Notre-Dame la Grande
Erguida en pleno corazón de la ciudad, esta iglesia románica es una pieza maestra del patrimonio de Poitiers.
Esculpida en la primera mitad del siglo XII, su célebre fachada despliega todo un vocabulario de ornamentación y de arte figurativo de gran calidad. A la altura del pórtico de entrada, un friso narra episodios de la historia santa desde Adán y Eva hasta el nacimiento de Jesús. Por encima, la congregación de los apóstoles toma posición de cada lado de la ventana única. Finalmente, un Cristo en gloria domina el conjunto de la composición, en el centro de un frontón embellecido por unas piedras de cantería dispuestas en forma de rombos o de conos.
Con motivo de una importante fachada de trabajos entre 1992 y 1995, se recuperó la belleza original de esta fachada, desvelándose de paso unos antiguos restos de policromía.
El color también domina el interior del templo, aunque se trata esencialmente de una decoración mural de los años 1850, excepto la pintura de la bóveda del coro, auténticamente románica.
Todo el lado norte de la iglesia, así como su cabecera, presentan una fila de capillas de los siglos XV y XVI, edificadas en estilo arquitectónico correspondiente a su época. De este modo se pueden admirar unas magníficas bóvedas góticas de finales de la Edad Media, u otras, de la época del Renacimiento, decoradas con artesones.
Cabe destacar en una de las capillas a la derecha del coro, un magnífico grupo escultórico del siglo XVI, en piedra policromada, que representa la Escultura.
Baptisterio de Saint Jean
Considerado como uno de los más antiguos testimonios de la Galia cristiana, el baptisterio de San Juan fue probablemente construido en el siglo V, antes de ser transformado en los siglos VII y XI. Aun se puede admirar, en la parte superior de los muros exteriores, un interesante decorado de época merovingia hecho de pilastras, frontones, motivos en ladrillos, que se muestra casi en su totalidad bajo forma de reproducciones en el interior del edificio. Se ha conservado la antigua piedra octogonal, que evoca el ritual del bautizo por inmersión. Se encuentran igualmente visibles pinturas murales de época románica (finales del siglo XI) y gótica (mediados del siglo XIII).
Después de la Revolución Francesa, el baptisterio se ha destinado a múltiples usos, y sobre todo, ha estado en peligro de demolición durante la apertura de una calle muy próxima, la de Jean-Jaurès, a principios del siglo XIX. Comprada por el Estado en los años 1830, el edificio se confió entonces a la Sociedad de los Anticuarios del Oeste. Esta, fuertemente comprometida con la salvaguardia de este pequeño edificio, optó por exponer en él parte de sus colecciones lapidarias.
Desde el primer milenio y en la ladera oriental del promontorio de Poitiers se estableció un barrio episcopal en el que figuraban el baptisterio, la morada del obispo y una iglesia catedralicia. A pesar de que no exista nada de aquel edificio primitivo, se puede suponer que estaba situado en las inmediaciones del baptisterio. Se supone igualmente que tiempo más tarde ha sido desplazado hacia el norte, acercándose sin duda hacia su actual posición. En aquel lugar se sucederán varias construcciones hasta el comienzo de un gran proyecto de edificación, hacia 1160, que le dará a la catedral lo esencial de su actual apariencia.
La fachada, cuya construcción se prolongó a lo largo del siglo XIII, es más característica del gótico de la Isla de Francia, con sus pórticos esculpidos. El principal de estos pórticos está coronado en el centro por una rosácea. Sin embargo, la obra parece haber quedado inacabada. En el siglo XIX, después de varias obras de consolidación y de restauración de la albañilería, un frontón flanqueado por torretas se añadió a esta fachada medieval.
Joya de la arquitectura gótica de Anjou, se inspirará de ella para sus bóvedas con ojivas muy abombadas, así como el refuerzo de los muros laterales (arcadas interiores y poderosos contrafuertes cuadrangulares en el exterior). La sencillez de su decorado y la simplicidad de sus volúmenes dan valor a la riqueza de su mobiliario: gran órgano del siglo XVIII, retablos barrocos, sillas del coro de época medieval y excepcional vidriera de la Crucifixión, de época románica.
Iglesia de Santa Radegundis
Este templo, antiguamente llamado iglesia de Santa María extramuros, cambió de nombre después del año 587 a la muerte de la persona que la había encargado, santa Radegundis, y cuya tumba se encuentra en su interior. Con una comunidad de clérigos - que en el siglo X se convierten en canónigos - a su servicio, la iglesia se alza rápidamente como lugar de peregrinación.
Hacia el año 1099 finaliza una importante obra de reconstrucción, que correspondía a la actual cabecera así como a toda la parte occidental del campanario-porche. Entre ambas partes, la nave data del siglo XIII y se construyó en un estilo arquitectónico muy similar al de la Catedral de San Pedro.
A finales de la Edad Media, el capítulo de los canónigos manda realizar un pórtico esculpido pegado a la parte inferior del porche románico. Este hermosísimo ejemplo de decoración gótica flamígera fue objeto de una reciente campaña de restauración, que logró revalorizar el trabajo extremadamente fino de sus escultores.
La Revolución Francesa suprimió el capítulo y procedió a la venta del recinto canonical. Sin embargo, la iglesia de Santa Radegundis se conservó para el servicio de la parroquia. Durante el siglo XIV, la reanudación de la peregrinación dinamizó el barrio, facilitando igualmente los trabajos de restauración, en particular aquellos relacionados con la circulación de los peregrinos y con su acceso a la cripta.
Palacio de Justicia
El actual lugar del Palacio de Justicia ha sido el teatro de sucesivos ejercicios de poder, quizás desde la Antigüedad, más probablemente a partir de la Alta Edad Media. De hecho, el nombre de Maubergeon (que aun hoy se refiere a la torre de homenaje medieval) deriva del "mall-berg", el antiguo tribunal merovingio.
Hacia el año mil aproximadamente se construyó un nuevo palacio sobre una elevación del terreno adosado al recinto urbano antiguo y completado hacia el año 1100 por una primera torre. El conjunto, rodeado de fosos, constituye la residencia de los condes de Poitou-duques de Aquitania.
Y con estas últimas fotos de las calles de Poitiers, terminamos nuestra visita a la ciudad, un último post para añadir algunos comentarios generales y otros lugares de interés que no tuvimos tiempo de visitar. Espero que os haya gustado.
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