Edificada en el año 1051 por el príncipe obispo de Lieja, la Ciudadela se alza en la ciudad de Dinant y el Valle de Mosa convirtiéndose en el lugar histórico más importante de la misma.
Para acceder a la Ciudadela, se puede subir 408 peldaños o tomar el teleférico. El precio es el mismo, tanto si vas andando como si vas en el teleférico, así que todo dependerá de las ganas que tengas de hacer ejercicio. En nuestro caso, no tuvimos la menor duda.
Una vez arriba lo que más te llama en primer lugar la atención son las impresionantes vistas de la ciudad y del río Mosa.
Por una galería, se llega a la primera exposición de la Ciudadela, Espacio 1914. Con motivo del centenario de la Primera Guerra Mundial, podemos contemplar una exposición para conocer todo lo que aconteció en las batallas libradas en agosto de 1914. Un poco tétrico, solo pensar en lo que debieron pasar los habitantes de Dinant, te entran escalofríos. No apto para aquellas personas que se emocionen fácilmente..
Se llega entonces al Patio Central, en donde se encuentra el acceso al museo de Armas. En el patio hay unos cuantos cañones que fueron fabricados en Lieja hacia 1820.
El resto de dependencias solo se puede visitar de forma guiada. Aunque la visita sea en francés y en neerlandés, no dudéis en hacerla porque si no no podréis aprovechar al máximo vuestra visita a la Ciudadela. Además te dan un folleto en tu idioma para poder seguirla sin problema.
En principio se visitan los calabozos, donde se encuentran las celdas de los prisioneros, la sala de los guardias, así como la de tortura, con su guillotina. En 1830, durante la independencia belga, un grupo de patriotas se hacía con la ciudadela holandesa. Hasta su desmilitarización en 1868, el fuerte lo ocuparán principalmente compañías disciplinarias. Si cometía una falta, un soldado podía pasar hasta 30 días en el calabozo como castigo.
A continuación, el guía te llevará al mirador, donde podrás contemplar unas impresionantes vistas de la ciudad. Su Colegiata con su campanario en forma de bulbo, a la izquierda la célebre Roca Bayard, de 33 metros de altura. A la derecha, al otro lado del río se puede ver la ciudad medieval de Bouvignes, así como las ruinas del antiguo Castillo de Crèvecoeur.
Posteriormente, visitarás una serie de dependencias que te mostrarán la vida cotidiana de los soldados a través de cuatro escenas: la forja, la cocina, la panadería y una habitación. Los soldados gozaban de una ración de pan de 750 gramos y de dos comidas al día: un caldo acompañado de carne y verduras a las 10:00 y una ración de patatas a las 16:00. Todavía no existían los comedores, así que los soldados comían en sus habitaciones. Cada día, los soldados dedicaban entre 6 y 8 horas a la realización de ejercicios (manejo de las armas, ejercicios de gimnasia, marchas....)
En las dos siguientes salas, se presentan los momentos clave en la historia de la ciudadela.
En primer lugar, cómo Carlos el Temerario saquea Dinant. Los Duques de Borgoña reúnen las 17 provincias que se convertirán, más tarde, en Bélgica y los Países Bajos. En ese momento, Dinant sigue formando parte del principado de Lieja, que es independiente. En 1466, Felipe el Bueno da orden de tomar la ciudad por la fuerza. Las tropas borgoñas, lideradas por su hijo Carlos el Temerario, saquean e incendian Dinant y arrasan el castillo. 800 habitantes de la ciudad, atados de dos en dos, son arrojados a las aguas del Mosa.
La otra sala nos hala de la ocupación francesa de Luis XIV. En 1675, los ejércitos de Luis XIV atacan Dinant. Tras los daños ocasionados por el sitio de la ciudad, el rey de Francia decide reparar y mejorar su sistema defensivo.
En la siguiente sala se encuentra una colección privada de armas de todas las épocas: de la Edad Media hasta la Segunda Guerra Mundial.
Para finalizar la visita, se atraviesa la reconstrucción de 1930 de una trinchera de la Primera Guerra Mundial. A finales de 1914, el conflicto se convierte en una guerra de posiciones. En la región de Yser, los ejércitos se entierran en trincheras para protegerse del fuego enemigo.
Por último, se llega a la reconstrucción de un refugio derrumbado por el impacto de una bomba. La ausencia de puntos de referencias verticales provoca un efecto óptico, que nos hace perder el equilibrio. ¡Impresionante!
Dimos ya por finalizada la visita a la Ciudadela, así que vuelta al teleférico. Espero que os haya gustado y que incluyáis Dinant y su ciudadela en vuestro próximo viaje por Bélgica.
En principio se visitan los calabozos, donde se encuentran las celdas de los prisioneros, la sala de los guardias, así como la de tortura, con su guillotina. En 1830, durante la independencia belga, un grupo de patriotas se hacía con la ciudadela holandesa. Hasta su desmilitarización en 1868, el fuerte lo ocuparán principalmente compañías disciplinarias. Si cometía una falta, un soldado podía pasar hasta 30 días en el calabozo como castigo.
Posteriormente, visitarás una serie de dependencias que te mostrarán la vida cotidiana de los soldados a través de cuatro escenas: la forja, la cocina, la panadería y una habitación. Los soldados gozaban de una ración de pan de 750 gramos y de dos comidas al día: un caldo acompañado de carne y verduras a las 10:00 y una ración de patatas a las 16:00. Todavía no existían los comedores, así que los soldados comían en sus habitaciones. Cada día, los soldados dedicaban entre 6 y 8 horas a la realización de ejercicios (manejo de las armas, ejercicios de gimnasia, marchas....)
En las dos siguientes salas, se presentan los momentos clave en la historia de la ciudadela.
En primer lugar, cómo Carlos el Temerario saquea Dinant. Los Duques de Borgoña reúnen las 17 provincias que se convertirán, más tarde, en Bélgica y los Países Bajos. En ese momento, Dinant sigue formando parte del principado de Lieja, que es independiente. En 1466, Felipe el Bueno da orden de tomar la ciudad por la fuerza. Las tropas borgoñas, lideradas por su hijo Carlos el Temerario, saquean e incendian Dinant y arrasan el castillo. 800 habitantes de la ciudad, atados de dos en dos, son arrojados a las aguas del Mosa.
La otra sala nos hala de la ocupación francesa de Luis XIV. En 1675, los ejércitos de Luis XIV atacan Dinant. Tras los daños ocasionados por el sitio de la ciudad, el rey de Francia decide reparar y mejorar su sistema defensivo.
En la siguiente sala se encuentra una colección privada de armas de todas las épocas: de la Edad Media hasta la Segunda Guerra Mundial.
Para finalizar la visita, se atraviesa la reconstrucción de 1930 de una trinchera de la Primera Guerra Mundial. A finales de 1914, el conflicto se convierte en una guerra de posiciones. En la región de Yser, los ejércitos se entierran en trincheras para protegerse del fuego enemigo.
Por último, se llega a la reconstrucción de un refugio derrumbado por el impacto de una bomba. La ausencia de puntos de referencias verticales provoca un efecto óptico, que nos hace perder el equilibrio. ¡Impresionante!
Dimos ya por finalizada la visita a la Ciudadela, así que vuelta al teleférico. Espero que os haya gustado y que incluyáis Dinant y su ciudadela en vuestro próximo viaje por Bélgica.
Los horarios varían dependiendo de la temporada, así que os aconsejamos que visitéis su página web: https://www.citadellededinant.be/en/horaires.php
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