En nuestro viaje del verano 2013, después de pasar unos días en Lisboa, hicimos una parada de una noche para conocer a fondo la localidad de Mérida en la provincia de Cáceres. A pesar del calor sofocante, pudimos disfrutar de gran parte de su patrimonio sobre todo de los romanos y pudimos comprobar de primera mano por qué es Patrimonio de la Humanidad.
Estuvimos hospedados por una noche en los Apartamentos Capitolio, en el centro de Mérida con aparcamiento incluido, así que nada más llegar, hicimos el check-in y nos fuimos a comer.
Un breve paseo después de comer para llegar al Teatro y Anfiteatro Romanos. Por el camino, vimos unas excavaciones de unos pozos de nieve y unas termas pero se encontraban cerrados así que hicimos unas fotos desde fuera.
Nada más llegar al Teatro, compramos la entrada conjunta que te permite el acceso a varios monumentos de Mérida en uno o varios días (no caduca) como son: Teatro-Anfiteatro Romanos, Circo Romano, Alcazaba Árabe, Zona Arqueológica de Morerías, Cripta de la Basílica de Santa Eulalia y Casa del Mitreo-Columbarios.
Eran aproximadamente las 4 de la tarde en pleno julio, vamos, una estupenda hora para adentrarse en el teatro romano a plena solana, incluso el de la entrada alucinó con nosotros. Ni qué deciros que ni se os ocurra hacer eso.
Anfiteatro Romano
La construcción del anfiteatro romano se planificó junto con la del teatro, realizándose su obra pocos años después. Según se deduce de las inscripciones halladas en su interior, el edificio se inauguró en el año 8 a.C.
En el anfiteatro se celebraban juego gladiatorios y luchas entre animales o entre hombres y animales que junto a las actuaciones del circo, fueron las preferidas por el público.
Teatro Romano
Su creación fue promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa y ha sufrido varias remodelaciones, El teatro fue abandonado en siglo IV d. C. tras la oficialización en el Imperio romano de la religión cristiana, que consideraba inmorales las representaciones teatrales. El edificio fue cubierto de tierra y durante siglos su única parte visible fue la summa cavea, las gradas superiores, que fueron bautizadas por los emeritenses «Las Siete Sillas».
Una serie de dependencias adosadas a los extremos y a la parte posterior del frente eran utilizadas para los actores y técnicos de las representaciones.
Tras la escena se construyó una gran zona ajardinada rodeada de columnas y pórticos como zona de esparcimiento.
Museo romano de Mérida
Lo primero que hicimos nada más terminar la visita del Anfiteatro y Teatro de Mérida fue... lógicamente, beber agua. Uf, demasiado calor para poder disfrutar de la visita a gusto. Pero es lo que pasa cuando uno quiere sacar el máximo provecho de los días y no se puede permitir el lujo de perder ni un segundo.
Una vez repuestos, decidimos continuar con nuestro paseo por Mérida, y en esta ocasión, bajo techado y con aire acondicionado.
Y así entramos en el Museo Romano de Mérida, situado justo a la salida del Teatro.
El museo tiene tres plantas.
En la planta baja se ordenan temáticamente las piezas más importantes de los yacimientos más destacados de la ciudad.
En la primera planta se exponen objetos de la vida cotidiana.
En la segunda planta se muestran distintas facetas de la vida de la ciudad como administración o profesiones.
El subsuelo del Museo guarda la cripta donde se ubican los restos de la antigua muralla, la calzada que comunicaba sus ciudades con Roma, casas populares y mausoleos.
Nuestro siguiente punto visitable fue la Casa del Mitreo y los Columbarios, a escasos diez minutos del Teatro.
La entrada al recinto está incluido en el bono, así que ya no tuvimos que pagar.
La casa del Mitreo
Nos encontramos ante otra vivienda edificada a finales del siglo I e inicios del II d.C. Todo el conjunto está articulado en torno a tres patios.
Los Columbarios
Desde la Casa del Mitreo, a través de un largo corredor flanqueado por cipreses, se llega a un espacio abierto en el que se muestra los distintos tipos de ritos funerarios y las variadas formas que han tenido los emeritenses de recordar a sus muertos a lo largo de la historia.
Zona arqueológica de las Morerías y Alcazaba árabe
A pesar del cansancio y del calor agobiante, continuamos con la visita a los restos arqueológicos incluidos en el bono y en esta ocasión os dirigimos a la zona arqueológica de Las Morerías, bajando por la calle Oviedo hicimos una breve parada para tomar un refrigerio y pasamos por delante de La Alcazaba aunque aún no era momento de entrar a verla, ya que el horario de Las Morerías era más reducido.
El área arqueológica de Morería tiene una extensión de 12.000 metros cuadrados; está situado justo debajo de las nuevas consejerías de la Junta de Extremadura, en Mérida, junto al río Guadiana.
Volviendo sobre nuestros pasos nos dirigimos a la Alcazaba, otro monumento incluido en el bono, junto con el anterior.
De camino disfrutamos de unas bellísimas imágenes del Puente Romano y del Puente de Lusitania, ambos sobre el río Guadiana.
La alcazaba árabe de Mérida es una fortaleza musulmana en la ciudad de Mérida (España), que forma parte del sitio Patrimonio de la Humanidad denominado «Conjunto Arqueológico de Mérida». Construida por Abderramán II en el año 835 d. C. como bastión para controlar la ciudad.
Reconozco que no pude disfrutar de esta visita en condiciones, el calor acabó de pasarme factura y en cuanto visitamos el aljibe, tuve que sentarme a la sombra, la escasa sombra que había, a descansar.
Mi marido continuó haciendo fotos e incluso subió a la muralla desde donde pudo ver todo el río Guadiana con sus dos puentes.
Ya sobre las 8 de la tarde empezamos a ver a gente paseando a pesar de que el calor seguía siendo agobiante, así que nos acercamos a la Plaza de Santa María a cenar a un Telepizza y de paso tuvimos la fortuna de poder ver el interior de la Concatedral justo a la salida de misa.
El hallazgo de alguna pieza visigoda hace pensar que aquí se ubicó la famosa catedral matriz de Santa María de Jerusalén, con su baptisterio, el palacio obispal y el atrio que los unía. Lo cierto es que, reconquistada la ciudad, se erigió aquí una ermita que fue progresivamente ampliada. Hoy se nos presenta como un conjunto gótico arcaizante, es decir, un templo muy macizo y achaparrado, con sencillos pináculos en la cabecera.
Y ya bastante cansados, volvimos al apartamento a descansar y dormir que al día siguiente aún nos faltaban muchos lugares por visitar. Eso sí, aún tuvimos tiempo para contemplar el Arco de Trajano. No pudimos hacer lo propio con el Templo de Diana pues había una representación y solo se podía pasar si tenías entrada.
Nuestro segundo día en Mérida
Empezamos nuestro segundo y último día en Mérida por el Templo de Diana. El templo, de planta rectangular, se alza sobre un alto podio de granito que concluye en molduras. Sobre él asienta la columnata cuyos tambores de granito estuvieron estucados y pintados.
Y de ahí al Pórtico del Foro. Se trata de la esquina de un pórtico monumental que formaba parte del grandioso programa propagandístico del antiguo Foro Municipal de Augusta Emerita. Éste pórtico fue erigido hacia mediados del siglo I a imagen y semejanza del Foro de Augusto en Roma.
Antes de volver a coger el coche pues algunos de los monumentos que nos quedaban por ver estaban ya algo alejados del centro, nos acercamos a la Basílica de Santa Eulalia, el último monumento incluido en el bono que nos faltaba por ver.
La Basílica martirial de Santa Eulalia de Mérida es un edificio religioso que según los investigadores, fue el primer templo cristiano erigido en Hispania tras la Paz del Emperador Constantino.
La cripta
Las excavaciones realizadas en el subsuelo de la Basílica desde 1990 sacaron a la luz el impresionante recinto subterráneo, hoy visitable. En esta cripta, donde han aparecido importantes restos romanos y visigodos, destacan los vestigios del primer Túmulo funerario o Mausoleo martirial de Santa Eulalia.
Ya en coche nos acercamos al Acueducto y Termas de San Lázaro y al Circo.
Acueducto: Recibe el nombre de una ermita dedicada a este santo y que fue derribada a mediados del siglo XX. Este acueducto es el que permitía salvar el valle del Albarregas a una red de conducciones de aguas que, procedente de manantiales y arroyos subterráneos ubicados al Norte de la ciudad, aún se conserva íntegra en buena parte de sus tramos.
Circo: Es uno de los circos mejor conservados del Imperio y, también, uno de los más grandiosos. Sus dimensiones lo certifican, cuatrocientos tres metros de largo por noventa y seis y medio de anchura, al igual que su cabida, que pudo ser de hasta treinta mil espectadores. Edificado en tiempo de la dinastía Julio-Claudia tuvo varias ampliaciones y restauraciones, siendo la última constatada del siglo IV d.C.
Y por último y para terminar nuestra visita relámpago pero muy productiva a Mérida, de nuevo en coche nos acercamos al Acueducto de los Milagros. Este colosal acueducto forma parte de una conducción hidráulica que traía aguas procedentes del pantano de Proserpina o Charca de la Albuera.
Espero que os haya gustado la review de Mérida.
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