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Visita a Valladolid

Valladolid es un municipio y una ciudad española situada en el cuadrante noroeste de la península ibérica, capital de la provincia de Valladolid.

Breve historia

Valladolid surgió hacia el siglo X como un pequeño asentamiento rural ubicado en la confluencia de los ríos Esgueva y Pisuerga. La presencia romana por esos lares está verificada con el hallazgo de numerosos restos arqueológicos.

A finales del siglo XI el rey Alfonso VI otorgó el señorío del territorio a un noble castellano llamado Pero Ansúrez, que impulsó el crecimiento del primitivo núcleo. Con el conde Ansúrez la pequeña aldea rural comenzó a tomar impulso para llegar a convertirse en la futura ciudad, asiento de la corte durante buena parte de los siglos XV y XVI. Ya desde el siglo XIV Valladolid ejerció como capital del reino castellano, destacando en especial el reinado de María de Molina. Los Reyes Católicos eligieron Valladolid para contraer matrimonio, y la ciudad recobró nuevos bríos con la presencia de una intensa vida cultural. Cristóbal Colón estuvo varias veces en Valladolid, donde finalmente muere. Carlos V la convierte en sede del Consejo Real, y Felipe II le otorga a la villa el título de ciudad, aunque su posterior decisión de trasladar la corte a Madrid marca el inicio de la decadencia y la pérdida de influencia política. Sólo a partir del siglo XIX comienza a despertar del letargo, gracias a una incipiente industrialización, que eclosiona a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Empezamos nuestro paseo por Valladolid desde la Plaza de España, a la cual llegamos desde nuestro hotel en taxi, ya que en recepción, nos dijeron que al ser cuatro personas, nos iba a costar más o menos lo mismo ir en taxi que en autobús, así que nos decantamos por la comodidad de este transporte. Muy bien a la ida ya que nos costó un poco menos de 6€ pero a la vuelta, el taxista nos hizo una visita turística por todo Valladolid y nos cobró algo más de 8€.





Subimos por la calle Teresa Gil para llegar al Convento de Porta Coeli, que no se encontraba abierto.



Y desde allí a la Iglesia de San Salvador. Edificio del siglo XVI, con portada de Juan Sanz de EScalante.



Destaca en su interior la Capilla de San Juan Bautista, del siglo XIV, lugar de bautismo de San Pedro Regalado, patrón de Valladolid.






En nuestro paseo hacia la Catedral, pasamos por la Iglesia de San Felipe Neri.




Y así ya enfilando la calle Regalado, a lo lejos ya vimos la silueta de la torre de la Catedral.


Pero antes de acceder a su interior, disfrutamos de la preciosa Plaza de la Universidad y de la impresionante fachada de la Universidad de Valladolid.

La fachada barroca de la Universidad de Valladolid fue construida entre 1716-1718, bajo la dirección de los Padres del Convento del Carmen Descalzo, de Valladolid, siguiendo las trazas de Fray Pedro de la Visitación y que fue debida a la ampliación y reformas llevadas a cabo en el edificio de la Universidad al haberse quedado con poco espacio para sus necesidades.





En la plaza de la Universidad se encuentra la estatua de Cervantes.




Historia de la Catedral

El origen de la Catedral está ligado al de la ciudad. El conde Ansúrez, recibe en 1074, de Alfonso VI, el señorío de la villa. Manda construir una iglesia mayor dedicada a Santa María. El templo se convierte en colegiata independiente de los monjes cluniacenses de Carrión de los Condes (Palencia). De esta primera colegiata, de una sola nave, solo se conserva la torre románica de principios del siglo XII.

Debido a las pequeñas dimensiones del templo durante el primer tercio del siglo XIII se decide construir un templo más amplio, de tres naves y de estilo gótico. Durante el siglo XIV se añadieron una serie de capillas funerarias y un claustro gótico que fue destruido en el siglo XVII.

En 1527 se decide construir una nueva colegiata de la que se encarga Diego de Riaño. Al fallecer le sucede Rodrigo Gil de Hontañon pero a su muerte el proyecto se abandona por falta de interés y dinero.

Aprovechando que Juan de Herrera se encontraba en la ciudad de visita, se le encarga los planos para la nueva colegiata, respetando la planta y orientación de Riaño.

Al poco tiempo en 1595, el Papa Clemente VII erige a Valladolid en diócesis, convirtiendo así su colegiata en catedral.

Diego de Praves se encargó de dirigir las obras según los planos de Herrera, ya que este nunca estuvo a pie de obra. A su muerte le sucedió su hijo Francisco de Praves. Pero debido a la escasez de fondos se paralizan las obras a la altura del crucero. Más tarde Alberto de Churriguera construye el hastial superior de la fachada, modificando así el plan de Herrera. De las torres proyectadas solo se construyó una: la Buena Moza, la de la izquierda pero a consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755 se derrumbó.

En 1880 comenzaron las obras de la torre derecha, de cuerpo ochavado. En ella se colocaron las campanas y el reloj. El Sagrado Corazón de Jesús, fue realizado por Ramón Núñez en cemento. En total son 76 metros de altura, siendo el edificio más alto de la ciudad.




Por su parte, la Puerta de Santa María se construyó en los años 60 del siglo XX.


En su interior destaca el Retablo Mayor, obra de Juan de Juni, que proviene de la iglesia de Sta. María de la Antigua.




Así como el Baptisterio,antigua capilla de los Dolores.



La catedral no es realmente muy bonita, está muy oscura y prácticamente todas las capillas están sin iluminar.


Pero la joya de la corona y la verdadera razón por la que no os perdéis perder la catedral, es por su Museo Catedralicio.

Inaugurado en 1965, se emplaza en los restos arquitectónicos restaurados de la Catedral Vieja, Colegiata medieval.

La iniciativa se debe al que fue Arzobispo de Valladolid, D. José García Goldáraz, que seleccionó esculturas, pinturas, orfebrería, marfiles, ornamentos y demás obras procedentes en su mayoría del tesoro catedralicio y de parroquias extinguidas de la Diócesis.

Capilla de San LLorente. Destacan las cubiertas mudéjares de yeso, con motivos de lacería.





Sala capitular. Se cubre con yeserías barrocas. Destaca la sillería tallada por Felipe Espinabete en 1764. Preside el altar un Crucifijo del siglo XVII. También es importante el Ecce Homo, una de las obras cumbres de la escultura barroca española, obra de Gregorio Fernández.




Capilla de Santo Tomás. Destaca el Retablo de Santa Ana del Maestro Gamonal del siglo XV y escultura del Maestro de San ´pablo de la -moraleja "Llanto sobre Cristo Muerto"




Capilla de San Blas y San Juan Evangelista. Llanto sobre Cristo Muerto de Alejo de Vahia con Cristo en el centro de la composición.


Capilla de Santa Inés. Destaca un sepulcro con el Pantócrator y el Retablo de San Miguel del Maestro de Osma.




Precio: 3 € entrada general.

Horario:
Lunes cerrado.
Laborables de 10 a 13,30 h. y de 16,30 a 19 h.
Sábados, domingos y festivos de 10 a 14 h.

La catedral tiene el mismo horario que el museo y su entrada es gratuita.

Al salir de la Catedral, la bordeamos para llegar hasta nuestro siguiente destino: la iglesia de Sta María de la Antigua, que se encuentra en la Plaza Portugalete.



La Iglesia de Santa María de la Antigua fue la antigua capilla del Palacio del Conde Ansúrez, aunque no queda nada de esa construcción del siglo XI. Los restos románicos conservados son la torre y el claustro norte que datan del siglo XIII, siendo reemplazado el otro cuerpo del templo por una construcción gótica del siglo XIV.







En esa ocasión nos la encontramos cerrada, pero casi ya al terminar nuestro paseo por Valladolid, pudimos ver su interior.

Nos acercamos desde aquí hasta el Teatro Calderón, realizado en 1864 por Jerónimo de la Gándara.


Y justo enfrente la Iglesia de las Angustias. Del siglo XVI, levantado por Juan de Nantes.




Nuestro siguiente punto de visita fue la Iglesia de la Vera Cruz. Sede de la Cofradía más antigua de Valladolid y que alberga en su interior pasos procesionales de escultores de la talla de Gregorio Fernández. Impresionantes.




Fuimos paseando después hacia la Plaza Mayor disfrutando de las calles peatonales, en una de ellas decidimos comer un menú casero bastante correcto.



En la Plaza Mayor destaca el Ayuntamiento, construido en 1908, dentro de la corriente eclecticista por Enrique Repullés.






Seguimos disfrutando de la ciudad de Valladolid, y nos acercamos a la Iglesia de Santiago que afortunadamente no estaba abierta.


Y lo mismo nos pasó con la Iglesia de San Benito.




Nos acercamos al Museo de Valladolid, creado como Museo Provincial de Antigüedades en 1879. Ubicado en un principio en el Palacio de Santa Cruz hasta 1967, cuando fue trasladado al Palacio de Fabio Nelli de ESpinosa.

El edificio es uno de los mejores exponentes de la arquitectura clasicista vallisoletana de finales del siglo XVI.

La portada ostenta el escudo del Marqués de la Vega de Boecillo, título que ennobleció a la familia Nelli desde 1663.



Las colecciones del Museo abarcan el ámbito de la Arqueología y de las Bellas Artes. A través de ellas es posible recorrer la historia de la provincia, desde el Paleolítico a la Edad Media, recrear el pasado de la ciudad y acontecimientos de su historia, así como conocer aspectos particulares de la historia del arte español en las series que el Museo ofrece de pintura en tabla, orfebrería, mobiliario, tapices o cerámica.






El patio, diseñado por Francisco de la Maza, muestra tres lados porticados que tienen dos órdenes de arcos de medio punto que descansan sobre columnas corintias y compuestas. La escalera es de tipo claustral, con pasamanos abalaustrado y un magnífico artesonado de nogal.






Horarios:

De martes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 (de octubre a junio) y de 17:00 a 20:00 (de julio a septiembre).
Domngos: de 10:00 a 14:00
Lunes y tardes de domingo cerrado

Precio: Entrada general 1,00€

Y por la calle León llegamos a la Plaza de San Pablo en donde se encuentra la estatua a Felipe II.


En la Plaza destaca el Palacio de Pimentel, actual sede de la Diputación de Valladolid, fue construido en el Siglo XV. Uno de sus atractivos es es su famosa ventana plateresca, de comienzos del siglo XVI, que se encuentra en la esquina. Fue el lugar de nacimiento de Felipe II.




Pero sin lugar a dudas tus ojos no podrán dejar de mirar la impresionante fachada de la Iglesia de San Pablo.

La fachada, responde parcialmente al estilo gótico isabelino realizada por Simón de Colonia y en la misma se distinguen dos partes claramente diferenciadas:

La primera parte, hasta la imposta que se encuentra encima del rosetón central, en la que se distinguen varias gárgolas y limitada lateralmente por dos agujas.

Sobre la puerta, resuelta con arco conopial de perfil ondulado. Entre un gran arco carpanel dispuesto a manera de colosal guardapolvo se halla un relieve con la escena de la Coronación de la Virgen, en presencia de fray Alonso de Burgos, arrodillado, y en compañía de los Santos Juanes. Sobre este relieve se encuentran unos ángeles tenantes con escudos del Duque de Lerma.

La segunda parte de la fachada, compartimentada en espacios rectangulares, llega desde la imposta hasta el límite inferior del frontón triangular superior. La mentalidad clasicista explica la claridad de su ordenación y para su decoración se utilizaron esculturas góticas, algunas próximas al taller de Gil de Siloé y se tallaron otras para la ocasión.

El acoplamiento de estos motivos y elementos decorativos se llevó a cabo durante el patronato del duque de Lerma, junto con la construcción de las dos torres, por lo que presentan las armas y lápidas indicativas de los Sandoval y Rojas, duques de Lerma. El fondo de estrellas también se refiere al emblema de los Rojas.

Por último, la fachada se remata con un frontón triangular. Sobre un fondo de escamas hay un escudo de los Reyes Católicos, que corona toda la portada. El frontón presenta una idéntica unidad estilística con el cuerpo bajo de la misma forma, corresponde también a la obra de Simón de Colonia, pero en cambio, la decoración que le envuelve no es gótica sino renacentista.





Tomando la calle de Cadenas de San Gregorio, en unos pocos metros se llega al Colegio de San Gregorio, actual Museo Nacional de Escultura.

El Colegio de San Gregorio fue construido en los años finales del siglo XV y se encuadra dentro de una arquitectura híbrida que caracterizó esas décadas de transición entre dos universos, el medieval y el moderno.

Destaca por encima de todo, el preciosismo de la copiosa ornamentación de su portada, que se presenta, en medio del paramento liso, como un tapiz independiente, en cuyo desvarío decorativo se enredan figuras contemporáneas, santos y pontífices, alegorías, seres grotescos, hombres salvajes, el Árbol de la vida y del saber, y una repetida emblemática del poder.

Encargada por Alonso de Burgos, como el resto del edificio, fue concluida hacia 1499. El autor pudo ser Gil de Siloé, un artista de procedencia nórdica que colaboró en éste y otros proyectos con la familia de los Colonia.

Patio



Capilla. En él se ubican grandes conjuntos escultóricos que ayudan a recrear la atmósfera original de un recinto funerario.







Claustro y escalera




Sala 1. La delicada belleza e intensa expresión de la Virgen de la Piedad que anuncia los grandes cambios que singularizan al gótico tardío.


Salas 3, 4 y 5. El retablo mayor de San Benito el Real de Alonso Berruguete, una de las creaciones más innovadoras, complejas y brillantes del manierismo hispano del siglo XVI.






Sala 7. La sillería de San Benito el Real, realización colectiva del primer Renacimiento, une a su calidad artística un alto valor simbólico y documental.





Sala 8. La intensa teatralidad del Entierro de Cristo acredita a su autor, el manierista Juan de Juni, como el intérprete más pleno del dolor humano.


Sala 14. Los retablos relicarios del convento de San Diego, mezcla de magia, piedad y ostentación nos hablan de la efímera presencia de la corte en Valladolid a principios el siglo XVII.


Sala 15. El naturalismo extremo del Cristo Yacente de Gregorio Fernández ofrece la visión más cruda de la imagen barroca y su capacidad de mover sentimientos y emociones.


Sala 19. La bellísima escultura de la Magdalena penitente de Pedro de Mena representa para el Barroco español el modelo estético de la renuncia, el arrepentimiento y la penitencia.


Precioso también el Jardín del Museo.


HORARIO

Martes a sábado
de 10 a 14 h y de 16 a 19.30 h*

Domingos y festivos
de 10 a 14 h*

Cerrado
Todos los lunes del año y los festivos:
1 y 6 de Enero
1 de Mayo
8 de Septiembre
24, 25 y 31 de Diciembre
* Algunas salas no podrán cumplir el horario de visita completo.

TARIFAS

Tarifa general: 3 euros
Tarifa reducida: 1,50 euros

Entrada gratuita:
Sábados, de 16 a 19.30 h y domingos, de 10 a 14 h
18 de mayo, Día Internacional de los Museos
12 de octubre, Fiesta Nacional de España
16 de noviembre, Día del Patrimonio Mundial
6 de diciembre, Día de la Constitución Española

Con un más que dulce sabor de boca, nos acercamos a la Casa del Sol, construido hacia 1540, por el licenciado Díaz de Leguizamón, en el que había una exposición de copias de obras de escultura famosas de toda Europa.





También vimos otro de los edificios de este espacio museístico, el Palacio de Villena.


Volviendo sobre nuestros pasos hacia la Plaza Mayor, para comprar algo dulce de recuerdo de nuestra visita a Valladolid, encontramos la Iglesia de Santa María de la Antigua y pasamos brevemente a hacer unos fotos.




La verdad es que el cansancio y el madrugón empezaban a pasarnos factura, así que después de comprar unos estupendos dulces en una de las bocacalles que daban a la Plaza Mayor, cogimos un taxi para volver al hotel a asearnos un poco y salir a cenar al McDonalds que teníamos justo frente al mismo.

No conocíamos Valladolid a fondo, y nos ha causado una grata sensación, muy limpia y tranquila, con grandes espacios y preciosas plazas, lástima que no tuviéramos más tiempo para disfrutar de un paseo por su el parque de Campo Grande. Tal vez en otra ocasión.

Espero que os haya gustado la review cheers cheers cheers

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