Blog Los viajes de Dora Cartuja de Santa María de Miraflores ~ LOS VIAJES DE DORA
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Cartuja de Santa María de Miraflores

Fundada en 1442 por el rey don Juan II de Castilla y León, esta Cartuja es, en realidad, obra casi exclusiva de su hija la reina Isabel la Católica. De estilo gótico de finales del siglo XV fue construida sobre los restos de un palacio de caza, según los planos y dirección de Juan de Colonia y su hijo Simón.









Fachada principal y puerta de la Iglesia. Está enmarcada por un arco conopial. En el tímpano hay una imagen de la "Piedad", es decir, la Santísima Virgen con su Hijo Muerto en sus brazos. A la izquierda del arco, figuran las armas reales de Castilla y León, y a la derecha, el escudo con la banda engolada, distintivo personal de Juan II, que se repite en el interior de la iglesia.





Atrio de la iglesia. Tiene una bóveda de crucería cuyos arcos y nervios se adornan en su intersección con estrellas de piedra finamente caladas.



Estancia de los fieles. Es admirable la vista que presenta el interior de la iglesia contemplada desde este lugar. El arquitecto Juan de Colonia, respetando el estilo y costumbres cartujanas, construyó un templo de una sola nave dividida en distintos espacios y ésta sorprende por su longitud y proporcionada altra.

Todos los monasterios de esta orden están dedicados a la Santísima Virgen, éste de Miraflores está bajo la advocación de la Anunciación. Una de las más bellas pinturas de esta escena es la tabla de Pedro Berruguete en los primeros años del siglo XVI y se observa una preocupación por el estudio de la perspectiva, el espacio y la luz. Muy de destacar es la finura del rostro de la Santísima Virgen.



Enfrente podemos ver un tríptico de grandes dimensiones que representa tres escenas: Camino del Calvario, Crucifixión y Llanto sobre Cristo Muerto. Se trata de una pintura al óleo, anónima de la escuela de Roger van der Weyden, de finales del siglo XV. Una contemplación sosegada de las tablas revela en un segundo plano otras muchas escenas. Por ejemplo, en la tabla de la derecha se descubre la Resurrección, la Aparición a la Magdalena, los Discípulos a Emaús y la Ascensión de Cristo.



El Coro de los Hermanos. Se encuentra entre la reja y los dos altares. La sillería de estilo renacimiento fue realizada en nogal el año 1558 por el cántabro Simón de Bueras.



Anterior a la sillería, es la puerta de la clausura que llama la atención por la primorosa talla de los Evangelistas y los Padres de la Iglesia.



Los dos retablos barrocos (siglo XVII), son de orden compuesto, realizados por Policarpo de la Nestosa, en madera dorada y muy decorados. Lo más bello del conjunto es la talla de la Inmaculada de Bernardo de Elcarreta, situada en la parte superior de la puerta.


Alzando la mirada a izquierda y derecha, se pueden contemplar una serie de vidrieras traídas de Flandes en 1484. Las cinco del lado izquierdo representan escenas de la Pasión de Jesús, las del derecho la Resurrección y Gloria. Tiene una especial interés la más cercana al altar, a la derecha, el Descendimiento, por ser una de las mejor conservadas y por llevar la firma del vidriero: Claes Romb (Niclaes Rombouts).



Coro de los Padres. El coro, de nogal oscuro, está formado por cuarenta sillas talladas por Martín Sánchez de Valladolid en 1489. Los dibujos de los respaldos se relacionan entre sí con gran armonía y sin embargo, vistos de cerca, puede comprobarse que cada uno es distinto. El facistol, situado en medio del coro, hace juego con la sillería y es del mismo artista. Sirve para mantener los libros utilizados en la misa y, sobre todo, en los oficios litúrgicos, llamados "Maitines" que se cantan a media noche.



Retablo de Gil de Siloé (1469-1499)

Realizado en madera de nogal, dorada y policromada. La excelente policromía, de la mano de Diego de la Cruz, incluye el empleo de una técnica conocida como "brocado aplicado" de difícil ejecución y muy costosa.

Los cartujos aprecian el significado espiritual de este retablo que durante más de quinientos años ha enriquecido la oración de generaciones de monjes. Es como un grandioso tapiz en el cual se despliega de manera visible el misterio de la Redención que se actualiza de manera invisible cada mañana en el altar cuando el sacerdote cartujo celebra la misa.

En el centro una corona de ángeles, dibujan la forma de la Hostia consagrada en la misa y en el centro Cristo en la Cruz. Sostienen la Cruz el Padre con capa pluvial y tiara pontificia y el Espíritu Santo, representado como un joven revestido de túnica, estola y con corona imperial.

Sobre la cruz, el pelícano, símbolo del amor divino, pues se desangra por sus polluelos. En los círculos de los ángulos, todavía dentro del gran círculo formado por los ángeles, hay cuatro escenas de la Pasión.


Detalles del retablo:

1. En el centro el Sagrario que contiene la presencia viva y sacramental de Cristo. Sobre el sagrario, hay un nicho cuadrado que alberga una serie de altorrelieves fijados a un torno giratorio.



2. Última cena.


3. Prendimiento.



4. San Lucas.


5. Adoración de los Magos.



6. Juan II guiado por el apóstol Santiago.



7. Isabel de Portugal protegida por su santa patrona que tiene a su lado a su hijo, San Juan Bautista.



Más detalles




También son obra de Gil de Siloe los sepulcros donde descansan los restos de Juan II e Isabel de Portugal, padres de Isabel la Católica y los de su hermano, el infante Alfonso. Cincelados en alabastro de Guadalajara es tal el detalle y filigrana cincelados y tan rico el simbolismo, que, con razón se los considera un alarde de inspiración y belleza.

Del panteón real destaca la singularidad de su diseño, una estrella de ocho puntas. Sobre la meseta reposan los yacentes ricamente ataviados acompañados por los Evangelistas y otros santos.

En el lado de Juan II se cobijan en hornacinas diferentes esculturas: la Virgen de la Leche y siete figuras del Antiguo Testamento; en el lado de Isabel de Portugal, las Virtudes, teologales y cardinales y la Piedad.






El sepulcro del infante Alfonso, en actitud orante, está adosado al muro del evangelio y aparece por pilastras decoradas que acogen en parejas a los apóstoles. El basamento presenta decoración heráldica sostenida por dos ángeles y dos guerreros. Se corona el conjunto con la Anunciación.



De las capillas adosadas al lado norte de la iglesia, la primera está presidida por una talla de madera policromada de Manuel Pereira. Representa al fundador de los cartujos, San Bruno.



La capilla siguiente está dedicada a Nuestra Señora de Miraflores. Unas pinturas murales del siglo XVII representan algunos atributos de la Santísima Virgen inspirados en figuras del Antiguo y Nuevo Testamento. Estas figuras testimonian, sobre todo, la piedad mariana de los monjes de esta Cartuja.










Horarios de visita
 
Días laborables:  10:15 - 15:00 horas  y  16:00 - 18:00 horas.
Domingos y días festivos:  11:00 - 15:00 horas  y  16:00 - 18:00 horas.
Miércoles: Cerrado



Una auténtica maravilla.

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