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Visita a Castelo de Vide

En el pasado mes de febrero, aprovechando un fin de semana rural en Extremadura, nos acercamos a la localidad del Alentejo (Portugal) de Castelo de Vide.

Viniendo de Marvao, entramos en Castelo de Vide por la N-246 y aparcamos justo enfrente del Hotel Castelo de Vide. Decir que por toda esta carretera, antes de entrar en la zona más céntrica de la localidad, hay aparcamiento para dejar el coche totalmente gratuito.

Nos dirigimos en primer lugar a la Oficina de Turismo , que se encuentra situada la Plaza de Pedro V en donde se encuentra la Iglesia de Santa María de Devesa.



 

















Su construcción tuvo inicio en 1789, en el local donde existiría una pequeña capilla, fundada en 1311 por Lourenço Pires y su mujer. Es concluida por vuelta de 1873. Se presenta como un templo vasto, quizá el mayor del Alto Alentejo (región del interior del país).
 
La Iglesia de Santa Maria da Devesa está situada en el extremo oeste de la Praça (Plaza) D. Pedro V. El edificio orientase para sur. Le sirve de acceso un tramo de escaleras, echando para un atrio vedado por barandilla de hierro, con pilastras de granito, el cual rodea todo el monumento por el lado sur.


Por desgracia no permitían hacer fotos en su interior.

Por sus empinadas calles empedradas,nos fuimos dirigiendo al Castillo.







 










El castillo preside la población de Castelo de Vide, desde sus almenas se pueden contemplar espectaculares vistas de toda la comarca. Construido en el siglo XIV bajo el patrocinio del rey Dinis, fue reconstruido en el siglo XVII.

Destacan la torre de homenaje, por supuesto ya no conserva ningún mobiliario. La visita es gratuita.

Según vas subiendo, las vistas de Castelo te impresionan.






Desde el castillo se visita el Barrio Judío con Sinagoga incluida, a la que por desgracia no pudimos acceder pues ya habían cerrado. Una lástima, aunque no se podía hacer fotos en su interior.

Estrechas calles empinadas, muy empinadas y empedradas, una delicia pasear prácticamente a solas por las mismas.











 



 
















Volvimos de nuevo a la Plaza de Pedro V, y de vuelta al coche, nos acercamos al restaurante O Alentejano, en donde probamos un riquísimo Bacalao a la Bras, para chuparse los dedos.










Decididamente, cuanto más vamos conociendo Portugal y sus pueblos, más nos vamos enamorando de este bello país.

Espero que os haya gustado. cheerscheers

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