Blog Los viajes de Dora Visita a Gante - 2017 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Visita a Gante - 2017

Volvimos a Gante, esta vez con toda la cuadrilla de los 7 fantásticos. Y por fin pudimos saborear la ciudad en todo su esplendor sin los horribles escenarios que no nos permitieron disfrutar por completo de sus edificios hace años. 

Aparcamos sin problema gracias a la tarjeta de minusválido muy cerca de la catedral, y a la mayor brevedad posible, nos dispusimos a visitar su interior. 



La Catedral de San Bavón es la iglesia más antigua de Gante. En su interior se encuentra una buena colección de tesoros artísticos, como el altar mayor barroco en mármol o el el púlpito, las tumbas monumentales de los obispos de Gante y el Tríptico del Calvario de Justo de Gante. 


     





En la cripta aún se puede ver la nave central románica. 




Y por supuesto la joya de la catedral es el cuadro Adoración del Cordero Místico de los hermanos Van Eyck. Está terminamente prohibido fotografiarlo, pero merece la pena pagar la entrada para admirarlo, además te dan un audioguía con lo que aprenderás bastante sobre la famosa obra. 

En la plaza de San Bavón se encuentra el Teatro Real, el teatro municipal de Gante con carácter internacional. 


Y al fondo, ya podemos ver la torre del Campanario o Belfort, al cual teníamos pensado subir ya que hay ascensor, jejeje, aunque a la entrada nos costó un poco hacer entender al de la taquilla que los minusválidos y un acompañante entraba gratis, menos mal que lo conseguimos. 

El Campanario Municipal de Gante (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) se alza como símbolo de la independencia de la ciudad y en él se alojaba la campana de alerta que protegía a los ciudadanos. 


Merece la pena y mucho pagar el precio y subir hasta arriba del todo porque las vistas de la ciudad a tus pies te dejarán sin aliento.





En la cumbre del campanario del siglo XIV campea orgulloso el Dragón de Gante, emblema de la ciudad. 


Justo pegada al Campanario se encuentra la Lonja del Paño, cuya construcción comenzó en 1425 pero que no llegó a su forma definitiva hasta 1907. 


Antes de acceder al interior de la Iglesia de San Nicolás, bajamos por la calle Botermarkt hasta el edificio del Ayuntamiento o Stadhuis. Este edificio se compone de dos partes. El lado de la Hoogport muestra el tardío gótico flamígero de principios del siglo XVI. En el ala renacentista, se ven columnas de tres cuartos y pilastras dóricas, jónicas y corintias. 


La Iglesia de San Nicolás es de principios del siglo XII y está dedicada a esse santo, patrón de los comerciantes y de los marineros. Estos últimos fueron los que reunieron los fondos necesarios para poner en pie este impresionante ejemplo del gótico escaldiano. 

     




Justo frente a la iglesia, se encuentra la auténtica Casa Gremial de los Albañiles. En su fachada escalonada se ven seis bailarines, que, como veletas, danzan con el viento. Son obra del cantante y escultor gantés Walter De Buck. 


Nos fuimos acercando al Puente de San Miguel, pero casi sin darnos cuenta, ya se nos hizo la hora de comer, así que decidimos buscar un restaurante asequible en la plaza Korenmarkt. Al final nos decidimos por un sitio de hamburguesas pero no un McDonalds, sino un local que nos recordaba a Londres, Ellis Gourmet Burger, no es que comiéramos mal, pues nos atendieron muy bien y las hamburguesas estaban muy ricas pero fui con diferencia la comida más cara del viaje. 






Antes de bajar las escaleras desde el Puente de San Miguel para los muelles, nos acercamos hasta la Iglesia del mismo nombre, cuya construcción comenzó en 1440. 






Al volver al puente para ya bajar a visitar los dos muelles de Graslei y Korenlei, no dejes de admirar la imagen de las tres torres de Gante, la iglesia de San Nicolás, el Belfort o campanario y la torre de la catedral de San Bavón, impresionante. 





Desde el puente, antes de bajar las escaleras, también tienes unas preciosas vista de los muelles. 





Los muelles de Graslei y Korenlei son el corazón que late en el casco histórico gantés. A partir del siglo XI, fueron creciendo las actividades comerciales en estos antiguos muelles, que se convirtieron en el puerto de la ciudad. En aquellos días, Gante tenía derecho de emporio sobre los cereales. Todas las importaciones de grano en el Condado de Flandes pasaba por este puerto, y cada embarcación que pasase tenía que entregar un cuarto de su carga de cereales como impuesto a la ciudad. Así, el Graslei y el Korenlei se convirtieron en el centro del comercio del cereal en Flandes. En ambas orillas se encuentran magníficos edificios históricos: el Almacén de Grano, originalmente de 1200 y con la fachada escalonada más antigua del mundo, y la antigua oficina de correos, construida entre 1898 y 1909.

Una gozada poder contemplar todas las fachadas de las casas gremiales, no como en nuestra anterior visita a Gante que estaban todas tapadas por escenarios. 








Dirigiéndonos al Castillo de los Condes de Flandes, pasamos por la Lonja de la Carne, en la que se comercializaba el comercio de este producto. El edificio es un magnífico mercado cubierto. A partir de finales del siglo XIX se permitió vender la carne también en las casas y establecimientos particulares y la Lonja de la Carne cayó en desuso. 





En la Plaza Sint-Veerleplein se ubica el Castillo de los Condes de Flandes. Es casi el único castillo medieval que queda en Flandes con un sistema de fortificación prácticamente intacto. Su historia se remonta a la ocupación romana. en la época medieval, los Condes de Flandes reformaron las construcciones de madera para edificar una torre del homenaje rodeada de un muro de piedra con 24 torres. 

En su interior actualmente podemos visitar el Museo de Armas y un Museo de la Tortura.










Preciosas vistas de la ciudad desde sus torres.





En la misma plaza se encuentra también la Lonja del Pescado con su fachada en la que se reconoce al dios del mar, Neptuno, que vigila sobre los ríos Escalda (hombre) y Lys (mujer). 





El cansancio iba ya apoderándose de nuestros pies. De todos modos, continuamos descubriendo Gante, y nos dispusimos a adentrarnos tímidamente en el barrio de Prinsehof. 


     



Volvimos a cruzar el río Lys para llegar hasta el Gran Cañón llamado Dulle Griet, Margarita La Loca, mujer de mal genio del imaginario popular. De hierro forjado pesa 12500 kilos y data de 1431. 


Muy cerca del cañón se encuentra la plaza Vrijdagmarkt, lugar que siempre ha tenido un papel prominente en la historia de Gante desde 1199 cuando el mercado semanal que aquí había tuvo que dejar lugar a las recepciones ceremoniales, fiestas y otras celebraciones, así como a ejecuciones, alzamientos y masacres. 





En el centro de la plaza se encuentra la estatua de Jacobo de Artevelde, emprendedor y hombre de Estado, conocido sobre todo como líder de la sublevación gantesa. Logró anular el boicot a la importación de lana inglesa y se convirtió en todo un héroe para la ciudad. 

     

En esa plaza se encuentra la cervecería Dulle Griet, el famoso local en el que si quieres probar su cerveza Kwak de más de un litro tienes que dejar en prenda un zapato, que los empleados colocarán en una cesta. 



Nosotros no fuimos tan osados, pero sí que nos sentamos en la terraza a tomar una cerveza, y la verdad es que estaba buenísima. 



Después de la cerveza, poco más nos quedaba por ver de esta preciosa ciudad, al menos todo lo que está céntrico porque para un día ya habíamos descubierto bastantes lugares, así que fuimos volviendo tranquilamente a donde habíamos dejado el coche aparcado, aprovechando para hacer alguna que otra compra. 





Fue una visita a Gante muy bien aprovechada, sin duda, no tiene nada que ver la ciudad que vimos con la de la otra ocasión con antaño. Y además pudimos probar los famosos cuberdons, un tipo de dulce elaborado con almíbar y goma arábiga de diferentes sabores que nos sirvió para reponer fuerzas después del agotador día por Gante. 

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