El derroche de dinero en la Santa Croce explica la ostentosa majestuosidad de sus incontables capillas, la mayoría de las cuales llevaban el nombre de las familias que habían pagado. También explica el esplendor de las numerosas tumbas, la primera de las cuales , la de Miguel Ángel, frente al primer pilar de la pared sur, ubicada en ese lugar por deseo expreso del artista que lo primero que quería ver cuando saliera de su tumba el Día del Juicio Final era la cúpula de la catedral de Florencia.
A la izquierda de la tumba de Miguel Ángel se alza un cenotafio de Dante. El poeta está enterrado en Ravena, en la costa oriental italiana, donde murió en el exilio en 1321.
Más adelante se encuentra el monumento de Antonio Canova a Alfieri, el opeta italiano del siglo XVIII conocido tanto por sus relaciones amorosas como por sus logros literarios.
A la izquierda se encuentra la tumba de Maquiavelo, realizada en 1787, unos dos siglos después de la muerta del escritor. Solo destaca por su famosa inscripción: "Tanto nomini nullum par elogium" (Ningún epitafio iguala a tan gran nombre).
Detrás se encuentra el sepulcro del compositor Rossini.
Y del erudito humanista Leonardo Bruni. Este último es obra de Bernardo Rossellino y se convirtió en uno de los monumentos funerarios más influyentes de los inicios del Renacimiento, especialmente porque por primera vez una figura humana no religiosa ocupaba el centro de una tumba laica.
Justo frente a este sepulcro, en el otro lado de la nave, se yergue el monumento dedicado al también erudito humanista Carlo Marsuppini de Desiderio de Settignano.
Otra de las tumbas de Santa Croce es la del célebre científico Galileo Galilei.
En el suelo en un losa encontramos la tumba de Lorenzo Ghiberti, el escultor responsable de las puertas santificadas del lado este del baptisterio.
Mirando al frente, encontramos el presbiterio decorado con la Leyenda de la Vera Cruz de Agnolo Gaddi. Estos frescos están colocados en este lugar preminente porque su tema está relacionado con el nombre de la iglesia. La historia que narran es la misma que la del fresco de Piero della Francesca, en Arezzo.
La Cappella Bardi y la Cappella Peruzzi, situadas ambas a la derecha del altar mayor son de Giotto. Sus frescos representan escenas de las vidas de San Juan Bautista y san Juan Evangelista, en la de Peruzzi, y pasajes de la vida de San Francisco, en la de Bardi.
La Cappella Baroncelli, obra de Taddeo Agnolo, está decorada básicamente con escenas de la vida de la Virgen.
A destacar también la Cappella Castellani, con pintura de Agnolo Gaddi y sus discípulos. En la pared derecha hay escenas de las vidas de San Juan Bautista y de san Nicolás de Bari. En la pared de la izquierda las escenas representan la vida de San Antonio Abad.
A la derecha de la Santa Croce está la entrada al claustro de la iglesia, que actualmente aloja un pequeño museo, el Museo dell'Opera di Santa Croce. Sus tesoros son el famoso Crucifijo de Cimabue, de finales del siglo XIII, una delas obras que sufrió más daños en las inundaciones de 1966. Y un enorme fresco de Taddeo Gaddi que incluye La Última Cena y el Árbol de la vida.
La entrada al museo también incluye la visita a la Cappella dei Pazzi, encargada a Brunelleschi en 1429 como sala capitular y mausoleo familiar por Andrea de Pazzi, miembro destacado de la dinastía de banqueros que adquirió notoriedad por su intento de derrocar a los Médicis en la fracasada conjura de los Pazzi de 1478. Brunelleschi trabajó intermitentemente en la capilla hasta su muerte en 1446, pero por falta de fondos la obra no se terminó hasta la década de 1470, momento que coincidió con el declive de la familia, hecho por el cual ninguno de sus miembros llegó a ser enterrado aquí.
La capilla puede parecer austera, pero para los gustos de la época representó uno de los momentos cumbres de la arquitectura del Renacimiento temprano. En concreto, es admirada por el modo en que la decoración complementa su sencilla forma geométrica. La decoración empieza sobre el pórtico con un friso de medallones y cabezas de ángeles, obra de Desiderio da Settignano. Luca della Robbia fue el autor del tondo de San Andrés, emplazado sobre la hermosa puerta principal de Giuliano da Maiano, y del revestimiento coloreado de la cúpula del pórtico y de la guirnalda de frutas que rodea el escudo de armas de los Pazzi.
Os dejo algunas fotos más del interior de Santa Croce. Una visita obligada en Florencia.
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