Blog Los viajes de Dora De cómo la magia nos acompañó en nuestro viaje a Disney - Día 3 ~ LOS VIAJES DE DORA
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De cómo la magia nos acompañó en nuestro viaje a Disney - Día 3

Nos levantamos prontito, pero ya no tan pronto como los dos días anteriores, la sala de desayunos no estaba abierta hasta las 8:30, así que los papis se levantaron un poco antes de las 8:00 (vale, yo me levanté aún antes, siempre me pasa lo mismo en los viajes), y los peques sobre las 8:00 para asearse y arreglarse. 

Ya listos, bajamos a recepción e incluso tuvimos que esperar unos minutos a que abrieran el salón de desayunos. 


Pasamos ya a desayunar a una pequeña pero coqueta sala. Había bollería, embutido, fruta y unos huevos que tú te cocías a tu gusto. Un pequeño inciso para contaros una anécdota, pedimos leche para el café, pero nos trajeron leche fría. Nos dijeron que así es como lo toman ellos. Así que les pedimos que nos la calentaran y no hubo problema. Muy amables, la verdad. 




En el día de hoy, elegimos la calle paralela a la del día anterior y de nuevo no podíamos dejar de hacer fotos a todos los edificios, a cual más bonito. 




Y así llegamos a nuestro primer destino, el Campanario o Belfort situado en la plaza Markt donde las frites del día anterior. Había elegido este edificio en primer lugar por si encontrábamos colas para subir a lo alto d ela torre, un poco imaginándonos las famosas colas para subir a Notre Dame de París, a las gárgolas pero en este caso cuando llegamos, que aún quedaban unos 10 minutos para abrir, solo teníamos cuatro personas delante de nosotros. 

A pesar del precio, 8 euros adultos, y 4 niños, y las escaleras (366 escalones para ser más exactos), hay que subir porque las vistas desde lo alto de todo Brujas son impresionantes. Afortunadamente hay un par de salas para descansar durante la subida. 

      








Ya abajo, cansados pero satisfechos, proseguimos nuestro camino hasta el siguiente punto. Y así llegamos a la plaza Burg, para visitar tres monumentos: la Basílica de la Santa Sangre, el Ayuntamiento y el Franconato de Brujas. 

Empezamos por la Basílica de la Santa Sangre, llamada así porque se guarda y venera la reliquia de la Santa Sangre desde tiempos inmemorables. Tiene dos capillas, una superior donde está la reliquia custodiada por un señor de pie, reina el silencio en la sala y solo te puedes acercar de uno en uno para ver la reliquia que está guardada en una especie de botella de cristal. Imposible hacer fotos, te dejan fotografiar toda la sala (sin flash claro) excepto la zona en la que está expuesta la reliquia. De todas formas, el conjunto de la sala en sí es impresionante. 



En la planta baja hay otra capilla que es la iglesia románica de San Basilio.



En el edificio, también se puede acceder a un museo, pero no lo vimos porque no dejaban hacer fotos, ni siquiera sin flash. 

Justo al lado, se encuentra el Ayuntamiento, con una increíble fachada gótica. 


En este edificio sí que accedimos al interior puesto que con la misma entrada, también puedes visitar el Franconato que es el edificio contiguo al Ayuntamiento. En su interior destaca la Sala Gótica. El resto del Ayuntamiento no es tan interesante, pero la verda que para poder admirar esta sala, merece la pena pagar la entrada. 



Al lado el Franconato de Brujas. Hoy en día alberga los archivos de la ciudad y es guardián de la historia escrita de la ciudad. Lo más interesante del interior es la sala renacentista del siglo XVI donde se puede admirar una monumental chimenea construida en madera, mármol y alabastro.



Después de estos cuatro edificios y de las escaleras del Belfort y a pesar de haber desayunado bastante bien, decidimos volver a la plaza Markt para degustar de nuevo las famosas frites. Esta vez con mahonesa. 



     


Con la tripita llena, pusimos rumbo a la Iglesia de Nuestra Señora. Por el camino vimos el Museo Gruuthuse, pero a este no accedmos porque no teníamos suficiente tiempo y el precio era bastante alto. Sí hicimos unas cuanta fotos de la fachada y del patio a la entrada del mismo.






La Iglesia de Nuestra Señora fue construida en el siglo XIV alrededor de las reliquias de San Bonifacio. Destaca su gigantesca torre (122 metros) totalmente construida en ladrillo y la más alta de Europa, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. 







En su interior destaca la Madonna de Michelangelo, la única estatua del célebre genio fuera de Italia y que tanto recordamos los que hemos visto la película The Monuments Men.




Nuestro siguiente destino es el Beaterio, así que enfilamos dirección hacia el mismo. Justo frente a la Iglesia de Nuestra Señora se encuentra el Hospital de San Juan. Actualmente hay un museo, así que no lo visitamos por dentro. 



Seguimos paseando, por la plaza Walplein en cuyo número 26 se levanta desde 1546 la cervecería De Halve Maan, la última fábrica artesanal de cerveza de la ciudad. 

Y cruzamos el puente que nos lleva al Beaterio. Desde allí se divisa el Minnewater, el Lago del Amor, un lugar verdaderamente mágico y precioso. 


Los Beaterios eran recintos que surgieron en los Países Bajos durante la Edad Media, para acoger a las viudas y huérfanas que dejaron las Cruzadas. Con normas menos estrictas que los conventos, eran como ciudades en miniatura. El beaterio de Brujas fue fundado en 1245 y actualmente está habitado por monjas benedictinas. Impresionante el jardín y la tranquilidad que se respira. Accedimos al interior del recinto y luego dentro se puede visitar un museo y la iglesia del Beaterio.







Al salir pudimos dar una vuelta por el famoso Lago del Amor que es uno de los lugares más románticos y encantadores de Brujas. 

Una de las características del Minnewater son los cisnes que siempre chapotean en el lago y le dan un aire aún más romántico. Según cuenta la leyenda en 1488 el pueblo de Brujas ejecutó a uno de los administradores de la ciudad perteneciente a la corte de Maximiliano de Austria. El hombre se llamaba Pieter Lanchals, en neerlandés "cuello largo", cuya familia presentaba en su escudo de armas la figura de un cisne blanco. Como castigo a la ciudad por el asesinato, Maximiliano condenó a la población a mantener los cisnes en sus lagos y canales hasta la eternidad. 





Volviendo sobre nuestro pasos, se nos hizo la hora de comer, hora europea claro. Y encontramos una especie de bar que servía platos combinados, mmmm, pollo, la especialidad de los enanos. 




Habiendo ya descansado un poco y sobre todo habiéndonos nutrido con una buena comida, proseguimos nuestro recorrido por Brujas. Como todos los monumentos cierran a hora temprana, decidimos volver sobre nuestros pasos para acercarnos a la Catedral de San Bavón. Pero antes descubrimos una de las tiendas más bonitas que jamás haya visto totalmente dedicada a objetos de Navidad y de artesanía de madera. 



La Catedral de San Salvador es la sede del obispo de Brujas y la iglesia más importante de la ciudad. 





Decidimos volver a la tienda de chocolates que habíamos visto cerca de la Plaza Markt, de camino pasamos por la Corte de los Príncipes o Prinsehof que actualmente es un hotel de lujo y por la Iglesia de Santiago. 



Un pequeño paseo de nuevo al hotel a descansar y preparar las maletas para el día siguiente que nos íbamos a Disneyland París. y después de volver a disfrutar de la ciudad paseando, fuimos a cenar a la Plaza Markt al Quick. La plaza aún más bonita de noche, si eso era ya posible. 





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