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Visita a Sepúlveda

En un día de vacaciones de julio, decidimos acercarnos a la localidad de Sepúlveda en Segovia para disfrutar de esta preciosa villa medieval. Nosotros ya la conocíamos pero de hace muchos años y como los chicos aún no habían estado nunca, y como bien sabéis, tenemos cierta predilección por las villas medievales, en un poco más de hora y media ya estábamos paseando por las preciosas calles de esta localidad segoviana.

Historia

En la Edad de Hierro, Sepúlveda surge como un castro céltico de la tribu de los arévacos. En la época romana, los restos encontrados en Duratón en 1.791 y 1.949 la muestran con una vida amplia y relacionada con el exterior, y un estatuto jurídico de municipio.

De la época visigótica es la Necrópolis excavada en Duratón (Pueblo Agregado o Barrio de Sepúlveda), con 666 sepulturas con ajuares casi totalmente germánicos. La primera mención histórica de la Villa de Sepúlveda aparece en la Crónica de Alfonso III, como uno de los lugares que fueron despoblados en las correrías de Alfonso I, aunque quedó una población rural en torno suyo.

Su repoblación por Fernán González en el año 940 representó un audaz avance hacia el Sur, más allá del Duero. El Abad de Arlanza, Fray Gonzalo de Arredondo, nos cuenta su leyenda heroica, con la lucha cuerpo a cuerpo entre el Conde de Castilla y el Alcaide moro Abubad, a quien Fernán González cortó la cabeza, que hoy está esculpida en la fachada de una de las casas blasonadas de la Villa, llamada precisamente La Casa del Moro. Almanzor fracasó en su tentativa de ganar la Villa el año 979, pero lo consiguió el 984 o el 986, volviendo a recuperarla definitivamente Sancho García, nieto de Fernán González, en el año 1.010.

El mismo Conde de Castilla, Fernán González, para atraer pobladores que desafiaran la peligrosidad de este lugar de frontera, concedió a la Villa de Sepúlveda su Fuero, que sus sucesores fueron confirmando. Su texto más antiguo que nos ha llegado, del año 1.076, es el latino de Alfonso VI, su repoblador definitivo.

El Fuero de Sepúlveda encarnaba el Derecho en la Extremadura Castellana, y en torno a él se fue formando un cuerpo legal más extenso, en castellano ya, que fue codificado el año 1.300. Su difusión fue muy extensa, siendo concedido a Zaragoza y Teruel y, a partir de Uclés, a muchas poblaciones de la Orden de Santiago.

El término delimitado por el Fuero es el origen de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, que aún existe, y que comprende 37 pueblos y más de 11.000 habitantes.

En el año 1111, en el Campo de la Espina o Candespina, hoy Fresno de Cantespino, Alfonso I de Aragón y el Conde Enrique de Portugal vencieron a la mujer del primero, Dª Urraca. El evento fue trascendente para la independencia portuguesa, y como consecuencia del mismo Sepúlveda estuvo algún tiempo bajo dominio aragonés.

En 1468 se expulsa de la Villa a los judíos; y en 1.472 se reconoce la soberanía de los futuros Reyes Católicos, impidiendo por dos veces y por la fuerza la entrada de Enrique IV en el municipio.

Mediado el siglo XVIII. El Rey Carlos III visita Sepúlveda, regalando un cuadro ecuestre de su hijo Carlos IV a la edad de 17 años.

En 1.808 es asediada por las tropas francesas con 4000 hombres, mil caballos y cuatro cañones, debiendo retirarse al cabo de cuatro horas de fuego. Siendo frecuentada en esta época por el Empecinado. Durante la Guerra de la Independencia, el Empecinado realizó incursiones por la zona, teniendo sus cuarteles en las Cuevas del Cañón del Duratón.

En 1.838 es tomada en las guerras carlistas por el general Gómez. Y en 1.936 en la guerra civil española hubo un puesto de mando del ejercito que dominaba el puerto de Somosierra.

Aparcamos en uno de los parkings que se encuentran habilitados a disposición de los visitantes en la villa en la llamada Bajada al Matadero, como siempre, es uno de los mejores consejos que os puedo dar, puesto que por lo general estas villas suelen tener calles muy estrechas y no resulta muy aconsejable intentar callejear por las mismas con el coche.

Desde allí, empezamos nuestra visita y nuestro primer punto en el mapa fue la Iglesia de Ntra. Sra. de la Peña. Ya se encontraba abierta y además es la que estaba más alejada, así que pensamos que era preferible empezar por ella. Por el camino entramos en el recinto amurallado por la Puerta del Azogue o Arco del Ecce Homo.








La Puerta de Azogue es una de las emblemáticas puertas de Sepúlveda, llamada así posiblemente por su proximidad a la antigua plaza del Mercado, y conocida también como Arco del Ecce Homo. Es una puerta románica formada por arco de medio punto entre dos cubos.




 


Nada más pasar por la puerta, nos encontramos a la derecha el Museo de los Fueros donde se ubica la Oficina de Turismo, que en ese momento estaba cerrada y a a izquierda, la Casa de los Proaño o Casa del Moro, en la que destaca la potente fachada plateresca, cuyo frontón está presidido por la cabeza de un moro sobre un alfanje que alude a la legendaria toma de Sepúlveda por el Conde Fernán González.






De camino a la Iglesia de Nuestra Señora de la Peña resulta casi imposible no empezar a enamorarse de esta preciosa villa medieval, con sus calles empinadas y estrechas y el aroma a antaño.

 




La iglesia es románica, del siglo XII, aunque el pórtico actual es del XVI. Tiene nave alta, abside al saliente y torre adosada.

La característica más significativa del templo es el Tímpano situado en la puerta de entrada, único en Segovia y en el románico segoviano.

En su interior se encuentra la imagen de la patrona de la villa, Nuestra Señora de la Peña, talla en madera policromada del siglo XII, que representa a la Virgen sentada con el niño en brazos.

Una artística verja de hierro separa el altar mayor de la nave.









 











 


Justo detrás de la iglesia, hay un mirador desde el cual se puede disfrutar de unas impresionantes vistas de las famosas Hoces del Río Duratón.










Volviendo sobre nuestros pasos en dirección al Museo de los Fueros, seguimos disfrutando de la villa de Sepúlveda.



 




El Museo de los Fueros se encuentra ubicado en la iglesia románica de los Santos Justo y Pastor, declarada BIC en 1931. Cuenta con un recorrido por la historia de Sepúlveda y su fuero.

La entrada cuesta 2€.



 







 














Nada más pasar de nuevo por la Puerta del Azogue, girando a la derecha llegamos a la impresionante Plaza de España.

Originada a partir de un espacio extramuros, en ella se celebraban las ferias, mercados y corridas de toros (desde 1603 hasta los años 70 del siglo XX). Rectangular y parcialmente porticada. Destaca en ella el Castillo, uno de los lados menores de la plaza. Adosado a la parte inferior de sus torreones un edificio del siglo XVIII, con balconada corrida, soporta el reloj de la plaza.












De ahí a la Cárcel de la Villa, construida en el siglo XVI y utilizada hasta el siglo XX, contaba con zona de hombres y de mujeres.


Y por toda la calle Sepúlveda hasta la Iglesia de Santiago que alberga el Centro de Interpretación de las Hoces del Río Duratón, disfrutando de unas impresionantes vistas de la villa.







 




El Centro de Interpretación de las Hoces del Río Duratón cuenta con una magnífica exposición sobre las hoces. Destaca el ábside de la primitiva iglesia y tumbas antropomorfas.



 

 












Llegamos hasta los Arcos de la Judería. Tres arcos apuntados ematados con bolas considerados como uno de los accesos de la antigua judería.

Para ir terminando nuestra visita a Sepúlveda dimos un paseo por la antigua judería, pasando por la Puerta del Río y llegando hasta la Iglesia de San Bartolomé de siglo XII que no pudimos visitar en su interior pues solo abre en horas de culto.






 






Después de comer, volvimos sobre nuestros pasos al coche para dirigirnos a la localidad de Maderuelo. Nos quedaba pendiente visitar la Iglesia del Salvador que hicimos más tarde, ya que por problemas personales no se abría por la mañana.

La Iglesia del Salvador es románica de finales del siglo XI. Planta basilical de una sola nave cubierta por bóveda de cañón, rematada en ábside con bóveda de horno, constituye uno de los paradigmas del románico castellano, consta en ella la fecha de 1903.


















 


Y con esto terminamos la review fotográfica de nuestra visita a la villa de Sepúlveda, que se merece su presencia en cualquier listado de Los pueblo más bonitos de España. Espero que os haya gustado.  cheers cheers

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