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Castillo de Javier en Javier

Al límite de la provincia de Zaragoza, en la parte más elevada del pequeño pueblo de Javier, se alza la silueta rotunda del Castillo de Javier, casa natal del patrón de Navarra, San Francisco Javier.

Los orígenes del castillo se remontan a finales del siglo X, en el que se levantó una torre de señales, la torre del Homenaje. Su estratégica situación de frontera entre los reinos de Navarra y Aragón, acrecentó su sentido de fortaleza y en torno a la torre se fueron edificando los distintos cuerpos del castillo.

En 1516, por orden del cardenal Cisneros, fue parcialmente destruido, y a finales del siglo XIX y aneja a la fortaleza, se levantó la basílica de Javier. En 1952, las obras de reconstrucción devolvieron al castillo su fisonomía original y hoy es uno de los pocos castillos que conservan sus defensas y estructuras como troneras y saeteras.



Un recorrido por el Castillo de Javier

Comenzamos la visita en el zaguán cruzando la puerta principal del castillo donde destaca un relieve de piedra con tres escudos separados por ángeles tenantes que representan las armas familiares. Nos encaminamos a las caballerizas y descendemos al sótano, donde antaño estuvieron las bodegas. 



Un fugaz recorrido de dioramas nos invita a descubrir retales de la vida del santo.

 

Seguidamente accedemos a la planta donde se exponen objetos del antiguo castillo, recuerdos del Santo y una maqueta del antiguo edificio. Este museo se divide en tres secciones: historia del edificio, Javier y Navarra en la historia y la pinacoteca, donde destacan los cuadros flmancos de Maes. Finalmente, una rampa nos lleva al resto de las dependencias del castillo.


   

   


 

Iniciamos la visita en la Sala de Escudos, adornada con los blasones pertenecientes a los padres de Francisco y con el árbol genealógico de su linaje. Traspasando una puerta de piedra se accede a la Sala Principal o Grande, lugar de recepción y convivencia familiar. Desde aquí seguimos ascendiendo por la escalera de la Torre de Undués hata llegar al Camino de Ronda, un corredor protegido, destinado a defender la fortaleza, desde cuyo matacán era habitual arrojar piedras y aceite hirviendo a los atacantes. 


 

 
Dejamos a la izquierda las habitaciones de los capellanes - hoy oratorio - para acceder al núcleo primitivo del castillo. Se trata de dos estancias que rodean a la torre del Homenaje, la construcción de este tipo más antigua de Navarra. El aposento de la derecha fue la habitación de San Francisco Javier, y el de la izquierda, es la capilla de San Miguel, la primera que tuvo el castillo.




   


Descendemos de nuevo hasta la planta de la torre, donde un corredor nos llevará al Vestíbulo del castillo y a la capilla del Santo Cristo. A través de una verja encontramos al Cristo de Javier, una impresionante imagen gótica del siglo XVI tallada en nogal, que según cuenta la tradición sudó sangre cuando el Santo agonizaba en Sancián. Está rodeado de un dramático fresco medieval, única representación gótica de la danza de la muerte que existe en España.


   

Bajamos las escaleras que nos llevan al patio de armas y salimos por la poterna. A nuestros pies, la escalera antigua, y a la izquierda, rompiendo con la estructura del Castillo, el muro de la Basílica construida en el siglo XIX allí donde los padres de Francisco de Javier habían construido el Palacio Nuevo, lugar en el que nació el Santo. Finalizamos nuestro recorrido en el punto de partida, el zaguán. 


   


Basílica de Javier


Realizada por el arquitecto Ángel Goicoechea, entre 1896 y 1901, por encargo de la duquesa de Villahermosa, descendiente de la familia de Javier, la basílica es de estilo ecléctico y utiliza elementos del arte románico, gótico y bizantino. La portada, neorománica contiene en su tímpano los nombres de los distintos lugares de Europa, Africa y Asia recorridos por Javier, y en sus capiteles se representan distintas escenas de su vida. El interior es una nave neogótica con tribunas lombardas. 




 
   

Sobre el altar resalta una gran imagen de San Francisco Javier, de J. Suñol, flanqueada por doce santos jesuitas ( A su derecha, Francisco de Borja, Pedro Claver, Francisco de Regis, Francisco de Jerónimo, Pablo Miki y el beato Ignacio Acebedo; y a su izquierda, Luis Gonzaga, Juan Berchmans, Estanislao de Kostka, Alonso Rodríguez, Juan de Goto y Diego Kisay) Sobre varias puertas se encuentran pinturas italianas que representan distintos momentos de la vida de Javier en el Castillo, obra de Caparoni. 


   



   

   



La cripta construida bajo la iglesia para salvar el desnivel del terreno contiene las sepulturas de los duques de Villahermosa y de la familia Goyeneche.

Horario: Entrada, todos los días, de 10 a 13:30 y de 15:30 a 18:30 h (a 17:30 h desde el 1 de noviembre).Se permite el acceso hasta media hora antes del cierre.



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