La Catedral de Huesca se sitúa en la zona más alta y
una de las más antiguas de la ciudad, sonde se encontraron vestigios de
época romana, y probablemente en este mismo lugar se instalaron los
edificios civiles y religiosos más importantes de la la OSCA romana, que
alcanzó su máximo esplendor y renombre con Quinto Sertorio.
Apenas tenemos noticia alguna sobre la forma de vida en la Huesca visigoda. Sabemos que Huesca ya era sede episcopal en este momento, sin embargo, no se han conservado los edificios que debieron ser utilizados para celebrar culto.
Huesca fue una ciudad musulmana durante 400 años, la gran mezquita mayor de la WASQA islámica se levantaba en el mismo lugar donde hoy vemos la Catedral, de hecho su planta actual se adaptó a la traza islámica. El único vestigio conservado de la antigua mezquita corresponde a un arco de herradura en la zona de los claustros que podría haber pertenecido a la torre alminar.
En el año 1096, el rey aragonés Pedro I conquistó Huesca a los musulmanes tras la batalla de Alcoraz. La mezquita mayor fue consagrada como templo cristiano y en su interior se celebró culto durante doscientos años. Durante ese tiempo se construyeron en la zona norte varios edificios nuevos, entre ellos una pequeña iglesia románica dedicada a Santa María de los Gozos, dependencias para la vida en común de los canónigos, un pequeño claustro... todo ello fue el germen de la futura Catedral Gótica.
En el año 1273 ostentaba la sede episcopal Jaime Sarroca, sobrino del rey aragonés Jaime I el Conquistador. Gracias al impulso de estos dos personajes se derruyó el antiguo edificio musulmán y se comenzó la construcción de un nuevo edificio bajo las directrices y modas arquitectónicas que dominaban Europa desde el siglo XIII- el gótico.
En 1308 estaban construidos los cinco ábsides de la cabecera, parte del transepto, las capillas entre contrafuertes y la sacristía vieja, siendo esta parte la más antigua.
Entre 1327 y 1348 se colocaron las bóvedas de crucería simple en las naves laterales y se cubrión con techumbre de madera la nave central y el transepto.
A mediados del siglo XIV la Catedral estaba cubierta y prácticamente finalizada. Las obras tuvieron que interrumpirse a causa de la peste "negra" o bubónica que asolaba Europa.
Desde finales del siglo XIV y principios del XV se dieron pequeños impulsos a la obra: en 1369 se levantaron hasta la cuarta planta de la torre campanario; en 1423 el maestro constructor Pere Jalopa la concluyó, remantándola con un bello chapitel pentagonal (desapareció durante la Guerra de 1936).
En esos mismos años se levantó, gracias al impulso del Papa Benedicto XIII parte de un claustro gótico; únicamente se llegó a construir la crujía medieval y las obras quedaron sin finalizar.
No es hasta, avanzado el siglo XV cuando gracias a los impulsos del nuevo obispo don Juan de Aragón y Navarra, la Catedral adquiere el aspecto que podemos contemplar en la actualidad. El escudo de este gran obispo se encuentra en la clave de la bóveda del crucero.
En 1497 este obispo encargó al arquitecto Juan de Olot-Zaga el recrecimiento de los muros del transepto, el ábside principal y la nave central, así como la colocación de las actuales bóvedas de crucería estrellada. Estas obras finalizaron en 1511.
Entre 1513 y 1515 el mismo maestro terminó la parte superior de la fachada en gótico tardío o flamígero.
Situada en la fachada occidental, la portada principal constituye un destacado ejemplo de escultura monumental gótica aragonesa.
Se divide en dos zonas a través de un volado alero, típico de la arquitectura aragonesa de este momento (1539), decorado don bellas ménsulas talladas.
Apenas tenemos noticia alguna sobre la forma de vida en la Huesca visigoda. Sabemos que Huesca ya era sede episcopal en este momento, sin embargo, no se han conservado los edificios que debieron ser utilizados para celebrar culto.
Huesca fue una ciudad musulmana durante 400 años, la gran mezquita mayor de la WASQA islámica se levantaba en el mismo lugar donde hoy vemos la Catedral, de hecho su planta actual se adaptó a la traza islámica. El único vestigio conservado de la antigua mezquita corresponde a un arco de herradura en la zona de los claustros que podría haber pertenecido a la torre alminar.
En el año 1096, el rey aragonés Pedro I conquistó Huesca a los musulmanes tras la batalla de Alcoraz. La mezquita mayor fue consagrada como templo cristiano y en su interior se celebró culto durante doscientos años. Durante ese tiempo se construyeron en la zona norte varios edificios nuevos, entre ellos una pequeña iglesia románica dedicada a Santa María de los Gozos, dependencias para la vida en común de los canónigos, un pequeño claustro... todo ello fue el germen de la futura Catedral Gótica.
En el año 1273 ostentaba la sede episcopal Jaime Sarroca, sobrino del rey aragonés Jaime I el Conquistador. Gracias al impulso de estos dos personajes se derruyó el antiguo edificio musulmán y se comenzó la construcción de un nuevo edificio bajo las directrices y modas arquitectónicas que dominaban Europa desde el siglo XIII- el gótico.
En 1308 estaban construidos los cinco ábsides de la cabecera, parte del transepto, las capillas entre contrafuertes y la sacristía vieja, siendo esta parte la más antigua.
Entre 1327 y 1348 se colocaron las bóvedas de crucería simple en las naves laterales y se cubrión con techumbre de madera la nave central y el transepto.
A mediados del siglo XIV la Catedral estaba cubierta y prácticamente finalizada. Las obras tuvieron que interrumpirse a causa de la peste "negra" o bubónica que asolaba Europa.
Desde finales del siglo XIV y principios del XV se dieron pequeños impulsos a la obra: en 1369 se levantaron hasta la cuarta planta de la torre campanario; en 1423 el maestro constructor Pere Jalopa la concluyó, remantándola con un bello chapitel pentagonal (desapareció durante la Guerra de 1936).
En esos mismos años se levantó, gracias al impulso del Papa Benedicto XIII parte de un claustro gótico; únicamente se llegó a construir la crujía medieval y las obras quedaron sin finalizar.
No es hasta, avanzado el siglo XV cuando gracias a los impulsos del nuevo obispo don Juan de Aragón y Navarra, la Catedral adquiere el aspecto que podemos contemplar en la actualidad. El escudo de este gran obispo se encuentra en la clave de la bóveda del crucero.
En 1497 este obispo encargó al arquitecto Juan de Olot-Zaga el recrecimiento de los muros del transepto, el ábside principal y la nave central, así como la colocación de las actuales bóvedas de crucería estrellada. Estas obras finalizaron en 1511.
Entre 1513 y 1515 el mismo maestro terminó la parte superior de la fachada en gótico tardío o flamígero.
Portada
Situada en la fachada occidental, la portada principal constituye un destacado ejemplo de escultura monumental gótica aragonesa.
Se divide en dos zonas a través de un volado alero, típico de la arquitectura aragonesa de este momento (1539), decorado don bellas ménsulas talladas.
El acceso a la catedral es gratuita. Sin embargo, la visita a la misma no es completa si no se visita el Museo Diocesano de Huesca, situado justo al lado de la Catedral, de esta manera también se pueden visitar el claustro románico y el claustro gótico sin terminar.
Museo Diocesano
En primer lugar nos dirigimos al Museo Diocesano. Este museo se constituyó en 1945 y ofrece la posibilidad de contemplar piezas de arte sacro procedentes tanto de la Catedral como de los conventos y parroquias pertenecientes a la diócesis. Los espacios utilizados están contiguos a la Catedral como son la Sala Capitular, Claustro y Parroquia.
Retablo de Plata. Este retablo era colocado hasta el año 1969 delante del retablo mayor de la Catedral de forma que el Crucificado de este retablo coronaba el dosel de plata. Los orfebres José Estada y Juan y Jerónimo Carbonell se encargaron de llevar a cabo este proyecto.
Relicario. Lo más destable de esta pieza de estilo rococó, es que en el centro de la misma se sitúa una pintura sobre tela que se identifica con un retrato de la Virgen del Loreto. Bajo el cuadro se muestra, protegido por un cristal, un fragmento de la "Santísima columna donde fue flagelado Jesucristo".
Retablo de alabastro. Bella pieza que procede de la sacristía del castillo-abadía Montearagón.
Adoración de los Reyes. Alabastro policromado que se encontraba en la Catedral sobre el altar.
Sillería. Situada en el centro de la Catedral. De la Catedral se trajo al museo para preservarla. Esta obra de estilo barroco es de finales del siglo XVI.
Escenas de la vida de Cristo. Óleo sobre tabla atribuido a Esteban Solorzano hacia 1535.
Portada del Claustro. Se trata de una obra de estilo románico de transición. Presenta en el tímpano Virgen con el Niño y ángeles ceroferarios. El fondo con pintura gótica con los santos: Lorenzo, Vicente, Miguel y Pedro.
Retablo de San Bartolomé a la izquierda y Retablo de la Coronación de María a la derecha.
Tallas de madera policromada. A la derecha podemos ver la talla de María Madre de Jesús y a la izquierda la talla de Nuestra Señora de Cillas del siglo XII.
Claustro románico. Este espacio formaba parte del antiguo claustro de canónigos de la Catedral de Huesca. Fue construido en el siglo XII en el patio de la antigua mezquita aljama de la ciudad. En los muros de este espacio se conservan enterramientos medievales y lápidas sepulcrales.
Pórtico o logia del Obispo Don Juan de Aragón y Navarra. El pórtico, de finales del siglo XV, fue mandado construir para proteger el acceso a las estancias de la curia episcopal. Formaba parte de los restos del Palacio Episcopal demolido hacia 1980.
Interior de la Catedral
Presbiterio. Altar Mayor.
El retablo mayor está dedicado a Jesús de Nazaret.
Esta magnífica obra de alabastro fue encargada por el obispo D. Juan de Aragón y Navarra y el cabildo catedralicio al escultor de origen valenciano Damián Forment, quien, estableciendo su taller en Huesca, lo realizó entre 1520 y 1533.
Con este retablo Forment consigue crear una de sus obras más geniales, combinando con asombrosa facilidad los elementos góticos - en la decoración y mazonería - con otros plenamente renacentistas - en las figuras y grupos que componen las distintas escenas -.
Esta magnífica obra de alabastro fue encargada por el obispo D. Juan de Aragón y Navarra y el cabildo catedralicio al escultor de origen valenciano Damián Forment, quien, estableciendo su taller en Huesca, lo realizó entre 1520 y 1533.
Con este retablo Forment consigue crear una de sus obras más geniales, combinando con asombrosa facilidad los elementos góticos - en la decoración y mazonería - con otros plenamente renacentistas - en las figuras y grupos que componen las distintas escenas -.
LA SILLERÍA DEL CORO
Los
sitiales, de madera de roble, situados en el presbiterio, formaron
parte de la sillería compuesta por 85 sitiales o sillas que formaron el
coro. La sillería fue realizada por Nicolás de Beráztegui, su hijo, Juan
de Berroeta, Juan de Allí y Juan de Liébana entre 1577 y 1591. El resto
de sitiales se exponen en la actualidad en el Museo Diocesano.
CAPILLA DEL SANTO CRISTO
A esta imagen de Cristo crucificado (siglo XV) se la conoce popularmente como "El Cristo de los Milagros".
Esta devoción comenzó en 1497 cuando, durante el transcurso de una procesión por las naves de la Catedral, la imagen sudó de forma milagrosa y la ciudad quedó libre de la epidemia de peste que la asolaba desde hacía meses. Su fiesta se celebra todos los años el 12 de septiembre.
En el siglo XVII, entre 1622 y 1625, el obispo Juan Móriz de Salazar encargó la renovación de esta capilla al arquitecto barbastrense Pedro de Ruesta, en bello estilo, entre renacentista y barroco.
Esta devoción comenzó en 1497 cuando, durante el transcurso de una procesión por las naves de la Catedral, la imagen sudó de forma milagrosa y la ciudad quedó libre de la epidemia de peste que la asolaba desde hacía meses. Su fiesta se celebra todos los años el 12 de septiembre.
En el siglo XVII, entre 1622 y 1625, el obispo Juan Móriz de Salazar encargó la renovación de esta capilla al arquitecto barbastrense Pedro de Ruesta, en bello estilo, entre renacentista y barroco.
CAPILLA DE LA INMACULADA
Retablo de 1631.
ÓRGANO
El
órgano, que formaba parte del coro, fue trasladado a su actual
ubicación, siendo el original un buen trabajo de Antonio Sanz, que en
1794 esculpió la caja de acuerdo con el gusto rococó.
CAPILLA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO
Retablo del siglo XVII pero imagen de la titular (anterior Virgen del Alba) gótica.
Renovada en 1650. Lienzo central obra de Vicente Berdusán.
CAPILLA DE SAN JOAQUÍN
Renovada
en 1654 por miembros de la familia Santolaria. Bella decoración en
estucos, dorados y alabastros. El espacio ha sido tratado con sentido
escenográfico y ornamental, con efectista iluminación, procedente de la
linterna que se abre en la cúpula decorada. La decoración de la bóveda y
los lienzos laterales son obra del pintor Vicente Berdusán. El gran
retablo de madera dorada presenta abundante imaginería en alabastro
policromado y madera, de autor desconocido.
CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DEL POPULO
Renovada en 1630. La sarga central de la Virgen es del siglo XV.
CAPILLA LASTANOSA
Anteriormente dedicada a los santos Pedro y Pablo. Esta
capilla es el conjunto barroco más bello de la Catedral y uno de los
más interesantes del arte aragonés. Primitivamente estuvo dedicada a los
santos Felipe y Santiago hasta que en 1645 el infanzón y prócer oscense
Vincencio Juan de Lastanosa junto con su hermano el canónigo Juan
Orencio Lastanosa decidieron renovarla poniéndola bajo la advocación de
los dos santos oscenses padres de San Lorenzo, patrono mayor de la
ciudad. Los dos santos titulares aparecen representados en glorificación
en el lienzo central de un magnifico retablo compuesto de cuatro
monumentales columnas salomónicas talladas en piedra negra. En el ático
aparece otro pequeño lienzo de la “Eucaristía” sostenido por figuras
doradas y enmarcado por las dos volutas en las que termina el retablo
rematado por una imagen dorada de la “Inmaculada”. La pintura del
retablo se ha atribuido tradicionalmente al pintor aragonés Jusepe
Martínez. Sobre la mesa de altar se conserva un hermoso tabernáculo que
recuerda, en su diseño, un templete circular, rodeado de columnas
salomónicas y cúpula coronada por pequeñas esculturillas doradas de
santos y de Cristo Resucitado.
En la zona de la Sacristia podemos admirar bellas piezas como:
Custodia procesional para el Corpus Christi. Realizada en plata por el orfebre José Velázquez de Medrano hacia 1596.
El Retablo de Santa María de Salas. También realizado en plata sobredorada, policromada y barnizada. Fue realizado por el orfebre Bartolomé Tutxo hacia 1366.
Dos magníficas Arquetas relicario.
Vasos y copas de comunión y otros objetos de interés.
Antes de marcharnos echamos un último vistazo su interior.
Y una vez en el exterior hacemos esta bella vista de la parte posterior de la Catedral.
Espero que os haya gustado. 😃😃😃
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