Restaurante Casa Juan Andrés en Castrillo de los Polvazares

Castrillo de los Polvazares es una población de la provincia de León, cercana a Astorga que forma parte de la comarca de La Maragatería y está considerado como Conjunto Histórico-Artístico.

Astorga, capital desde la que se da comienzo y en la que se finaliza, el recorrido hacia el Camino de Santiago, es además, uno de los puntos por los que pasa una de las rutas, que desde la época de los romanos, une el norte y sur de España, la Ruta de la Plata.

Sus habitantes fueron los llamados arrieros maragatos. Que comercializaban con vinos, salazones de pescados, y muchos otros bienes, que transportaban al interior de la costa gallega, y al volver cargaban con embutidos y productos de secano. Habitaban las llamadas casas arrieras, cuya estructura se disponía en función de su actividad.

En la actualidad la principal actividad económica se basa en el turismo y en la artesanía. Sus principales atractivos turísticos son su arquitectura típica y su gastronomía, con el Cocido Maragato como distintivo.

Para degustar este Cocido Maragato, hay infinidad de restaurantes a los que puedes ir. Eso sí, elijas el que elijas, recuerda reservar si vas en época de temporada alta, que en el caso de León no es Agosto. Nosotros comimos en el Restaurante Casa Juan Andrés cuya especialidad, evidentemente, es el famoso Cocido Maragato, y recordad que el cocido maragato se sirve al revés de lo que en Madrid estamos acostumbrados; primero las carnes (tocino, gallina, morcillo, lacón, morro y chorizo), luego los garbanzos y la berza y por último la sopa. Lo sirven en raciones, como nosotros éramos dos adultos y dos niños nos sirvieron dos raciones y media y desde luego sobró cocido para dar y tomar.

Muy recomendable el lugar tanto si vives cerca como si estás visitando León, Astorga o Ponferrada y quieres probar comida típica de la zona.

En líneas generales Casa Juan Andrés es un lugar acogedor, quizá algo reducido en espacio. Dispone de un patio con encanto en la entrada y en el interior está decorado de manera rústica  que le da un toque especial al restaurante. 

Respecto a la comida he de confesar que elegimos el cocido maragato que estaba de rechupete,  sobre todo la sopa, con gran cantidad de morro, oreja, carne, morcilla, etc... Como se suele decir, nos pusimos las botas.

El persona fue muy amable y su trato cercano, preguntándonos los dueños y camareros sobre el gusto de la comida.

¡¡¡Exquisito!!!.