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Visita a Antequera

En nuestro viaje de Octubre 2015 a Granada, nos acercamos a la localidad de Antequera, situada en Málaga, ya que solo se encontraba a una hora larga de nuestro alojamiento.

Aparcamos el coche cerca de la Puerta de Granada del año 1748.


Llegamos a la zona de aparcamiento ubicado en las cercanías del Callejón de los Urbina, y ya desde ese lugar, supimos que Antequera no nos iba a dejar indiferente. Preciosas las vistas de sus monumentos principales desde este lugar.











Subimos por la Carrera de Madre Carmen, y pasamos al interior del Convento de la Caridad, que perteneció a los frailes Mínimos de San Francisco de Paula, que lo abandonaron tras la Desamortización, ocupando en la actualidad el conjunto la Congregación de Religiosas Terciarias, fundada por la antequerana Madre Carmen del Niño Jesús.








Y llegamos a la Plaza de las Descalzas, en donde se encuentra la Iglesia de San José, actual Museo Conventual de las Descalzas, al que no accedimos, ya que no dejaban hacer fotos en su interior.





   


Desde aquí antes de dirigirnos a la Alcazaba, giramos a nuestra derecha para llegar a la Iglesia del Carmen. De camino pasamos por los restos de la muralla. Las vistas desde el lugar en el que está ubicada la Iglesia impresionantes.





   








Las obras de este templo comenzaron en los años finales del siglo XVI. Presenta una sencilla fachada, cuyo elemento más significativo es su portada manierista. Esta se compone de un arco de medio punto jalonado de dos medias columnas toscanas sobre plintos, coronándose todo con frontón curvo y partido, que aparece centrado con un escudo del Carmelo.






La planta de esta iglesia sigue el modelo de iglesia morisca granadina, de una sola nave, capilla mayor espacialmente muy definida y capillas laterales independientes entre sí. Además, en el siglo XVIII, se añadió a los pies de la iglesia una importante capilla donde se sitúa el Cristo Yacente del Santo Entierro y presidida por la Virgen de la Soledad.



    










El importante artesonado mudéjar que cubre todo el espacio de la nave, terminado en 1614 sobre la capilla mayor, configura en su espacio interior como un gran prisma rectangular coronado de mdia esfera.

Destaca la majestuosidad que da a esta capilla sus tres enormes retablos, muy particularmente el central o mayor, construido en los años anteriores a 1747 por los hermanos Primo, Antonio y Francisco, que se considera por su belleza y significación, como uno de los más interesantes ejemplos de la retablística barroca andaluza del siglo XVIII.





     










Por el Callejón de la Piscina, nos dispusimos a seguir con nuestro paseo por Antequera, dirigiéndonos hacia la Alcazaba.










Algunos valientes incluso se atrevieron a llegar hasta la Puerta del Agua.




Preciosas las vistas de Antequera y de la famosa Peña de los Enamorados.




De camino pasamos por la Termas Romanas, pero estaban cerradas por restauración, así que solo pudimos verlas desde arriba.
















Y así llegamos a la plaza de Santa María en donde se encuentra la Real Colegiata del mismo nombre, pero antes de acceder a su interior nos dirigimos a la Iglesia de Santo Domingo, que tenía un horarios más reducido de visita.







    










Las obras de la Iglesia de Santo Domingo comenzaron en el siglo XVII. De aquella época se conserva la portada principal y el artesonado del coro.



El interior del templo es el resultado de múltiples transformaciones y añadidos del siglo XIX. La armadura mudéjar que cubre la nave central es un modelo bastante singular que presenta una policromía en blanco, rojo, azul y oro. La capilla mayor con bóveda de media naranja, se configura como un ámbito espacial muy definido, dilatándose hacia el presbiterio que se cubre con un cuarto de esfera. En el retablo mayor del siglo XVIII, predomina el estipite como elemento de soporte y decoración, presidido por la imagen de Nuestra Señora de la Paz, obra de Miguel Márquez.











Volvimos a la Colegiata para acceder a su interior pero nos comunicaron que fuéramos primero a la Alcazaba porque por la tarde cerraban por unas cuestiones, así que fuimos hacia la entrada de la misma.

En el acceso a la misma, previo pago de la tarifa correspondiente, te dan un folleto con el plano y la historia de la Alcazaba.

La visita puede durar perfectamente una hora sobre todo si subes a todas sus torres, entre las que destacan La Torre del Homenaje y la Torre Blanca.

Os dejo aquí algunas fotos, y podréis ver un reportaje en profundidad de la Alcazaba en el hilo de Monumentos.










Nada más terminar la visita de la Alcazaba, nos dirigimos raudos y veloces a visitar la Colegiata de Santa María la Mayor.

Obra del arquitecto Pedro del Campo, se considera la primera iglesia columnaria levantada en Andalucía, y una de las primeras de España. Su construcción se realiza entre los años 1514 a 1550.

Su impresionante fachada se articuló siguiendo un esquema del arco triunfal pero reinterpretado a través de modelos catedralicios medievales.  La torre, situada a la derecha de la fachada, es una construcción tardía del siglo XVII que no sintoniza con el estilo de la obra original, aún más la espadaña superior.



El interior es de una gran pureza basilical con tres naves separadas por columnas jónicas y capilla mayor profunda. Las naves se cubren con armaduras de madera de estilo mudéjar, siendo reconstrucción moderna la del lateral de la Epístola.







    


Era ya el momento de comer, cosa que hicimos bastante bien en el Mesón Ibérico Dehesas las Hazuelas, situada en la calle de la Encarnación. Justo frente al mesón, se encontraba el Coso Viejo. Precioso el paseo por Antequera antes de llegar al mesón.
























Ya con el estómago bien lleno, proseguimos a disfrutar de nuestro paseo por esta bellísima localidad malagueña. Teniendo en cuenta la hora que era, previsiblemente todos los monumentos nos los íbamos a encontrar cerrados, así que simplemente los vimos por fuera y disfrutamos del paseo. Ni qué decir que a pesar de estirar el día todo lo posible, Antequera bien se merece dos días de visita.

Primero la Plaza de San Sebastián en donde se encuentra la Iglesia del mismo nombre.








Y dimos un rodeo largo para llegar a nuestro punto final que era el Convento de Belén, que a esas horas, era el único monumento visitable que podíamos ver en su interior y además se encontraba ya cerca de donde habíamos aparcado el coche.



















    







    





Y ya agotados, y sabiendo que volveremos a Antequera que no hemos visitado por completo, y ni siquiera nos acercamos al famoso Monumento Natural de El Torcal, volvimos al aparcamiento para continuar nuestro viaje hasta Frigiliana.

Una última foto de la belleza de Antequera.

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