para volver al centro, tomamos la calle IJzerenleen hasta el Schelpenhuis, edificio del antiguo ayuntamiento y posterior sede del Tribunal Superior de Malinas. Actualmente es un museo. 



Bastante cansados ya del día, decidimos volver a Bruselas no sin antes acercarnos al llamado Groen Waterke, que significa exactamente lo que verás, agua verde, un pequeño riachuelo cubierto de un color verdoso. Se trata de un remanente del arroyo Melaan, que en este lugar no se soterró ni se cegó. 


Sin duda, tendremos que volver a Malinas con más tiempo y a ser posible por la mañana, más temprano, pero desde luego para el par de horas que estuvimos, fue una visita bien aprovechada. Espero que os haya gustado el paseo por Malinas. 

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