La Casa de Hippolytus es un yacimiento arqueológico ubicado en la ciudad madrileña de Alcalá de Henares que forma parte de la ciudad romana de Complutum, origen de la actual Alcalá de Henares.
Complutum nació como ciudad en el seno del mundo indígena anterior a la conquista romana: los carpetanos, seguramente hacia el siglo III A.C. desarrollaron un proceso que también afectó a otras tribus prerromanas, y que se conoce como contributio: consistía en que varias poblaciones de menor tamaño se aglutinaban en una mayor, que en el caso de Complutum se ubicaba en lo alto del Cerro de San Juan del Viso, y daban lugar a algo parecido a una ciudad-estado, que se gobernaba a sí misma y a un extenso territorio, emitía monedas, podía levantar ejércitos, etc.. Poco a poco esta ciudad asimiló la cultura de los conquistadores romanos, en pleno proceso de dominación de la Península Ibérica ( es el fenómeno conocido como romanización), y a finales del siglo I A.C. su aspecto debía ser notablemente parecido al de otras ciudades romanas. Por desgracia, los datos que existen para este época son todavía escasos.
Por varias razones (estratégicas, económicas, ideológicas) los complutenses decidieron fundar una ciudad de nueva planta, que en cierta medida suplía a la más antigua: lo hicieron en 2 momentos, primer en tiempo de Augusto, hacia el cambio de Era, después hacia los años 60 del siglo I D.C. La ciudad se situó entonces en una fértil vega en el llano, entre los ríos Henares y Camarmilla. Esta ubicación es la que se mantuvo en el tiempo, con algunas modificaciones en los siglos VI y VII, hasta la invasión musulmana del siglo VIII. Esta nueva ciudad es la que la Arqueología está documentando con gran precisión, y con la que se vincula la Casa de Hippolytus.
La ciudad recibió un rango jurídico privilegiado en el año 74 D.C., época del Emperador Vespasiano: se convirtió en municipium, y podemos deducir que su nombre pasaría a ser algo así como municipium flavium complutensis: Municipio Flavio de los Complutenses.
Del urbanismo complutense se saben muchas cosas: la ciudad, de las mayores de España, tenía una extensión de casi 50 Hectáreas, con un trazado ortogonal de calles que se cortaban en ángulo recto, un foro, una basílica para asuntos judiciales, termas, un pórtico comercial, un mercado, y sobre todo bastantes casas privadas que están proporcionando magníficas colecciones de pintura mural y de mosaicos. Curiosamente, una de las características de Complutum es su impresionante desarrollo urbanístico y económico a partir del último cuarto de siglo III D.C., momento en que muchas otras ciudades se encontraban en franca decadencia.
En época hispanorramana existía junto a la Puerta Oeste de la ciudad una fuente monumental dedicada a las Ninfas. Este culto (que es muy antiguo, seguramente prerromano) a las Ninfas, a las fuerzas de la Naturaleza y a su personificación latina, la diosa Diana, que además ha subsistido hasta al menos el siglo XVII, ya cristianizado, debía tener una notable importancia, tanto incluso como para caracterizar la personalidad de la ciudad a lo largo de toda la Antigüedad.
Complutum nació como ciudad en el seno del mundo indígena anterior a la conquista romana: los carpetanos, seguramente hacia el siglo III A.C. desarrollaron un proceso que también afectó a otras tribus prerromanas, y que se conoce como contributio: consistía en que varias poblaciones de menor tamaño se aglutinaban en una mayor, que en el caso de Complutum se ubicaba en lo alto del Cerro de San Juan del Viso, y daban lugar a algo parecido a una ciudad-estado, que se gobernaba a sí misma y a un extenso territorio, emitía monedas, podía levantar ejércitos, etc.. Poco a poco esta ciudad asimiló la cultura de los conquistadores romanos, en pleno proceso de dominación de la Península Ibérica ( es el fenómeno conocido como romanización), y a finales del siglo I A.C. su aspecto debía ser notablemente parecido al de otras ciudades romanas. Por desgracia, los datos que existen para este época son todavía escasos.
Por varias razones (estratégicas, económicas, ideológicas) los complutenses decidieron fundar una ciudad de nueva planta, que en cierta medida suplía a la más antigua: lo hicieron en 2 momentos, primer en tiempo de Augusto, hacia el cambio de Era, después hacia los años 60 del siglo I D.C. La ciudad se situó entonces en una fértil vega en el llano, entre los ríos Henares y Camarmilla. Esta ubicación es la que se mantuvo en el tiempo, con algunas modificaciones en los siglos VI y VII, hasta la invasión musulmana del siglo VIII. Esta nueva ciudad es la que la Arqueología está documentando con gran precisión, y con la que se vincula la Casa de Hippolytus.
La ciudad recibió un rango jurídico privilegiado en el año 74 D.C., época del Emperador Vespasiano: se convirtió en municipium, y podemos deducir que su nombre pasaría a ser algo así como municipium flavium complutensis: Municipio Flavio de los Complutenses.
Del urbanismo complutense se saben muchas cosas: la ciudad, de las mayores de España, tenía una extensión de casi 50 Hectáreas, con un trazado ortogonal de calles que se cortaban en ángulo recto, un foro, una basílica para asuntos judiciales, termas, un pórtico comercial, un mercado, y sobre todo bastantes casas privadas que están proporcionando magníficas colecciones de pintura mural y de mosaicos. Curiosamente, una de las características de Complutum es su impresionante desarrollo urbanístico y económico a partir del último cuarto de siglo III D.C., momento en que muchas otras ciudades se encontraban en franca decadencia.
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