Monasterio de Suso
El Monasterio de San Millán de Suso surgió de las cuevas que habitaron los eremitas discípulos de San Millán, allá por el siglo XVI, alrededor de la cueva que albergaba sus restos. Las ampliaciones que se sucedieron hasta el siglo XII, convirtieron aquellas cuevas en cenobio y en monasterio. Se pueden observar en los diferentes estilos arquitectónicos que se fueron superponiendo entre los siglos VI y XI: visigótico, mozárabe y románico.
En los primeros tiempos de la llegada de los visigodos a la Península, se retiró a este lugar el anacoreta Aemilianus (Milán), hijo de un pastor y natural de Vergegium, actual Berceo. Vivió aquí recluido hasta su muerte con 101 años, fue enterrado en una tumba excavada en la roca. Conocemos su vida gracias al relato escrito en el año 635 por el obispo de Zaragoza llamado Braulio y traducido al romance por Gonzalo de Berceo, que se educó en este lugar.
El pequeño monasterio se construyó alrededor de la celda rupestre del ermitaño, en un lugar de gran belleza, entre un frondoso bosque. En una primera etapa (siglo V y principios del VI) se excavan cuevas aprovechando oquedades del terreno. Entre los siglos VI y VII, se realiza la primera construcción destinada a lugar de reunión. Se trata de dos compartimentos abovedados de los que se conservan actualmente los muros y varios de los arcos visigodos.
En la primera mitad del siglo X se construye el monasterio mozárabe, consagrándose en 959 por García Sánchez I, primer monarca instalado en Nájera. A esta etapa corresponde la galería de entrada y la nave principal de la iglesia, construida con bóvedas de estilo califal y arcos de herradura. En el año 1002, Almanzor incendió este monasterio y desapareció con ello la decoración pictórica y los estucos mozárabes.
En 1030, Sancho III el Mayor restaura y amplía el monasterio y añade dos arcos más de medio punto a los existentes de herradura. Por último, en los siglos XI y XII se realizan otras ampliaciones con muros y arcos de medio punto ante las primitivas cuevas.
El acceso al monasterio se realiza a través del portaleyo, allí se encuentran las tumbas de los infantes de Lara y de su tutor Nuño acompañando a las tres reinas navarras. Conocidos por el "Romance de los siete infantes de Lara", basado en un antiguo cantar de gesta desaparecido, que es junto con el Cantar de mío Cid uno de los más importantes de la literatura castellana.
Por el arco mozárabe con capiteles de alabastro de motivos vegetales y geométricos, nos adentramos en el monasterio mozárabe. Al fondo observamos el resto de la primitiva construcción visigótica.
La cueva sepulcral conserva la lauda del fundador del siglo XII, labrada en alabastro negro y decorada con su escultura yacente, revestida con ropajes sacerdotales, alba, casulla y estola sobre la que destaca una cruz sobre su pecho, que hoy denominamos "Cruz de San Millán" pero que originalmente era un objeto litúrgico llamado "portapaz".
El Monasterio de San Millán de Suso surgió de las cuevas que habitaron los eremitas discípulos de San Millán, allá por el siglo XVI, alrededor de la cueva que albergaba sus restos. Las ampliaciones que se sucedieron hasta el siglo XII, convirtieron aquellas cuevas en cenobio y en monasterio. Se pueden observar en los diferentes estilos arquitectónicos que se fueron superponiendo entre los siglos VI y XI: visigótico, mozárabe y románico.
En los primeros tiempos de la llegada de los visigodos a la Península, se retiró a este lugar el anacoreta Aemilianus (Milán), hijo de un pastor y natural de Vergegium, actual Berceo. Vivió aquí recluido hasta su muerte con 101 años, fue enterrado en una tumba excavada en la roca. Conocemos su vida gracias al relato escrito en el año 635 por el obispo de Zaragoza llamado Braulio y traducido al romance por Gonzalo de Berceo, que se educó en este lugar.
El pequeño monasterio se construyó alrededor de la celda rupestre del ermitaño, en un lugar de gran belleza, entre un frondoso bosque. En una primera etapa (siglo V y principios del VI) se excavan cuevas aprovechando oquedades del terreno. Entre los siglos VI y VII, se realiza la primera construcción destinada a lugar de reunión. Se trata de dos compartimentos abovedados de los que se conservan actualmente los muros y varios de los arcos visigodos.
En la primera mitad del siglo X se construye el monasterio mozárabe, consagrándose en 959 por García Sánchez I, primer monarca instalado en Nájera. A esta etapa corresponde la galería de entrada y la nave principal de la iglesia, construida con bóvedas de estilo califal y arcos de herradura. En el año 1002, Almanzor incendió este monasterio y desapareció con ello la decoración pictórica y los estucos mozárabes.
En 1030, Sancho III el Mayor restaura y amplía el monasterio y añade dos arcos más de medio punto a los existentes de herradura. Por último, en los siglos XI y XII se realizan otras ampliaciones con muros y arcos de medio punto ante las primitivas cuevas.
El acceso al monasterio se realiza a través del portaleyo, allí se encuentran las tumbas de los infantes de Lara y de su tutor Nuño acompañando a las tres reinas navarras. Conocidos por el "Romance de los siete infantes de Lara", basado en un antiguo cantar de gesta desaparecido, que es junto con el Cantar de mío Cid uno de los más importantes de la literatura castellana.
Por el arco mozárabe con capiteles de alabastro de motivos vegetales y geométricos, nos adentramos en el monasterio mozárabe. Al fondo observamos el resto de la primitiva construcción visigótica.
La cueva sepulcral conserva la lauda del fundador del siglo XII, labrada en alabastro negro y decorada con su escultura yacente, revestida con ropajes sacerdotales, alba, casulla y estola sobre la que destaca una cruz sobre su pecho, que hoy denominamos "Cruz de San Millán" pero que originalmente era un objeto litúrgico llamado "portapaz".
La
importancia cultural de Suso se manifiesta en la colección de
manuscritos y códices que salieron de su escriptorio: el Códice
Emilianense de los Concilios (992), la Biblia de Quiso (664) o varias
copias de Beato de Liébana (autor del siglo VIII), lo que le hace ser
uno de los principales escritorios, si no el más notable, de la Edad
Media española. Es el marco en el que va a surgir la que hoy es la más
antigua manifestación escrita de la Lengua Española.
Suso. Tarifas
GENERAL: 3,00 euros
Suso. Horario de verano
Desde Semana Santa a octubre
OFICINA DE RESERVAS: de 9,30 a 13,30 y de 15,30 a 18,30 h
VISITA AL MONASTERIO DE SUSO: de 9,55 a 13,25 y de 15,55 a 17,55 h
HORARIO DE BUS: Mañana: 9,55 / 10,25 / 10,55 / 11,25 / 11,55 / 12,25 / 12,55 / 13,25 h. Tarde: 15,55 / 16,25 / 16,55 / 17,25 / 17,55 h. NOTA: La primera visita de la mañana (9,55) no es reservable
Lunes cerrado
Suso. Horario de invierno
Desde octubre hasta Semana Santa
OFICINA DE RESERVAS: de 9,30 a 13,30 y de 15,30 a 18,00 h
VISITA AL MONASTERIO DE SUSO: de 9,55 a 13,25 y de 15,55 a 17,25 h
HORARIO DE BUS: Mañana: 9,55 / 10,25 / 10,55 / 11,25 / 11,55 / 12,25 / 12,55 / 13,25 h. Tarde: 15,55 / 16,25 / 16,55 / 17,25 / 17,55 h. NOTA: La primera visita de la mañana (9,55) no es reservable
Lunes cerrado
Para visitar el Monasterio de Suso es obligatorio recordar:
. Todas las visitas son guiadas
. Las entradas se deben recoger con 30 minutos de antelación en la Central de Reservas de Suso.
. El acceso al Monasterio de Suso está restringido, se trata de un tema de estricta conservación, por ello no se puede acceder con vehículos particulares.
. Gestión de visitas
OFICINA DE INFORMACIÓN DE SAN MILLÁN. Tfno y fax: +34 941 373 082
HORARIO DE ATENCIÓN: de 9,30 a 13,30 y de 15,30 a 18 h. Lunes cerrado.
GENERAL: 3,00 euros
Suso. Horario de verano
Desde Semana Santa a octubre
OFICINA DE RESERVAS: de 9,30 a 13,30 y de 15,30 a 18,30 h
VISITA AL MONASTERIO DE SUSO: de 9,55 a 13,25 y de 15,55 a 17,55 h
HORARIO DE BUS: Mañana: 9,55 / 10,25 / 10,55 / 11,25 / 11,55 / 12,25 / 12,55 / 13,25 h. Tarde: 15,55 / 16,25 / 16,55 / 17,25 / 17,55 h. NOTA: La primera visita de la mañana (9,55) no es reservable
Lunes cerrado
Suso. Horario de invierno
Desde octubre hasta Semana Santa
OFICINA DE RESERVAS: de 9,30 a 13,30 y de 15,30 a 18,00 h
VISITA AL MONASTERIO DE SUSO: de 9,55 a 13,25 y de 15,55 a 17,25 h
HORARIO DE BUS: Mañana: 9,55 / 10,25 / 10,55 / 11,25 / 11,55 / 12,25 / 12,55 / 13,25 h. Tarde: 15,55 / 16,25 / 16,55 / 17,25 / 17,55 h. NOTA: La primera visita de la mañana (9,55) no es reservable
Lunes cerrado
Para visitar el Monasterio de Suso es obligatorio recordar:
. Todas las visitas son guiadas
. Las entradas se deben recoger con 30 minutos de antelación en la Central de Reservas de Suso.
. El acceso al Monasterio de Suso está restringido, se trata de un tema de estricta conservación, por ello no se puede acceder con vehículos particulares.
. Gestión de visitas
OFICINA DE INFORMACIÓN DE SAN MILLÁN. Tfno y fax: +34 941 373 082
HORARIO DE ATENCIÓN: de 9,30 a 13,30 y de 15,30 a 18 h. Lunes cerrado.
El
origen de la construcción del monasterio se refleja en una leyenda que
narra como el rey García, el de Nájera, ordenó el traslado de los restos
de San Millán que se encontraban en Suso al monasterio de Santa María
La Real de Nájera. Los bueyes que tiraban de la carreta se detuvieron en
el valle como si los restos del Santo no quisiesen abandonarlo
construyendo en ese lugar el monasterio de Yuso. Un monasterio románico
de los siglos X y XI, sobre el que se construyó entre los siglos XVI y
XVIII el actual monasterio de Yuso por los abades benedictinos. En él se
conjugan estilos: renacentista y barroco principalmente. Los monjes
benedictinos se trasladaron al monasterio en el siglo X. Uno de los
priores más relevantes fue Domingo, natural de la población riojana de
Cañas, más conocido como Santo Domingo de Silos.
La portada de acceso al monasterio se realizó en 1661 y en ella aparece el relieve de San Millán "Matamoros" ya que según la tradición combatió al islam junto con Santiago en la batalla de Simancas. El zaguán se hizo poco más tarde en 1689, todo ello da acceso al Salón de los Reyes llamado así por los cuatro grandes lienzos que representan a los reyes bienhechores del monasterio.
El claustro bajo se comenzó en 1549 y aunque son bóvedas son góticas la concepción es renacentista. El superior es clasicista y contienen veinticuatro cuadros de Espinosa y José Vexes, cuyas escenas principales versan sobre la vida de San Millán, escrita por San Braulio, Arzobispo de Zaragoza.
La sacristía es una de las más bellas de España, antigua sala capitular comenzó a usarse como tal hacia 1693. Los frescos del techo del siglo XVIII conservan sin haber sido restaurados toda la riqueza cromática original. La cajonería es de nogal, encima de la cual hay veinticuatro óleos sobre cobre de estilo barroco de procedencia flamenca, madrileña e italiana.
La iglesia del monasterio es lo primero que se hizo de todo este conjunto, comenzada en el año 1504 se terminó treinta seis años después, está catalogada dentro del gótico decadente. El grandioso retablo del altar mayor contiene lienzos de Fray Juan Ricci, de la escuela del Greco, que representan a San Millán a caballo en la batalla de Hacinas y otras devociones del lugar. La extraordinaria rejería de Sebastián de Medina de 1676 completa el conjunto artístico de la capilla mayor.
La sillería de coro bajo fue realizada por un tallista flamenco en torno a 1640. De gran calidad es también la reja, realizada en 1676, que cierra el coro bajo de la iglesia. El trascoro de estilo rococó contiene ocho tallas de la mejor imaginería española, que representan a los discípulos de San Millán, destacando por su belleza el púlpito plateresco decorado con relieves de los evangelistas y símbolos de la pasión. El coro alto, algo posterior al bajo, está sostenido por una bóveda muy plana con dieciséis medallones de la primera mitad del siglo XVII. En esta misma zona de la iglesia se encuentra una de las joyas del monasterio: un púlpito de nogal, que parece ser de finales del XVI.
La estantería de los cantorales del monasterio conserva en su haber veinticinco volúmenes copiados entre 1729 y 1731. El archivo y biblioteca monasterial de gran valor para los investigadores está considerado entre los mejores de España. Es la biblioteca monástica más íntegra del país. Su verdadero valor e interés radica, no tanto en su número - más de diez mil - como en los ejemplares raros que conserva. No está abierta al público ya que se dedica exclusivamente a la investigación.
Marfiles románicos. Para las abadías y monasterios su más estimado tesoro eran las reliquias de los santos, sobre todo si eran del santo fundador. Don Blas, abad de Yuso entre 1067 y 1081, manda realizar el arca relicario más rico posible para venerar los restos de San Millán, empleando en su interior telas finísimas y revistiendo el exterior con láminas de oro, plata, piedras preciosas y tarjetas de marfil. Entre la colección de relicarios del monasterio sobresalen las arcas relicarios de San Millán (s. XI), por un lado, y la de San Felices (s. XII), por otro, por sus marfiles románicos.
Los monjes benedictinos permanecieron en este lugar hasta la desamortización de 1835. Actualmente son los frailes agustinos recoletos los que mantienen vivo el espíritu del monasterio.
Tarifas
GENERAL: 6,00 euros
JUBILADOS (+ de 65 años): 5,00 euros
GRUPOS (+ de 20 personas): 4,00 euros
NIÑOS (de 7 a 15 años): 2,00 euros
NIÑOS MENORES DE 7 AÑOS: Gratis
Yuso. Horario de verano
Desde Semana Santa a septiembre (incluido)
MAÑANA: 10,00h-13,30h*
TARDE: 16,00h-18,30h*
Lunes cerrado, excepto el mes de agosto
Yuso. Horario de invierno
Desde octubre hasta Semana Santa
MAÑANA: 10,00h-13,00h*
TARDE: 15,30h-17,30h*
Domingos tarde y lunes cerrado
La portada de acceso al monasterio se realizó en 1661 y en ella aparece el relieve de San Millán "Matamoros" ya que según la tradición combatió al islam junto con Santiago en la batalla de Simancas. El zaguán se hizo poco más tarde en 1689, todo ello da acceso al Salón de los Reyes llamado así por los cuatro grandes lienzos que representan a los reyes bienhechores del monasterio.
El claustro bajo se comenzó en 1549 y aunque son bóvedas son góticas la concepción es renacentista. El superior es clasicista y contienen veinticuatro cuadros de Espinosa y José Vexes, cuyas escenas principales versan sobre la vida de San Millán, escrita por San Braulio, Arzobispo de Zaragoza.
La sacristía es una de las más bellas de España, antigua sala capitular comenzó a usarse como tal hacia 1693. Los frescos del techo del siglo XVIII conservan sin haber sido restaurados toda la riqueza cromática original. La cajonería es de nogal, encima de la cual hay veinticuatro óleos sobre cobre de estilo barroco de procedencia flamenca, madrileña e italiana.
La iglesia del monasterio es lo primero que se hizo de todo este conjunto, comenzada en el año 1504 se terminó treinta seis años después, está catalogada dentro del gótico decadente. El grandioso retablo del altar mayor contiene lienzos de Fray Juan Ricci, de la escuela del Greco, que representan a San Millán a caballo en la batalla de Hacinas y otras devociones del lugar. La extraordinaria rejería de Sebastián de Medina de 1676 completa el conjunto artístico de la capilla mayor.
La sillería de coro bajo fue realizada por un tallista flamenco en torno a 1640. De gran calidad es también la reja, realizada en 1676, que cierra el coro bajo de la iglesia. El trascoro de estilo rococó contiene ocho tallas de la mejor imaginería española, que representan a los discípulos de San Millán, destacando por su belleza el púlpito plateresco decorado con relieves de los evangelistas y símbolos de la pasión. El coro alto, algo posterior al bajo, está sostenido por una bóveda muy plana con dieciséis medallones de la primera mitad del siglo XVII. En esta misma zona de la iglesia se encuentra una de las joyas del monasterio: un púlpito de nogal, que parece ser de finales del XVI.
La estantería de los cantorales del monasterio conserva en su haber veinticinco volúmenes copiados entre 1729 y 1731. El archivo y biblioteca monasterial de gran valor para los investigadores está considerado entre los mejores de España. Es la biblioteca monástica más íntegra del país. Su verdadero valor e interés radica, no tanto en su número - más de diez mil - como en los ejemplares raros que conserva. No está abierta al público ya que se dedica exclusivamente a la investigación.
Marfiles románicos. Para las abadías y monasterios su más estimado tesoro eran las reliquias de los santos, sobre todo si eran del santo fundador. Don Blas, abad de Yuso entre 1067 y 1081, manda realizar el arca relicario más rico posible para venerar los restos de San Millán, empleando en su interior telas finísimas y revistiendo el exterior con láminas de oro, plata, piedras preciosas y tarjetas de marfil. Entre la colección de relicarios del monasterio sobresalen las arcas relicarios de San Millán (s. XI), por un lado, y la de San Felices (s. XII), por otro, por sus marfiles románicos.
Los monjes benedictinos permanecieron en este lugar hasta la desamortización de 1835. Actualmente son los frailes agustinos recoletos los que mantienen vivo el espíritu del monasterio.
Tarifas
GENERAL: 6,00 euros
JUBILADOS (+ de 65 años): 5,00 euros
GRUPOS (+ de 20 personas): 4,00 euros
NIÑOS (de 7 a 15 años): 2,00 euros
NIÑOS MENORES DE 7 AÑOS: Gratis
Yuso. Horario de verano
Desde Semana Santa a septiembre (incluido)
MAÑANA: 10,00h-13,30h*
TARDE: 16,00h-18,30h*
Lunes cerrado, excepto el mes de agosto
Yuso. Horario de invierno
Desde octubre hasta Semana Santa
MAÑANA: 10,00h-13,00h*
TARDE: 15,30h-17,30h*
Domingos tarde y lunes cerrado
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