Situación
El Castillo de Peñíscola ocupa la zona más elevada del peñón sobre el que se sustenta la antigua ciudad de Peñíscola, provincia de Castellón, una pequeña península que penetra en el mar, elevandose por encima de la localidad.
Historia
El Castillo de Peñíscola comparte con el Vaticano y el palacio de los papas de Aviñón el privilegio de haber sido Sede Pontificia, una de las tres que ha habido a lo largo de la historia.
La estructura principal del castillo y la ciudad proceden de tiempos de la dominación musulmana. En 1225, y con sólo dieciséis años, Jaime I intentó, sin éxito, conquistar el castillo de Peñíscola. 8 años más tarde, en 1233, pudo conseguir que la fortaleza pasase a la Corona cristiana, a cuyo patrimonio estuvo ligada hasta la cesión a la Orden del Temple en 1294, quien acometería en el castillo obras de restauración y re fortificación muy importantes, hasta darle la imagen básica que hoy presenta, a imagen y semejanza de los castillos de Tierra Santa.
En 1307, y tras la caida de la Orden, Jaime II se apoderó de la fortaleza, devolviendola a la Corona, siendo nuevamente cedida en 1319, esta vez a la Orden de Montesa. También esta orden efectuó numerosas modificaciones, hoy perdidas.
En 1411 la Orden de Montesa cedió la fortaleza a Benedicto XIII, el Papa Luna, quien residió en ella desde 1415 hasta 1423, época en la que Peñíscola fue sede pontificia, y su castillo acondicionado para tal función. Con el fallecimiento del Papa Luna se cerró uno de los capítulos de mayor esplendor del castillo. En 1441 volvió a manos de la orden de Montesa y de nuevo a la corona.
Durante la guerra de las Germanías sirvió de fortaleza a las tropas reales, refugiando al virrey de Valencia y otros nobles.
Felipe II adaptó la fortaleza a las nuevas armas de artillería para frenar los ataques de los piratas berberíscos que asolaban las costas valencianas.
Durante la guerra de Sucesión las tropas leales al rey resistieron el ataque de las tropas inglesas del Archiduque Carlos.
En el año 1812, durante la Guerra de la Independencia, las tropas francesas lo conquistaron, perdiéndolo dos años más tarde. A partir de esta época, y especialmente tras las guerras Carlistas, su papel militar fue decreciendo rápidamente.
La estructura principal del castillo y la ciudad proceden de tiempos de la dominación musulmana. En 1225, y con sólo dieciséis años, Jaime I intentó, sin éxito, conquistar el castillo de Peñíscola. 8 años más tarde, en 1233, pudo conseguir que la fortaleza pasase a la Corona cristiana, a cuyo patrimonio estuvo ligada hasta la cesión a la Orden del Temple en 1294, quien acometería en el castillo obras de restauración y re fortificación muy importantes, hasta darle la imagen básica que hoy presenta, a imagen y semejanza de los castillos de Tierra Santa.
En 1307, y tras la caida de la Orden, Jaime II se apoderó de la fortaleza, devolviendola a la Corona, siendo nuevamente cedida en 1319, esta vez a la Orden de Montesa. También esta orden efectuó numerosas modificaciones, hoy perdidas.
En 1411 la Orden de Montesa cedió la fortaleza a Benedicto XIII, el Papa Luna, quien residió en ella desde 1415 hasta 1423, época en la que Peñíscola fue sede pontificia, y su castillo acondicionado para tal función. Con el fallecimiento del Papa Luna se cerró uno de los capítulos de mayor esplendor del castillo. En 1441 volvió a manos de la orden de Montesa y de nuevo a la corona.
Durante la guerra de las Germanías sirvió de fortaleza a las tropas reales, refugiando al virrey de Valencia y otros nobles.
Felipe II adaptó la fortaleza a las nuevas armas de artillería para frenar los ataques de los piratas berberíscos que asolaban las costas valencianas.
Durante la guerra de Sucesión las tropas leales al rey resistieron el ataque de las tropas inglesas del Archiduque Carlos.
En el año 1812, durante la Guerra de la Independencia, las tropas francesas lo conquistaron, perdiéndolo dos años más tarde. A partir de esta época, y especialmente tras las guerras Carlistas, su papel militar fue decreciendo rápidamente.
La puerta principal, en arco de medio punto, está flanqueada por torres cuadradas y salientes que la protegen. Sobre ella corre una faja de sillares con emblemas heráldicos esculpidos de los primeros comendadores del Temple.
Traspuesta la puerta, a derecha, se hallan las primeras dependencias del castillo, una de ellas un antiguo aljibe, y a izquierda un gran salón rectangular, antiguo establo, de bóveda ligeramente apuntada, con otras habitaciones al fondo.
Traspuesta la puerta, a derecha, se hallan las primeras dependencias del castillo, una de ellas un antiguo aljibe, y a izquierda un gran salón rectangular, antiguo establo, de bóveda ligeramente apuntada, con otras habitaciones al fondo.
La plazoleta interior o patio de armas de la fortaleza es amplio. A su derecha se alza el palacio residencia de Benedicto XIII y en su parte más elevada el primitivo estudio de Pedro de Luna con sus armas heráldicas sobre la puerta.
En el lado opuesto del patio de armas, se encuentra la iglesia del castillo, capilla de planta rectangular, de una sola nave y bóveda de medio cañón y ábside semicircular, antiguamente dedicada a la Virgen María y a los Tres Reyes Magos; en el ábside la primitiva sacristía.
Entre la iglesia y el palacio pontificio se extiende un amplio salón gótico, abovedado y muros de sillería labrada; en su puerto de medio punto hay blasones del comendador Cardona, le iluminan tresa mplios ventanales y otro dos geminados recayentes a patios interiores. En su testero una pequeña puerta comunica con el palacio.
Del patio de armas y junto a la puerta de la capilla, por una escalera empinada se desciende a un amplio salón, iluminado por una claraboya y reducidas aspilleras; en un costado se abre el acceso a primitivas mazmorras de la fortaleza. En esta sala había una exposición de instrumentos de tortura y de caballeros templarios.
Horario de visitas
Invierno (Del 16 de octubre al Domingo de Ramos):
De 10:30 h. a 17:30 h.
Verano (Del Domingo de Ramos al 15 de octubre):
De 09:30 h. a 21:30 h.
Cerrado únicamente los días:
1 y 6 de Enero, 8 y 9 de Septiembre, 9 de Octubre y 25 de Diciembre.
Precio de las entradas
Adultos 5,00 €
Mayores de 60 años 3,50 €
Grupos de 30 personas adultas o más, cada una 3,50 €
Entidades docentes, por persona 3,50 €
Minusválidos Exentos
Niños menores de 8 años, acompañados Exentos
Uno de los puntos fuertes del castillo de Peñíscola son las vistas de la villa desde el mismo.
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