Visita a Haro

Se cree que el origen de la fundación de Haro se basa en un antiguo faro que alumbraba la desembocadura del río Tirón en el Ebro, que en aquel entonces era navegable. De la palabra faro, derivó el actual Haro. Esta zona estuvo habitada por pueblos celtas como los Berones y durante la ocupación romana, en los riscos de Bilibio existió un castro de defensa, el Castrum Bilibium.

La primera alusión a Haro data del 1040 en un documento del rey navarro García Sánchez III de Navarra en el que donaba a su esposa Estefanía de Foix, mediante la carta de arras, Bilibium cum Faro. Tras esta primera, la villa tuvo varias donaciones, como la realizada por Alfonso VI de Castilla a Diego López I, señor de Vizcaya en 1093. 

Alfonso VIII concedió fuero a Haro en 1187, conseguido por mediación de Diego López II de Haro, y que sería confirmado en 1254 por Alfonso X el Sabio. En 1288 el Castillo de Haro es asaltado, saqueado y destruido por Sancho IV el Bravo. En el siglo XIV la villa pasó a poder de los Trastámara y posteriormente a Navarra hasta que en 1430, Juan II de Castilla lo donó a Don Pedro Fernández de Velasco, con el título de Conde de Haro. Los Fernández de Velasco mantuvieron el señorío de la villa hasta la abolición de los señoríos y mayorazgos por las Cortes de Cádiz en el año 1811. 

En 1710 la ciudad juró fidelidad y obediencia a Felip V de España, en plena Guerra de Sucesión entre Austrias y Borbones y prestó refugio a la futura reina doña María Luisa Gabriela de Saboya, junto a su hijo de tres años Luis, príncipe de Asturias. El nuevo rey, Felipe V, en gratitud, la tituló Muy nombre y muy leal. 

En 1808, habiendo establecido las tropas napoleónicas cuartel en la ciudad, esta será de las primeras poblaciones españolas en adaptarse al modelo administrativo del reinado de José Bonaparte. El 27 de octubre de 1891 la Reina Regente María Cristina otorga a la villa el reconocimiento de ciudad. 

Hoy en día Haro es fundamentalmente conocida por sus vinos. Por el Barrio de la Estación, encontraremos bodegas centenarias que puedes visitar para degustar vino y comprarlo. Al final de nuestra visita a Haro hicimos lo propio.

Empezamos nuestra visita en la plaza Castañares cerca de la cual encontramos fácilmente aparcamiento. 

En primer lugar nos dirigimos a la Basílica de Nuestra Señora de la Vega. 

Construida en el siglo XVIII en sillería, ladrillo y mampostería sobre una ermita anterior existente desde el siglo VIII.

    

En su interior se puede ver una imagen gótica de la patrona de Haro del siglo XIV de origen granadino a quien se atribuyen un número notable de milagros.

Seguimos nuestra paseo por toda la Calle la Vega hasta llegar a la Plaza de la Paz, el centro neurálgico de la localidad donde se ubica el ayuntamiento y otros edificios principales. En el centro hay un quiosco.

Tomamos la calle de Santo Tomás para llegar a la Plaza de la Iglesia en donde se ubica la Iglesia de Santo Tomás. 

     

De estilo gótico florido, es monumento nacional. Construida entre los siglos XVI y XVII en piedra sillar, consta de tres naves de igual altura y torre a los pies.

     

     

     

A destacar en las calles de Haro, la gran cantidad de palacios que encontrarás a tu paso como el Palacio de los Condestables o el Palacio de los Condes de Haro. 

    

Con la compra de unos botellas de vino en el Barrio de la Estación tras cruzar el puente por el río Tirón, dimos por concluido nuestro paseo por Haro.