Blog Los viajes de Dora Castillo de Chambord en el Valle del Loira ~ LOS VIAJES DE DORA
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Castillo de Chambord en el Valle del Loira

De los castillos que visitamos en este viaje, sin lugar a dudas, mi favorito es Chambord, majestuoso, enorme, precioso, real, una visita obligada si se está de paso.

El joven rey Francisco I tenía 25 años cuando inició en 1519 la enorme obra del Palacio de Chambord. Conservando en su diseño la apariencia de una fortaleza medieval. Francisco I pasó en Chambord apenas 72 días durante sus 32 años de reinado. Nunca vio la obra terminada y a su muerte tan sólo la torre de homenaje y el ala real habían quedado concluidas. Su hijo, Enrique II, así como Luis XIV, igualmente aficionados a la caza, dieron a Chambord el aspecto que hoy conocemos.

Entre todos los materiales utilizados para esta construcción, la toba es la que llama la atención del visitante pues, aunque fue utilizada en la mayor parte de los palacios del Valle del Loira, sin duda es en Chambord donde esta piedra calcárea, blanda y frágil, ha sido trabajada con mayor virtuosismo.





      


Terrazas. Las terrazas del palacio ofrecen tanto el espectáculo de los tejados, simbiosis extraña del gótico flamígero y de renacimiento italiano, interpretada por los artesanos franceses, como un magnífico panorama sobre todo el paisaje de Chambord.




El parque. Este recinto cerrado por un muro de 32 kilómetros de longitud y atravesado por seis puertas tiene una superficie equivalente a París intramuros (5.440 hectáreas). Hoy en día es el mayor parque forestal cerrado de Europa. Ha sido constituido en coto nacional de caza y contiene una variada fauna de animales muy numerosos en libertad total.



La escalera. Una de las maravillas de Chambord. En el centro de la torre de homenaje se encuentra la famosa escalera de doble revolución, que lleva a los tres niveles del palacio. Está constituida por la unión de dos escaleras de tornillo que giran alrededor de un núcleo central hueco. Este conjunto es el apoyo de la torre y su linterna, coronada por la flor de lis. ¡Dos personas que recorran cada una un vuelo de escaleras podrán verse por las aperturas del núcleo, pero no se cruzarán jamás!. La ingeniosa escalera central, sugiere que Leonardo da Vinci que había llegado a Francia a solicitud de Francisco I en 1516 haya podido ser uno de los inspiradores del proyecto.


       


Aposentos de ceremonia. En 1680, para plegarse a las reglas de etiqueta que se impusieron bajo Luis XIV, se reunieron los dos aposentos situados a lo largo de la fachada norte y se condenó el vestíbulo del mismo costado. El resultado fue una sucesión de Sala de Guardias, primera y segunda antecámara, recámara de ceremonias y piezas privadas. Como podéis ver en las fotos, en las salas se contemplaba unos maniquíes vestidos con ropa de la época.






Aposentos de la Reina. Fueron ocupados por las dos esposas sucesivas de Luis XIV, María Teresa de Austria y Mme de Maintenon. Están situados en la torre adyacente a los aposentos del Rey. Estaban compuestos por una sala de guardias, dos antecámaras, recámara y piezas privadas.



Habitación del rey Francisco I. Habiéndose alojado inicialmente en la Torre del Homenaje, el rey decidió trasladar su habitación a una de las alas. Esta ala está compuesta por una recámara, dos gabinetes, un pequeño oratorio y una Sala de Consejo, con una superficie inicial de 270 metros cuadrados.

       


Aposentos del siglo XVIII. Nunca había estado Chambord habitado con tanta frecuencia como en el siglo XVIII (12 años). Estos aposentos fueron ocupados por los íntimos de Estanislao Leszczynki y del mariscal de Sajonia, y luego por los gobernadores de Chambord.



Capilla. La construcción de la capilla, en el mismo nivel de la habitación de Francisco I y empezada por él mismo, sólo se concluyó bajo el reinado de Luis XIV con la dirección de Jules Hardouin Mansart. Su dimensión es excepcional y constituye la pieza más grande del palacio.


       


Fundación de la Maison de la Chasse et de la Nature. Chambord existe sólo gracias a la afición de Francisco I por la caza y el segundo nivel del palacio está dedicado a estos temas. La zona norte muestra los diversos tipos de caza del siglo XVI, mientras que en las demás zonas, las colecciones de tapicerías sobre grandes mitos de la antigüedad relacionados con la caza nos hablan de la inextinguible fuente de inspiración que es este deporte para los artistas.



Decoración de las bóvedas. Las esculturas de las bóvedas de las grandes salas del segundo nivel son un elemento insoslayable en la visita de Chambord; en ellas se asocian la F, monograma de Francisco I, con su emblema de la salamandra, animal mítico capaz de vivir en las llamas. Las salamandras de Chambord muestran la divisa del soberano "nutrisco et extinguo" que podría deducirse como "me alimento (del buen fuego) y extingo (el mal fuego)".




       

Una vez finalizada la visita al interior del castillo decidimos dar una vuelta por la zona exterior para hacer una bonita foto del castillo completo. Espero que os guste.

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