Patria de Fray Luis de León, príncipe de los poetas líricos españoles, Belmonte es un conjunto monumental, declarado Conjunto Histórico Artístico de enorme magnitud en la provincia de Cuenca, que conserva importantes edificios civiles y religiosos, además de un impresionante recinto defensivo compuesto por castillo, murallas y puertas.
Historia
Las excavaciones realizadas en la Colegiata en 1976 con motivo del hundimiento de parte del ábside, pusieron al descubierto las ruinas de una anterior iglesia visigótica, tal vez del siglo V, lo que prueba que la población es más antigua de lo imaginado.
Erróneamente en algunos documentos aparece con el nombre de «Las Chozas», cuando resulta que desde siempre se le denominó Bellomonte.
En la Bula del papa Inocencio III a García obispo de Cuenca lo denomina Bellomonte, a causa del monte que rodeaba al pueblo.
En 1294 figura en el libro de cuentas del rey Sancho IV entre los pueblos en los que se recogió moneda para pagar a los caballeros que habían de acompañar a don Juan Manuel a tierra de Murcia.
En 1323 comienza a cobrar importancia histórica, pues en el Chronicon domini Joannis Enmanuelis, dice que en 1323 Don Juan Manuel (sobrino de Alfonso X) comenzó a construir las murallas de «Belmont» y en la misma época construyó el Antiguo Alcázar.
El primer miembro de la familia Pacheco que fue señor de esta villa fue don Juan Fernández Pacheco, a quien se la concedió el rey Enrique III por privilegio firmado en Tordesillas el 16 de mayo de 1398, dándose como razón «por ser persona de gran importancia para la guerra».
El señorío lo heredó su hija María, que se casó con Alfonso Téllez Girón y Vázquez de Acuña. El matrimonio tuvo dos hijos, Juan Pacheco y Pedro Girón (que nacieron en Belmonte). Heredó el señorío el primogénito Juan Pacheco, primer marqués de Villena, quien ordenó construir el Castillo de Belmonte en 1456 y la Colegiata de San Bartolomé en las mismas fechas que el castillo.
Entre los siglos XV y XVIII, Belmonte tuvo su época dorada de la cual se conservan numerosos edificios.
Hace unos días, aprovechando las vacaciones de Navidad de 2012, hicimos una visita a la localidad de Belmonte en la provincia de Cuenca. Una vez que aparcamos el coche cerca del centro histórico, nos dirigimos a una de las puertas de acceso al interior amurallado de la villa, en concreto a la Puerta de Almudí.
El nombre de Almudí le viene por esta junto al Pósito, cada de piedra aneja a la puerta que fue lugar destinado a mantener acopio de granos para repartirlos entre los habitantes en épocas de menos abundancia.
También recibe el nombre de Puerta del Cristo de los Ausentes por albergar en ella una imagen de bronce de este Cristo, obra de escultor José Antonio Lafuente.
Desde allí en dirección a la Colegiata, pasamos por la Plaza Mayor en donde se encuentra el Ayuntamiento y una estatua en memoria a Fray Luis de León. Asimismo pudimos ver en esta plaza un belén al estar en época navideña.
El exterior del edificio es de mampostería con los aleros del tejado y esquinas de sillería. La puerta mayor del edificio es del siglo XVII, de arco de medio punto enmarcado con pilastras que sujetan el entablamento.
Y el Palacio de Buenavista, actualmente Hospedería.
Y así llegamos a la Colegiata, no sin antes disfrutar de una impresionante vista del Castillo de Belmonte y de sus molinos.
Colegiata de San Bartolomé
La Iglesia de San Bartolomé, también conocida como Colegiata de San Bartolomé Apóstol, sobresale dentro del conjunto monumental de la localidad conquense de Belmonte. Es una magnífica construcción gótica, de grandes dimensiones, concebida para ser Colegiata, en la que cabría destacar la sillería del coro labrada por Egas Cueman en 1454. Declarada Monumento Nacional.
La puerta del Sol, orientada al medio día está flanqueada por dos pináculos góticos, el hueco de la puerta es un arco rebajado e inscrito dentro de otro trilobulado del gótico florido. El tímpano fue transformado en el S. XVI adosando elementos platerescos en su decoración. Entre los escudos heráldicos de los Marqueses de Villena se abrió un ventanal en forma de óvulo en 1614.
La puerta de los Perdones, es la de poniente, en la que dos arcos germinados y rebajados se cobijan bajo otro ligeramente apuntado, en cuyo tímpano y sobre el parteluz, aparece la figura de San Bartolomé, queriendo otorgar el perdón a los penitentes en los días penitenciales de la antigua disciplina.
De las estancias más destacables de la Colegiata, está el Coro, (de Egas Cueman y Hanequín de Bruselas en 1454), la Capilla de la Anunciación, (capilla de la familia de Fray Luis de León), Capilla de S. Pedro y S. Pablo, Capilla Mayor, Capilla de Santiago o la Capilla de Bautismo.
Todo esto realizado por los mejores artesanos de la época. Por ejemplo, arquitectos tan importantes como Juan de Homa, los hermanos Eguas Cueman y Hanequín de Bruselas, Esteban Jamete, Francisco de Luna o Andrés de Valdelvira. La gran maestría de artesanos, en retablos como Diego de Tiedra, o Juan de Borgoña. Pintores tan reconocidos como Bartolomé Matarana, Luis Morales "El Divino", García Salmerón o Alonso Cano. Rejeros como Hernando de Arenas, Juan Francés o Esteban Lemosín. Todos estos importantes artesanos y artistas trabajaron en la ejecución de la Colegiata, desplegando su gran maestría e imaginación.
Palacio de Don Juan Manuel
Se encuentra en obras justo al lado de la Colegiata. Fue construido en 1324 por D. Juan Manuel, sobrino de Alfonso X el Sabio y gran escritor. Es el edificio señorial más antiguo de la villa. en 1390 pasó a posesión de los Pacheco. Tras la construcción del Castillo, pasó a estar habitado por religiosas que lo habitaron desde 1511 hasta mediados del siglo XX. Sufrió un deterioro a partir de esa fecha y desde 2007 está en rehabilitación para albergar un establecimiento hotelero para ser la primera Venta de la Ruta del Quijote de Castilla la Mancha.
Horarios:
De Abril a Septiembre, de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:30h.
De Octubre a Marzo, de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:30h.
Lunes: Cerrado, salvo festivos.
Domingo: Por la mañana no hay visitas.
Después de visitar la Colegiata, fuimos a dar un paseo por la localidad y a comer, en espera a que abrieran el Castillo.
Vimos las Antiguas Escuelas, una de las mejores muestras de la política educativa de la II República, el Parque Municipal, la Puerta de la Estrella, así llamada por la Estrella de David de siete puntas, el Museo Etnográfico, la Plaza del Pilar, la Ermita de San Antón y Santa Lucía y la Puerta de Chinchilla.
Por fin, subimos en coche hasta la explanada en donde se ubica el Castillo de Belmonte para visitarlo su interior.
Historia
Las excavaciones realizadas en la Colegiata en 1976 con motivo del hundimiento de parte del ábside, pusieron al descubierto las ruinas de una anterior iglesia visigótica, tal vez del siglo V, lo que prueba que la población es más antigua de lo imaginado.
Erróneamente en algunos documentos aparece con el nombre de «Las Chozas», cuando resulta que desde siempre se le denominó Bellomonte.
En la Bula del papa Inocencio III a García obispo de Cuenca lo denomina Bellomonte, a causa del monte que rodeaba al pueblo.
En 1294 figura en el libro de cuentas del rey Sancho IV entre los pueblos en los que se recogió moneda para pagar a los caballeros que habían de acompañar a don Juan Manuel a tierra de Murcia.
En 1323 comienza a cobrar importancia histórica, pues en el Chronicon domini Joannis Enmanuelis, dice que en 1323 Don Juan Manuel (sobrino de Alfonso X) comenzó a construir las murallas de «Belmont» y en la misma época construyó el Antiguo Alcázar.
El primer miembro de la familia Pacheco que fue señor de esta villa fue don Juan Fernández Pacheco, a quien se la concedió el rey Enrique III por privilegio firmado en Tordesillas el 16 de mayo de 1398, dándose como razón «por ser persona de gran importancia para la guerra».
El señorío lo heredó su hija María, que se casó con Alfonso Téllez Girón y Vázquez de Acuña. El matrimonio tuvo dos hijos, Juan Pacheco y Pedro Girón (que nacieron en Belmonte). Heredó el señorío el primogénito Juan Pacheco, primer marqués de Villena, quien ordenó construir el Castillo de Belmonte en 1456 y la Colegiata de San Bartolomé en las mismas fechas que el castillo.
Entre los siglos XV y XVIII, Belmonte tuvo su época dorada de la cual se conservan numerosos edificios.
Hace unos días, aprovechando las vacaciones de Navidad de 2012, hicimos una visita a la localidad de Belmonte en la provincia de Cuenca. Una vez que aparcamos el coche cerca del centro histórico, nos dirigimos a una de las puertas de acceso al interior amurallado de la villa, en concreto a la Puerta de Almudí.
El nombre de Almudí le viene por esta junto al Pósito, cada de piedra aneja a la puerta que fue lugar destinado a mantener acopio de granos para repartirlos entre los habitantes en épocas de menos abundancia.
También recibe el nombre de Puerta del Cristo de los Ausentes por albergar en ella una imagen de bronce de este Cristo, obra de escultor José Antonio Lafuente.
Desde ahí y de nuevo en dirección a la colegiata, pasamos por el Convento de los Concepcionistas, fundado en 1581 por D. Alonso Severo, aunque hasta 1584 no fue ocupado por cuatro religiosas del Convento de la Concepción de la ciudad de Cuenca.
El exterior del edificio es de mampostería con los aleros del tejado y esquinas de sillería. La puerta mayor del edificio es del siglo XVII, de arco de medio punto enmarcado con pilastras que sujetan el entablamento.
Y así llegamos a la Colegiata, no sin antes disfrutar de una impresionante vista del Castillo de Belmonte y de sus molinos.
La Iglesia de San Bartolomé, también conocida como Colegiata de San Bartolomé Apóstol, sobresale dentro del conjunto monumental de la localidad conquense de Belmonte. Es una magnífica construcción gótica, de grandes dimensiones, concebida para ser Colegiata, en la que cabría destacar la sillería del coro labrada por Egas Cueman en 1454. Declarada Monumento Nacional.
Todo esto realizado por los mejores artesanos de la época. Por ejemplo, arquitectos tan importantes como Juan de Homa, los hermanos Eguas Cueman y Hanequín de Bruselas, Esteban Jamete, Francisco de Luna o Andrés de Valdelvira. La gran maestría de artesanos, en retablos como Diego de Tiedra, o Juan de Borgoña. Pintores tan reconocidos como Bartolomé Matarana, Luis Morales "El Divino", García Salmerón o Alonso Cano. Rejeros como Hernando de Arenas, Juan Francés o Esteban Lemosín. Todos estos importantes artesanos y artistas trabajaron en la ejecución de la Colegiata, desplegando su gran maestría e imaginación.
Palacio de Don Juan Manuel
Se encuentra en obras justo al lado de la Colegiata. Fue construido en 1324 por D. Juan Manuel, sobrino de Alfonso X el Sabio y gran escritor. Es el edificio señorial más antiguo de la villa. en 1390 pasó a posesión de los Pacheco. Tras la construcción del Castillo, pasó a estar habitado por religiosas que lo habitaron desde 1511 hasta mediados del siglo XX. Sufrió un deterioro a partir de esa fecha y desde 2007 está en rehabilitación para albergar un establecimiento hotelero para ser la primera Venta de la Ruta del Quijote de Castilla la Mancha.
Horarios:
De Abril a Septiembre, de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:30h.
De Octubre a Marzo, de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:30h.
Lunes: Cerrado, salvo festivos.
Domingo: Por la mañana no hay visitas.
Después de visitar la Colegiata, fuimos a dar un paseo por la localidad y a comer, en espera a que abrieran el Castillo.
Vimos las Antiguas Escuelas, una de las mejores muestras de la política educativa de la II República, el Parque Municipal, la Puerta de la Estrella, así llamada por la Estrella de David de siete puntas, el Museo Etnográfico, la Plaza del Pilar, la Ermita de San Antón y Santa Lucía y la Puerta de Chinchilla.
Por fin, subimos en coche hasta la explanada en donde se ubica el Castillo de Belmonte para visitarlo su interior.
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